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Las vanguardias históricas (continuación)

El surrealismo (continuación)

no de los grandes pintores del surrealismo fue Joan Miró (1893-1983) cuyo particular e inconfundible estilo sitúan su obra en un lenguaje formal único.

Miró partió en su surrealismo de la descripción minuciosa y detallista de seres y objetos que, en obras como La Masía adoptan una disposición espacial al margen de toda realidad.

Sin embargo, hacia 1923 Miró desarrolla ese punto de partida hacia universos en los que objetos y seres se van transformando con una clara tendencia a la abstracción. De todos modos, la obra de Miró casi siempre mantuvo ciertas referencias a la realidad y puede hablarse de ella como de una visión mágica y optimista del mundo.

La masía, de Joan Miró (National Gallery, Washington)

Unos planteamientos estéticos bien distintos fueron los mantenidos por Salvador Dalí (1904-1989) cuya obra pasa por ser la más genuinamente surrealista gracias al marcado carácter onírico de sus temas, composiciones y tratamientos. Dalí abordó su obra a partir de lo que él mismo denominó "método paranoico-crítico"cuyo fruto fue una serie de obras que bien podrían catalogarse como pesadillas inventadas por la razón. Esas visiones oníricas, compuestas en amplios y desoladores espacios, fueron realizadas con una técnica de gran realismo que contrastaba con lo absurdo de lo representado, ya fueran unos relojes blandos o una jirafa que arde.

Osificación prematura de una estación, de Salvador Dalí (Teatro-Museo Dalí, Figueras)

El surrealismo de Dalí dio también su fruto en el mundo del cine al colaborar con Luis Buñuel en la realización de "Un perro andaluz"(1928), película que, sin duda alguna, merece el calificativo de la más surrealista de la historia del cine. La obra pictórica de Dalí mantendría los planteamientos surrealistas durante muchos años, pero su mejor producción es la realizada hasta comienzos de los años treinta.

Otra de las grandes figuras del surrealismo fue René Magritte (1898-1967). Este pintor belga, cuya vida se desarrolló dentro de la más absoluta monotonía del ambiente burgués de Bruselas, fue capaz de plasmar en su obra toda una teoría de la comunicación, cuyo eje fue la idea de que la pintura (el arte) no es el reflejo de la realidad, sino la sustitución de una realidad por otra. Su surrealismo no fue otra cosa que un constante juego subversivo con todo aquello que parece querer representar lo real y que Magritte plantea como un problema de representación.

Desde el punto de vista técnico la obra de Magritte se caracteriza por una gran economía de medios, ya que lo que hay de sencillez e incluso tosquedad técnica en sus cuadros no es otra cosa que la búsqueda de un lenguaje formal simple y directo para transmitir ideas que era lo que su autor pretendía.

Junto a los hasta ahora citados, otros artistas como Yves Tanguy, Hans Arp, Man Ray y Paul Klee, se sintieron vinculados al surrealismo.

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