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España - 25ª parte
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as primeras expresiones artísticas encontradas en España datan de la Prehistoria. Son especialmente importante las pinturas rupestres de las cuevas de la cornisa cantábrica, entre las que destacan las de Altamira, Castillo, Covalanas, Pasiega, Pindal y Candamo, todas pertenecientes al Paleolítico superior. En las pinturas de esas cavernas abundan las imágenes de animales (caballos, ciervos, bisontes) y están ausentes, sin embargo, las de seres humanos. Es evidente que durante el Mesolítico alcanzaron un mayor desarrollo artístico los pueblos que estaban asentados en la zona levantina; expresión de ello son las pinturas encontradas en Cogull, Bicorp, Albarracín, Alpera, Minateda, que representan escenas en las que aparecen figuras humanas en movimiento (cacería, guerra, recolección). Los más antiguos monumentos españoles datan del Neolítico; se trata de rudimentarias construcciones de piedra que reciben el nombre de megalitos. Los dólmenes más importantes, de carácter funerario, son el de la Cueva de Menga (Málaga, Antequera), el de Soto (Huelva) y el de Matarrubilla (cerca de Sevilla). También pertenecen a este período de la historia española los talayots, las navetas y las taulas existentes en las islas Baleares. De la época de los griegos se conservan las ruinas de Ampurias (en la costa de Cataluña) y de la invasión de los fenicios un sarcófago que fue hallado en Cádiz.
El arte de los íberos llegó hasta nuestros días a través de La dama de Elche, una estatua femenina en piedra polícroma, ataviada con ricas vestiduras y adornos. La condición de provincia romana asignada a la Península ibérica significó para España la incorporación de un bagaje artístico de trascendental importancia. Los romanos dejaron grandes obras públicas y numerosos monumentos, algunos de los cuales se han conservado hasta el presente: los acueductos de Segovia, Tarragona y Mérida; los teatros de Sagunto y Mérida; el famoso puente de Alcántara, sobre el río Tajo; las murallas de Lugo; la necrópolis de Carmona. Pero la influencia artística de Roma sobre Hispania se extendió también a la escultura, en la que sobresalieron la talla de bustos y las estatuas. De la arquitectura visigótica se mantienen en pie las iglesias de San Juan de Baños (Palencia), Santa Comba de Bande (Orense), San Pedro de la Mata (Toledo) y San Pedro de la Nava (Zamora).
La Alhambra de Granada es una brillante representación del estilo nazarita
El Alcázar de Sevilla constituye un ejemplo representativo del arte mudejar
El arte románico, que fue la primera manifestación artística común a todo el Occidente europeo, apareció durante la Edad Media (ss. XI-XIII). El románico es un arte sólido y equilibrado que se filtró en todas las construcciones de la época (iglesias, monasterios, castillos, puentes, casas solariegas) y que también dio frutos en el campo de la pintura, el mobiliario y la escultura. Existen diferentes períodos dentro del románico español. Una primera etapa la constituye el denominado prerrománico, arte que surgió por las influencias lombardas, provenzales y musulmanas y que se desarrolló fundamentalmente en Cataluña (iglesia de Sant Pere de Besalú, Girona, año 1003). La construcción de edificios de mayor envergadura, con naves divididas con pilastras unidas por arquerías de medio punto, data de la segunda mitad del s. XI y primera del XII y constituye el llamado primer románico. Finalmente, al segundo románico pertenecen los edificios religiosos monumentales con tres o cinco naves, varios ábsides, deambulatorio y esbeltos campanarios. En Cataluña todavía se conservan unas 1 900 iglesias románicas, unos 200 castillos o casas fortificadas y varios puentes, molinos y casas señoriales. Entre esta variedad de construcciones destacan el monasterio de Ripoll, los campanarios de Vic y Girona y el monasterio de Sant Pere de Rodes. Otros núcleos de interés del arte románico son Aragón (castillo-monasterio de Loarre), Navarra (monasterio de Fitero), Santiago de Compostela (la catedral), León (iglesias románicas en ladrillo de Sahagún) y Salamanca (catedral vieja). La escultura románica española, situada en los puntos donde se concentran los edificios, tiene sus principales ejemplares en el Pórtico de la Gloria (tallado por el maestro Mateo de Compostela) y la Puerta de las Platerías de Santiago de Compostela, así como en la portada del monasterio de Ripoll. Por su parte, la pintura tiene también algunas obras maestras: los murales de San Baudelio de Berlanga y, fundamentalmente, las que se han conservado en Cataluña, en el Museo de Arte de Cataluña (Taüll, Boí, Pedret, Sant Pere del Burgal, entre otras).
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