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Pesca   Minería y energía

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Geografía económica (continuación)

Pesca

l aumento del nivel de vida experimentado por los españoles en la última década ha incrementado también el consumo de pescado que, si bien se mantiene por debajo del de carne, es superior al de la media de la CE. Cada habitante consume en España un promedio de 25 kg de pescado al año, aunque esta cifra varía entre las zonas de costa y las interiores. El progreso de la flota pesquera, iniciado a comienzos de los años sesenta, fue también un factor determinante en el aumento del número de capturas. La distribución de la flota es desigual a lo largo del litoral peninsular e insular, y la región del NO, fundamentalmente Galicia, concentra casi una tercera parte.

Con más de 1.700 km de costa, la región gallega puede decirse que depende de la pesca por su aportación al valor añadido y por el número de personas que emplea. Sin embargo, su flota pesquera ha padecido un envejecimiento progresivo (casi la mitad de los barcos gallegos tienen más de veinte años) y sus costas se han visto invadidas en reiteradas ocasiones por el petróleo que han derramado barcos accidentados. Entre las regiones españolas con una importante flota destacan también Canarias, el Levante, la tramontana y Baleares. Los barcos españoles, que practican todo tipo de pesca, capturan básicamente sardinas, pescadillas, anchoas, boquerones, merluzas, atunes, bonitos, caballas, bacalaos, además de mejillones, langostinos, pulpo, gambas, cigalas, sepias y calamares.

La piscicultura (técnica de fomentar y dirigir la cría de peces y mariscos) ha tenido un importante desarrollo en los últimos años. Los principales criaderos se encuentran en Santander (rodaballo, lubinas), en la Ría de Ortigueira (Galicia) y en el golfo de Cádiz. En Galicia y en Cataluña se han instalado parques flotantes y fijos que permiten una importante producción de mejillones. El 95 % del tonelaje total de parques y viveros de moluscos está compuesto por mejillones. Los principales puertos pesqueros de España son Vigo, Pasajes, Huelva, A Coruña, Cádiz y Algeciras.

Minería y energía

La riqueza minera de España data de muchos siglos atrás y se cree que fue uno de los atractivos principales que motivaron la llegada de pueblos colonizadores a estas tierras. Actualmente, los recursos del subsuelo son variados y abundantes. España dejó de ser un país exportador de minerales después de que comenzaran a modernizarse los sistemas de extracción de otros países y de que empezara a tener un mayor desarrollo la industria nacional. La utilización de maquinaria para la extracción ha hecho disminuir cada vez más el número de puestos de trabajo en la minería. En España hay yacimientos de carbón (aunque no muy rico en calorías), lignito y una extensa gama de minerales metalíferos. El principal yacimiento carbonífero es el astur-leonés que, sin embargo, presenta el inconveniente de que sus filones tienen frecuentes cambios de dirección y una extensión irregular. De menor importancia son los yacimientos de las zonas de Puertollano, Peñarroya (minas de Bélmez y Espiel), en la provincia de Sevilla y en el curso inferior del Ebro. Los minerales de hierro de Vizcaya llegaron a representar en el pasado el 50 % de las extracciones de todo el país. Actualmente, también destacan los yacimientos de hierro de las regiones de Murcia, Granada, Almería, Santander, Navarra, Soria, Ciudad Real, Guadalajara y Teruel.

Las reservas de pirita, apreciada por su alta concentración de azufre, están entre las mayores del mundo; los principales yacimientos se hallan en la zona de Riotinto (minas de Riotinto, Tharsis y La Zarza). También en Riotinto y en Córdoba hay fundiciones de cobre. España ocupa además un lugar destacado entre los productores de minerales de plomo y cinc. Los criaderos de mineral de plomo se presentan fundamentalmente en Sierra Morena: minas y fundiciones de Linares, Santa Elena, La Carolina y, más hacia el oeste, de Peñarroya.

Existen otros yacimientos de menor importancia en Santander, Almería, Granada, Ciudad Real, Lleida. Muy conocido es el mercurio de Almadén, Mieres y Pola de Lena, que sitúa a España entre los primeros productores mundiales. Entre los yacimientos de minerales no metálicos destacan los de sales potásicas, magnesita, espato flúor y sal gema. Existe también un modesto yacimiento de uranio en la comarca de la Plana de Monrós (Lleida).

La dependencia cada vez más acentuada de los derivados del petróleo ha vuelto indispensable la búsqueda de posibles recursos de esta fuente energética en el suelo español. Sin embargo, los resultados no han sido muy positivos y sólo se han encontrado algunas reservas en Tarragona, Castellón y Burgos (Poza de la Sal y Ayoluengo), por lo que es necesario importar gran parte del petróleo que se utiliza en España.

Recibido como crudo, en su gran mayoría procedente de los países árabes y de México, el petróleo es sometido al refino en las plantas españolas (Escombreras, Santa Cruz de Tenerife, Bilbao, Algeciras, etc.), para más tarde ser utilizado en la fabricación de productos que, muchas veces, tienen como destino la exportación. La producción de gas natural es suficiente para satisfacer las necesidades internas. La energía eléctrica se obtiene a través de centrales hidráulicas y nucleares; estas últimas se encuentran en Zorita (Guadalajara), Santa María de Garoña (Burgos), Almaraz (Cáceres) y Vandellós (Tarragona).

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