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Lengua
EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA
El texto - 8ª parte
Clases de textos (continuación)
Textos narrativos, descriptivos y expositivos
l segundo criterio (estructura y forma de los textos) ha sido abordado desde numerosos puntos de vista. Desde un punto de vista muy general, se atiende al tipo de relaciones existentes entre las predicaciones que se suceden en un texto, que pueden ser, básicamente, de origen temporal, espacial o lógico.
Esto permite distinguir tres grandes clases, que coinciden además con lo que en la práctica escolar tradicional suele denominarse tipos de escritos: la narración (basada en la ordenación temporal de acontecimientos), la descripción (construida sobre un orden espacial) y la exposición-argumentación (basada en relaciones lógicas). Ello sin perjuicio de que existan numerosos textos mixtos: narraciones que incluyen descripción y exposición, textos expositivos que recurren a la descripción, descripción argumentativa, etc.
El presente criterio debe ponerse en relación con el mencionado en primer lugar: ¿para qué y para quién se narra, se describe o se argumenta? Pues un relato, por ejemplo, puede servir para varias cosas: entretener a un niño (un cuento), informar (una noticia), explicar los orígenes del mundo (un mito) o convencer (una fábula).
En la novela El Quijote, que es
una de las obras más geniales de la literatura universal, se combina
narración, diálogos y descripciones de gran cualidad.
El diálogo
El diálogo es una clase de texto bien caracterizado. En él las intervenciones de dos o más hablantes se van sucediendo hasta agotar el tema que le da unidad. Básicamente posee carácter oral: la charla cotidiana, la discusión familiar, las preguntas y respuestas que transmiten las informaciones necesarias de cada día, los saludos, los debates, etc. Pero existen también diálogos escritos: un género literario denominado justamente así desarrolla un tema --filosófico, moral, político-- poniéndolo en boca de personajes que mantienen puntos de vista distintos respecto a ese tema; otros textos adoptan la forma de diálogo (cuestionarios, algunos manuales escolares, catecismos); en ocasiones son reproducción de la lengua oral (estilo directo), y otras, más bien, simulación de diálogo (texto teatral).
Existen diálogos narrativos (por ejemplo, un interrogatorio judicial), descriptivos (una descripción hecha a turnos por varios hablantes), expositivos (una clase en la que los alumnos intervienen) y, lo que es más común, argumentativos (un debate).
Desde otro punto de vista, los diálogos pueden ser más bien informativos (los que comunican noticias, opiniones e ideas), expresivos y apelativos (los característicos de la lengua coloquial), poéticos (los diálogos ficticios con finalidad estética) o fáticos (las conversaciones rutinarias de cada día).
Las condiciones de coherencia de un diálogo no difieren de las que cualquier texto exige. Los interlocutores deben hablar del mismo tema y cada intervención debe estar justificada por la anterior y por la situación en que se produce. Basado en el principio de cooperación entre hablante y oyente, el diálogo es mucho más que dos o varios monólogos alternativos: el espacio de una auténtica confrontación en la cual la comunicación se hace posible.