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Geografía
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México - 6ª parte
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Geografía económica (continuación)
ctualmente la producción industrial del país se encuentra bastante diversificada. El mayor número de trabajadores se ocupa en el sector textil, que parcialmente ha ido sustituyendo los tradicionales hilados y tejidos de algodón o lana por las fibras sintéticas; aunque se trata de uno de los sectores menos concentrados territorialmente, configura un polo principal de producción en Puebla-Orizaba, al que ha llegado a denominarse como el Manchester mexicano. La industria química y de hidrocarburos se concentra en los núcleos de extracción y refino, o cerca de ellos, y produce fertilizantes, pesticidas, fibras textiles sintéticas, plásticos, productos farmacéuticos, etc.
La falta de planificación durante las etapas de mayor crecimiento industrial ha llevado a una enorme polarización en la localización, con un área industrial en torno a Ciudad de México totalmente saturada e hipertrofiada. A mucha menor escala destacan los núcleos de Monterrey (que, partiendo de la industria siderúrgica, ha logrado una gran diversificación) y Guadalajara. Más recientemente se han desarrollado otros grandes polos industriales, como el de Lázaro Cárdenas, en el Pacífico; las concentraciones petroquímicas en el istmo de Tehuantepec: Minanitlán-Coatzacoalcos y Veracruz en el golfo, y Salina Cruz en el Pacífico; el eje Altimira-Tampico, con el área que abarca Ciudad Madero, Ébano y Panuco; y también la franja fronteriza con los E.U.A., con las empresas maquiladoras.
El sector agrario ocupa todavía en México a un 41 % de la población activa, aunque tan sólo aporta poco más de un 10 % del producto interior bruto. El país presenta muchas dificultades naturales para el desarrollo de la agricultura: la aridez de una grandísima parte del territorio, la excesiva humedad en las zonas tropicales y la accidentada topografía, comportan la necesidad de grandes obras en infraestructuras de regadío o en drenajes y, por lo tanto, grandes inversiones de capital. Por todo ello, únicamente poco más de un 10 % del territorio es usado para el cultivo y, además, un 70 % de estos cultivos se concentran en la franja central del país, la zona más templada y menos accidentada. La actividad ganadera, en cambio, generalmente de tipo extensivo, ocupa aproximadamente un 40 % de la superficie del país, en prados y pastos, siendo la cabaña bovina la más importante con diferencia.Los bosques cubren alrededor de un 25 % del territorio mexicano y constituyen otro notable recurso económico, aunque su explotación está llevando progresivamente a muchas zonas a un proceso de sabanización o desertización. La Revolución de 1910 acabó en México con el sistema latifundista de explotación agraria, de las grandes haciendas, heredado de la colonización española, e impuso un nuevo modelo de propiedad de la tierra, el ejido, que otorgaba la propiedad a los campesinos pero sin derecho a vender o a arrendar. Actualmente este sistema, aún vigente, se combina con la propiedad privada completa. Esta organización ha favorecido el desarrollo de dos circuitos de producción paralelos: una agricultura para la autosubsistencia y los mercados locales cuyos productos son cereales (maíz, trigo, fríjol, etc.), leguminosas, tubérculos y hortalizas, y una producción para la exportación, que en muchos casos ha permitido la creación de plantas industriales, con productos como la caña de azúcar, café, cacao, algodón, tabaco, henequén, etc. Esta dualidad provoca en México, a pesar de los esfuerzos gubernamentales, un fenómeno de exportación de productos, mientras siguen existiendo problemas de subalimentación.
El sector primario de la economía mexicana está dominado, sin duda alguna, por la minería. El subsuelo de México es excepcionalmente rico. La explotación de las minas de plata por parte de los colonizadores españoles condiciona la creación de las primeras ciudades y los primeros polos de desarrollo económico. Actualmente México es aún la primera potencia mundial en producción de plata, aunque con el inicio de la extracción de petróleo en el s. XIX éste se ha convertido en el principal recurso económico del país, y es también uno de los cuatro primeros productores del mundo de hidrocarburos (líquidos y gas natural). Las explotaciones industriales de crudo se iniciaron en 1901 por parte de compañías extranjeras, y veinte años después México ya era el segundo productor mundial tras los E.U.A. En 1938 se nacionalizó el sector, creándose la compañía estatal PEMEX que, aún en la actualidad, con una intensa política liberal de privatizaciones, el Gobierno mexicano se niega a desnacionalizar. Hasta principios de los años 70 la producción fue disminuyendo hasta el punto de tener que recurrir a las importaciones, pero entre 1972 y 1973, y posteriormente en 1981, el descubrimiento de nuevos yacimientos en el golfo ha vuelto a situar México entre los primeros productores mundiales, con unas enormes reservas. Las principales zonas de producción de crudo se extienden a lo largo de toda la costa del golfo, desde el istmo de Tehuantepec hasta la frontera con E.U.A., con importantes bolsas en la plataforma continental, en el golfo. Su extracción ha generado también una potente industria de refino y transporte.Además de la plata y el petróleo, México es el segundo productor de cinabrio (para la obtención de mercurio) y de azufre, y el primer productor de fluorita. Son igualmente muy importantes las extracciones de hierro, plomo, zinc, cobre, antimonio, uranio y, en menor medida, estaño, volframio, molibdeno y otras más.
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