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Historia y Arte
EL SIGLO XX
Economía y sociedad - 2ª parte
Los grandes bloques socioeconómicos
urante el siglo XIX, Europa vivió bajo las directrices de la economía
capitalista, pero al tiempo se sentaron los fundamentos ideológicos de la
economía socialista a través del marxismo. El nuevo modelo no encontró la
posibilidad de plasmarse en la práctica hasta el siglo XX. Tras la Revolución
Rusa de 1917, la nueva teoría económica tuvo en la Unión Soviética su marco de
desarrollo y en Lenin su más firme propulsor.
A lo largo de la primera mitad del siglo, Estados Unidos y la URSS se fueron conformando como los modelos de dos sistemas económicos opuestos: el capitalismo y el socialismo. Tras la Segunda Guerra Mundial, el socialismo se extendió a los países del este de Europa, que quedaron bajo la influencia de la Unión Soviética; paralelamente, otros países de áreas menos desarrolladas o que salían de una situación de colonialismo optaron por el modelo socialista. Mientras tanto, el resto del mundo, con Estados Unidos, Europa occidental y Japón a la cabeza, mantuvieron el sistema capitalista.
Ambas fórmulas han sufrido un desarrollo independiente, en el que pueden distinguirse ciertas grandes etapas, marcadas por los problemas inherentes a los propios sistemas y por las relaciones entre ambos.
El socialismo soviético tuvo que superar, inicialmente, una fase de reajuste ya que hubo de enfrentarse a la situación de una Rusia heredera del Antiguo Régimen del siglo XIX, más inclinado al capitalismo que a cualquier otro sistema. La implantación de los principios marxistas en unas condiciones poco favorables, significó la adopción de posturas totalitarias, que en época de Stalin llegaron a ser particularmente extremas. La Unión Soviética tuvo, además, que superar las enormes pérdidas humanas y materiales de las dos guerras mundiales, con lo que su resurgimiento económico resultó mucho más costoso.
A pesar de todo ello, los gobiernos de la URSS supieron orientar sus esfuerzos para hacer del país una potencia económica de primer orden a partir de una profunda tarea de potenciación de las industrias básicas y de una reorientación de la agricultura.
En cuanto a sus relaciones con el exterior, el Estado soviético fue partidario de una autarquía económica casi total, que hizo que su comercio internacional quedara limitado a la obtención de las pocas materias primas de las que era deficitario, sin buscar con sus ventas más que el equilibrio de la balanza comercial.
Una consecuencia del crack de 1929 fue un
alto índice de paro, que obligó a muchas personas
a improvisar cualquier medio de subsistencia. La fotografía
superior fue tomada en EEUU en 1930; el letrero dice: "Desempleado,
compre manzanas a 5 centavos unidad".
El bloque capitalista, por su parte, se vio sometido a los problemas internos de superproducción y a sus consiguientes crisis económicas, siendo la de 1929 la más grave. El crecimiento del propio sistema condujo a los países de economía capitalista a una competencia permanente que no fue ajena al desarrollo de las dos guerras mundiales, de las que Estados Unidos saldría como gran beneficiario y como paradigma del sistema capitalista.
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