GEOGRAFÍA - PAÍSES: México - 14ª parte

 Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura

 Menú principal - Índice principal Usuarios conectados 47 usuarios conectados


Geografía

PAÍSES

México - 14ª parte


Música   Cine

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

Música

a música azteca había alcanzado un notable desarrollo pese a que sus compositores desconocían la notación musical y la polifonía. Utilizaban un gran número de instrumentos tipo silbatos, flautas, tambores, cascabeles, etc., de los que los más importantes todavía se usan: el ayotl, el huehuetl, el teponaztli, el tunkul, el zacatán, etc. Así, la música popular mexicana adquiere un fuerte contenido de la música indígena, además de la influencia española y, en menor medida, de algunos elementos africanos.

Algunos cantes y bailes mexicanos de mayor influencia española son el romance, el corrido o las tonadillas, mientras que la música negra o africana ha conducido a la creación del son o la danza habanera. Otras conocidas danzas típicas mexicanas son el huapango, el jarabe, la jarana, la mañanita o la sandunga. Son muy conocidos los conjuntos instrumentales que interpretan esta música popular, los mariachis, formados generalmente por violines, guitarras, jaranas, guitarrones, clarinete y trompeta.

La música culta europea fue introducida en México por los españoles a principios del s. XVI, con cantos litúrgicos que se enseñaban a los indígenas. De 1556 data la primera edición musical mexicana (y quizás americana): el Ordinarium de la misa. A lo largo de todo el período colonial son numerosas las composiciones, así como la fabricación de instrumentos (órganos, claves, arpas, etc.). La figura más destacada en cuanto a producción musical fue H. Franco.

En el s. XVIII la música mexicana entra en un período de decadencia, con una total influencia primero de la música española y, a partir de 1760, de la ópera italiana. El único compositor destacado de la época fue J. Aldana. Con la independencia volvieron a aparecer un buen número de músicos con notables aportaciones. Destacan A. Ortega y M. Morales, así como los compositores de música de salón F. Villanueva (realizaba danza mexicana en piano) y J. Rosas (creador de famosos valses). Es una época de recuperación de la música tradicional mexicana y de inspiración en el folclor nacional y en la canción popular. 

El s. XX vio aparecer la máxima figura de la música mexicana y uno de los más destacados compositores americanos: Carlos Chávez, que a su vez encabeza una prolífica generación musical. La vida musical contemporánea en México es de las más activas de América Latina.

Cine

Ya desde 1897, el ingeniero Toscano Barragán empezó a filmar por primera vez en cine los acontecimientos de la vida mexicana. No obstante, el auténtico largometraje no nace en el país hasta bien entrado el s. XX, y no toma una aceptable calidad cinematográfica hasta la década de los 20 con nombres como Carrasco y Contreras Torres. Pero la cercanía del mercado y la producción hollywoodense absorbió a técnicos y actores mexicanos.

Con la llegada del cine sonoro, la diferencia idiomática permitió a México hacer su propio cine de renombre: Sobre las olas (1932), y el gran musical de la época Allá en el rancho grande (1936). Pero el cine mexicano y sus estudios estaban muy controlados por los estadounidenses, particularmente de la RKO. Esto no impidió que grandes nombres fueran apareciendo especialmente a partir de los años 40, cuando la película Ahí está el detalle (1940) dio a conocer al mundo al gran actor cómico Mario Moreno, Cantinflas. Otra gran película, El peñón de las ánimas (1942), sirvió de trampolín a la fama a la gran actriz de la época María Félix.

En 1946 llegó el primer gran éxito del cine mexicano de mano de Emilio Fernández con su María Candelaria, vencedora en el festival de Cannes. La producción cinematográfica de Fernández cobró también renombre con Río escondido, Flor silvestre y La perla. Con todo, México produjo más de 120 películas en 1950 contra las 50 producidas en 1938; fue, pues, en la década de los 40 cuando la producción nacional, desvinculada ya del capital y control de Hollywood, despegó y se afianzó definitivamente. Las películas de Cantinflas obtuvieron un enorme respaldo popular y crítico, así como un gran mercado potencial en toda Hispanoamérica. Grandes técnicos cinematográficos como Figueroa o Philips trabajaban en México, así como actores de gran renombre. De esta manera, se elevó la talla de la cinematografía del país durante los años 50. Cabe destacar dentro de la filmoteca mexicana títulos como Los olvidados (1950), Ensayo de un crimen (1955) y Simón del desierto (1965), dirigidos los tres por Luis Buñuel, gran director español exiliado en México.

En 1955 Raíces, de Alazraki, obtuvo de nuevo un galardón en Cannes; del mismo director, el filme Torero (1956) obtuvo gran renombre por la crítica que hacía a las corridas de toros. Más recientemente Luis Alcoriza, que había trabajado con Buñuel, ha dejado también títulos de importancia, como Tlayucán (1961), Tiburoneros (1962) La casa de cristal (1967) o El muro del silencio (1973). En este años se produjo también otro interesante film Reed, México insurgente (Paul Leduc). Todos estos filmes, más modernos, fueron acabando con un cine que había abusado demasiado de musicales, comedias de enredo y dramas fáciles y románticos, que si bien vendían en los años 50 y 60, dejaron de gustar al público ya más crítico y rupturista de los 70. En este contexto, destacan El santo oficio (Arturo Ripstein, 1973), o Donde sopla el viento suave y Canoa (Felipe Cazals, 1974 y 1976 respectivamente), filmes reivindicadores de la condición indígena. Estos tres «grandes» del cine mexicano mencionados (Leduc, Ripstein y Cazals) son, en cuanto a cinematografía, lo más importante a destacar; entre sus últimos títulos, figuran El tres de copas (Cazals, 1986), El otro (Ripstein, 1984), y sobre todo Frida (Leduc, 1983). El resto de cine mexicano, buena parte del cual está dirigido a los mercados hispanos de E.U.A., es generalmente de baja calidad y consumo fácil.

Algunos filmes surgidos a finales del pasado siglo XX son: El verano de la Sra. Forbes (Jaime Humberto Hermosillo, 1988), Vidas errantes (Juan Antonio de la Riva, premiado en el festival de San Sebastián),  Leyenda de una máscara (Jorge Buil, 1991), Intimidad (Dana Rotberg, 1990) y Como agua para chocolate (Alfonso Arau, 1992).

Música   Cine

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

  • Ir al índice de la sección
  • Volver atrás
  • Ir a la página anterior
       

 Menú principal - Índice principal



Logo Asociación Española para la Cultura, el Arte y la Educación ASOCAE Creative Commons © ASOCAE ONGD, Asociación Española para la Cultura, el Arte y la Educación - www.asocae.org - RNA 592727 - CIF.: G70195805 ¦ Contacto  ¦  Bibliografía ¦  Política de privacidad ¦ Esta web NO utiliza cookies, ni guarda datos personales de los usuarios