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Música

os primeros manuscritos musicales españoles recogen cantos visigóticos y datan de los ss. X y XI; también se han encontrado partituras de cantos mozárabes de los ss. VIII y IX. Aunque en un principio la música estuvo directamente vinculada a la religión, con el tiempo comenzó a tener un carácter más profano; tal es el caso de la literatura trovadoresca y juglaresca, de los cantares de gesta y de los romances. Durante la Edad Media, en la corte de Alfonso X el Sabio la música se convirtió en un verdadero motivo de culto; testimonio de ello son las Cantigas de Santa María, el documento musical más importante de esa época.

El s. XVI constituyó el período de oro de la música española. La polifonía, que había nacido hacia el año 1137 en la catedral de Santiago, tuvo importantes compositores como Tomás Luis de Victoria. En la música profana destacaron los dos Flecha, con sus Ensaladas burlescas, y Francisco Guerrero. El villancico y el cancionero fueron las formas españolas típicas de la canción polifónica profana. También tuvo importancia el movimiento de vihuelistas integrado por Luis de Milán y Esteban Daza, entre otros. La escuela del órgano fue, asimismo, brillante; en primer lugar apareció Antonio de Cabezón que, siendo ciego, destacó desde niño como organista al servicio de Carlos V y Felipe II.

En el s. XVII surgió una nueva expresión musical, la música teatral. En 1629 se representó la primera comedia musical, La selva sin amor, de Lope de Vega, y en 1657 Juan Hidalgo puso música al libro El laurel de Baco, de Calderón de la Barca, creando de este modo la primera zarzuela. En el s. XVIII se impuso la música italiana y en particular la ópera. El italiano Carlos Broschi, Farinelli, tuvo gran éxito en la corte de Felipe V y Fernando VI. Al mismo tiempo, Domenico Scarlatti y Luigi Boccherini se establecieron en España ejerciendo su influencia directamente sobre los compositores españoles, en especial sobre la obra del catalán Antonio Soler. Para contrarrestar este efecto extranjerizante, Luis Misón impuso la tonadilla escénica, especie de pequeña ópera cómica. En la música instrumental de este siglo destacaron Narciso Casanovas y Rafael Anglés.

Tras un período de decadencia durante la primera mitad del s. XIX, la zarzuela resucitó en 1851 con el estreno de Jugar con fuego, de Francisco Asenjo Barbieri. A fines de la misma centuria se estableció como género chico, fundamentalmente a partir de la obra de Federico Chueca. Otros compositores importantes de zarzuela fueron Juan Emilio Arrieta (Marina), Tomás Bretón (La verbena de la Paloma), Federico Moreno Torroba (Luisa Fernanda).

Entre los compositores de guitarra del s. XIX destaca Fernando Sor, quien también fue pianista, violinista y director de orquesta. Los intérpretes y solistas más importantes de fines de siglo son Pedro Albéniz, Isaac Albéniz y Masarnau (pianistas), Monasterio (violinista), Cano y Tárrega (guitarra). Ya en el s. XX la música española experimentó un renacimiento que le permitió alcanzar prestigio internacional.

Los cuatro compositores más importantes de ese florecimiento fueron Isaac Albéniz, Enrique Granados, Joaquín Turina y Manuel de Falla. Albéniz fue compositor de óperas, entre las cuales destacó Pepita Jiménez. Granados, pianista, escribió Danzas españolas y varias composiciones para piano. Las principales producciones de Turina son Suite Sevilla y Jardín de Oriente (ópera), entre otras. La obra de Manuel de Falla estuvo impregnada de los elementos populares de la música andaluza y con su difusión la llamada «guitarra española» alcanzó fama internacional. Algunas de sus principales creaciones son El amor brujo, El sombrero de tres picos, La vida breve.

La tradición de la guitarra española continuó a través de varios intérpretes contemporáneos como Andrés Segovia, Regino Sainz de la Maza, Narciso Yepes y, más recientemente, Paco de Lucía. Completan el panorama de la música de guitarra las composiciones de Joaquín Rodrigo (Concierto de Aranjuez, Fantasía para un gentilhombre). Otros intérpretes contemporáneos reconocidos son: Pau Casals (violoncelista y director de orquesta), Pablo de Sarasate (violinista y compositor), Alicia de Larrocha (pianista). Actualmente, los cantantes españoles ocupan uno de los primeros lugares en la música lírica internacional; sobresalen Plácido Domingo, Alfredo Kraus, José Carreras, Jaime Aragall, Teresa Berganza, Montserrat Caballé y Victoria de los Ángeles.

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