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Historia y Arte
EL SIGLO XX
Arquitectura y urbanismo - 6ª parte
Los orígenes del funcionalismo (continuación)
n Estados Unidos un antiguo colaborador y discípulo de Sullivan, Frank Lloyd
Wright (1869-1959) se alejaba de la construcción de rascacielos para centrarse
en el trabajo de diseño de un tipo de viviendas unifamiliares, cuyos resultados,
tanto teóricos como estéticos, tendrían una gran trascendencia para la
arquitectura posterior. Ya en la primera década del siglo, Wright realizó
algunas casas en los alrededores de Chicago que contienen, al menos en germen,
sus mejores logros.
Frank Lloyd
Wright
Para este arquitecto la obra construida debía integrarse en el paisaje y dar satisfacción a quienes iban a ocuparla o utilizarla. Para ello no entendió la arquitectura como algo que se admiraba desde fuera, sino como un conjunto que se desarrolla desde dentro hacia el exterior con el que debe de fundirse para formar un todo orgánico. Surge así en Wright la idea de planta libre, que crece desde el interior y, buscando las raíces de su pueblo, toma como centro, desde el que se expande la construcción, la chimenea de la sala de estar principal. Su deseo de integrarse en el paisaje le llevó al predominio de las formas horizontales que parecían encajar mejor con las llanas praderas de su tierra, el Medio Oeste. Esa misma idea integradora y buscadora de la tradición le hizo construir grandes porches, prolongados aleros o terrazas que hacen que la vivienda se prolongue en busca de la naturaleza exterior.
De la temprana obra de Wright son buenas muestras la Casa Thomas (1901) en Illinois y la Casa Robie (1909) en Chicago.
En Europa la influencia de la arquitectura americana de la Escuela de Chicago se dejó notar en la obra de arquitectos como Adolf Loos (1870-1933) que fue uno de los más fuertes detractores de la arquitectura ornamental. Trabajó en la Viena de la Secession y alguno de sus edificios, como la Casa de la Michaelerplatz (1910) estaban tan limpios de decoración que no fueron del agrado de muchos de sus contemporáneos. Las radicales posturas de Loos y su simplicidad de formas fueron como un adelanto de lo que habría de ser la arquitectura racionalista.
Adolf Loos
En los años que giran en torno a la Primera Guerra Mundial, algunos arquitectos europeos sintieron la influencia de ciertas vanguardias históricas. Esa influencia fue en unos casos puramente testimonial, como sucede con el expresionismo y el futurismo, pero en otros como el neoplasticismo y el constructivismo supuso un apoyo más a la propia evolución de la arquitectura, cuyo impulso más modernizador fue dado por la Bauhaus. Los mejores ejemplos de la arquitectura que merece el nombre de expresionista los dieron los arquitectos Rudolf Steiner, Erich Mendelshon y Bruno Taut. Los dos primeros realizaron obras dominadas por las formas orgánicas, como el famoso Observatorio Einstein levantado por Mendelshon en Postdam; mientras que Taut se sintió atraído por una arquitectura de cristal de formas poliédricas.
La arquitectura futurista, por su parte, quedó más representada sobre el papel que en la realidad. Su máximo exponente fue el italiano Antonio Sant^Elia (1880-1916), autor de numerosos proyectos de ciudad del futuro, en los que los altos edificios, los ascensores exteriores, las vías a diferentes niveles y los puentes colgantes generan una especie de ritmo vertiginoso propio de la vanguardia futurista.