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La aviación comercial

Desarrollo de la aviación comercial

os primeros servicios de transporte aéreo comercial no regulares fueron llevados a cabo por dirigibles en 1913. En esta fecha comenzaron a funcionar los zepelines entre algunas ciudades alemanas. Pero no sería hasta 1918, en Estados Unidos, en que se iniciaría el primer servicio programado de transporte de pasajeros por vía aérea, y al año siguiente en Europa, entre Londres y París.

Estados Unidos destacó por sus rutas de correo aéreo, que conseguían realizar las entregas en 24 horas. Sin embargo, en Europa se perfeccionaron mucho más las operaciones para pasajeros, desarrollándose un extenso sistema de líneas aéreas. Las líneas aéreas británicas Imperial Airways establecieron en 1929 una ruta comercial con la India, y poco después otros países con colonias lejanas siguieron el ejemplo con servicios de carga, correo y pasajeros.

Entre 1919 y la Segunda Guerra Mundial se registraron importantes avances, no sólo en materia de aerodinámica, sino también de otras ciencias de las que ésta se nutriría ampliamente en el futuro, como son la meteorología, la electrónica aplicada a la navegación y las telecomunicaciones. El DC-3 era un ejemplo de cuidada aerodinámica fruto de los avances surgidos en el periodo descrito. Sus motores radiales eran sumamente eficaces y muy fiables, y la propulsión ya llevaba aplicada las mejoras conseguidas con las hélices de paso variable. Todo el aparato era metálico y disponía de tren de aterrizaje replegable. Además, este monoplano presentaba otras numerosas mejoras internas que le hicieron convertirse en su conjunto en un símbolo de la época. Aeroplanos como el DC-3 comenzaron a unir rutinariamente las ciudades importantes de todo el mundo.

DC-3

Después de la Segunda Guerra Mundial, los aparatos cuatrimotores presurizados, que acogían instrumentación avanzada, resultaban mucho más cómodos para el pasaje y económicamente más rentables. La autonomía creció notablemente y las operaciones eran constantes. En 1952 se introdujeron los aparatos a reacción para las largas distancias, que sustituyeron rápidamente a los aparatos que realizaban viajes trasatlánticos.

El transporte aéreo de mercancías

El correo aéreo y el transporte de mercancías por vía aérea comenzó con regularidad en la década de 1920. La carga aérea se estimo enseguida como un negocio de futuro, y en sólo una década, a pesar de que el transporte de pasajeros se imponía, cobró un gran auge en determinados artículos ligeros y de superior valor, tales como prendas de alta costura, joyas, medicamentos, repuestos, plantas exóticas, etc.

El correo aéreo se inició junto con el transporte de mercancías en la década de 1920

Tras la Segunda Guerra Mundial, la existencia de aviones de gran potencia y capacidad permitió a las líneas aéreas realizar operaciones de carga, estableciéndose enseguida muchas empresas dedicadas íntegramente al transporte aéreo. El tipo de carga ya no era una limitación, pues se transportaba cualquier objeto que pudiese caber en el fuselaje de un avión: automóviles, grandes máquinas y equipos de construcción, alimentos frescos o congelados, carbón, incluso se transportaban animales vivos gracias a los aviones presurizados. Los productos de pequeño tamaño se introducían en contenedores para una una mejor manipulación y control.

A partir de 1970 comenzaron a funcionar servicios de paquetería aérea para entrega en 24 horas, los cuales se demostraron altamente populares a los pocos años, siendo en la actualidad un recurso ampliamente utilizado en todo el mundo por numerosas personas, empresas y entidades. Muchas de las empresas que prestan este servicio se han diversificado ampliamente por toda la Tierra, con centros de operación y coordinación, así como numerosas subfiliales que se encargan de distribuir y entregar cualquier carta o paquete en los puntos más remotos del globo en cuestión de horas.

Aunque el transporte aéreo de mercancías sigue teniendo actualmente un coste muy superior por kilómetro que el realizado por ferrocarril, barco o camión, representa sin embargo para muchos tipos de productos un ahorro importante en gastos de almacenaje, manipulación e inventario.

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