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Cocina y gastronomía
PREPARACIÓN Y ELABORACIÓN DE ALIMENTOS
Cómo congelar y descongelar - 4ª parte
Preparación de los alimentos para congelar (continuación)
Frutas
s indispensable que las frutas para congelar sean muy frescas, estén en buen estado y en su justo punto de maduración. Si están demasiado maduras, el resultado de la congelación puede ser catastrófico, tanto para la presentación como para la textura.
Las frutas que mejor se prestan a este tipo de conservación son las pequeñas (fresas, frambuesas, cerezas, arándanos...). Ante todo, hay que limpiarlas con un paño húmedo. A continuación, puede utilizarse como método más sencillo el de la congelación en seco, consistente en precongelar la fruta previamente extendida en un recipiente y, únicamente cuando estén duras, introducirlas en el congelador en bolsas de plástico cerradas.
También puede conservarse mediante congelación en seco, añadiendo azúcar, en una proporción de 20 g. de azúcar por cada 100 g. de fruta. En este caso, una vez limpia y seleccionada, la fruta debe guardarse en recipientes herméticos, por ejemplo de aluminio, se espolvorea con el azúcar y se congela.
Las frutas de dimensiones medianas (albaricoques, melocotones, ciruelas...) deben hervirse previamente durante 2 minutos, retirar la piel, cortarlas en dos trozos, desechar el hueso e introducirlas en recipientes de plástico con cierre hermético, cubiertas completamente con un almíbar frío.
Los zumos de fruta pueden congelarse al natural en envases de cartón parafinado, o bien de plástico, cerrados con una hoja también de plástico.
A continuación se describe un cuadro sinóptico de los métodos de envasado de las frutas para su congelación. Elija entre ellos según el tipo de fruta y/o aplicación que se le vaya a dar (entera, rodajas, gajos, etc.):