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Lengua
EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA
El texto - 10ª parte
La narración (continuación)
Los personajes
o cabe pensar en un relato sin personajes. Éstos son los que soportan la acción, es decir, los que hacen las cosas (viajan, buscan, luchan...) o a quienes les pasan las cosas (nacen, desean, mueren, se enamoran...). En ellos radica el interés humano, sin el cual no existe narración: los dioses de los mitos, los animales de las fábulas, los extraterrestres de la ciencia ficción, son seres antropomórficos, definidos por emociones y deseos humanos.
El protagonista o héroe es el personaje principal, que, siendo el centro de la acción, provoca o sufre los acontecimientos cuya sucesión da el relato. Además, él suscita a menudo la identificación del oyente o lector, en la que se halla el sentido último del relato.
El narrador
El narrador es el que cuenta el argumento, aunque no hay que confundir narrador con autor. El autor de un texto, el hablante, elige un papel, un punto de vista desde el que contar: este papel -que puede coincidir o no con un personaje- es el del narrador. El autor anónimo del Lazarillo construye un narrador que es el protagonista de la novela; Mary W. Shelley es la autora de Frankenstein, pero el narrador es Víctor Frankenstein o, más propiamente, el marino que cuenta la historia de éste.
El punto de vista narrativo es el lugar desde el que se narra. De sus diversas posibilidades, dos son las más comunes: la 3.ª persona (el narrador se sitúa al margen de los personajes, como un dios que contara la vida de los seres que ha creado o como un testigo que, ajeno a los personajes, diera cuenta de lo que les pasa) y la 1.ª persona (el narrador es un personaje, generalmente el protagonista). Una noticia de periódico o un mito son relatos construidos en 3.ª persona; una autobiografía está contada en 1.ª persona.
El tema del relato
Argumento, tiempo, espacio, personajes y punto de vista narrativo dan forma específica a un tema, sentido último que el autor del texto pretende comunicar: un juicio o un sentimiento, una afirmación o una pregunta sobre las relaciones humanas, sobre la realidad.
Los recursos lingüísticos
El lenguaje de la narración presenta tantas posibilidades como clases de relatos existen. Puede ser más o menos referencial o expresivo, más o menos común o retorizado, cifrado en tantas variedades o registros como la lengua posee.
La abundancia de verbos (particularmente los que indican acción) y el predominio de las formas de aspecto perfectivo sobre las imperfectivas, más propias de la descripción, aparecen como las características lingüísticas más significativas; el pretérito perfecto simple es, por excelencia, el tiempo verbal de la narración.
También la subordinación temporal, como las palabras que expresan tiempo, son esenciales. Dado que el relato ha de incluir el discurso de los personajes, el uso del estilo directo y del indirecto resulta, asimismo, característico. Finalmente, dentro de los textos narrativos suelen incluirse fragmentos descriptivos y expositivos.