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Lengua
LINGÜÍSTICA
Variedades lingüísticas - 9ª parte
Variedades diafásicas (continuación)
Otros registros: los lenguajes especiales
racias a unas situaciones específicas de comunicación han aparecido los lenguajes especiales. La ciencia, y cuanto guarda relación con el conocimiento racional de la realidad; la técnica, que prescribe un control y una actuación sobre tal realidad; el derecho, que fija la organización política de la sociedad, y, finalmente, el arte, son las situaciones esenciales que, en el seno de la lengua, han supuesto su diversificación en los correspondientes lenguajes especiales.
Se caracterizan por ser léxicos particulares y, lo que es más importante, por un modo peculiar de expresar el contenido. Creadores de modelos lingüísticos, y por tanto de norma, se incluyen en las zonas más altas del estándar y tienden, en algún sentido, a salirse de él: notoriamente en el caso de la lengua literaria, como en otro lugar se ha indicado, pero también en lo que se refiere al lenguaje científico-técnico y al jurídico-administrativo, que aspiran a ser, sobre todo el primero, lenguajes artificiales.
El lenguaje científico y técnico
La ciencia se define como el conocimiento, por medio de la razón, de la realidad, trátese de una realidad física (la naturaleza) o social (cultural). La clasificación de las ciencias y su relación con otros saberes, como la filosofía, es un problema arduo; pero la aspiración al conocimiento que les es propio implica un modo de significar y de comunicar característico.
Frente a las lenguas naturales, que estructuran la realidad y en las que el valor de los signos viene dado por una relación arbitraria entre unos y otros, el lenguaje científico se propone reproducir, con el propósito de describirla y explicarla, una realidad previamente estructurada, en la que existen unos límites fijos, o en la que tales límites se han trazado mediante un sistema conceptual previo: el modelo científico. Dicho modelo o paradigma construye una terminología o nomenclatura, que posee unos términos cuyo valor se define expresamente.
Dichos términos se denominan tecnicismos: palabras de un solo y preciso significado, por lo común traducibles de una lengua natural a otra mediante simple adaptación de significantes. El lenguaje científico tiende a la universalidad (es interidiomático), en la misma medida en que tiende a la designación objetiva de la realidad; es un discurso declarativo, referencial, del que se hallan ausentes tanto lo expresivo como lo apelativo; emisor(es) y receptor(es) no importan en cuanto individuos privados, sino en cuanto miembros de la comunidad científica y del todo social cuya necesidad de saber universal representan.
Los tecnicismos de una ciencia se crean por los procedimientos habituales de las lenguas naturales: derivación, composición, acronimia, especialización del léxico común y préstamos de otras lenguas. Constituyen su léxico y determinan su especificidad. Gramaticalmente, el lenguaje científico recurre a las reglas de la lengua natural en que necesariamente se expresa, si bien determinadas ciencias, como las matemáticas y la lógica formal, tienden a constituirse en sistemas artificiales no estrictamente lingüísticos.