LA TDT LLEGA A NUEVA CALEDONIA

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Como en otras latitudes, la TDT llegó a estas remotas islas francesas del Pacífico, ello quedó inmortalizado en un signo postal de gran belleza que, inevitablemente, nos abre nuevos caminos temáticos en el mundo de la radio-filatelia. Que sepamos es la primera estampilla que recoge la nueva tecnología (pero escrito con reservas, cada vez es más difícil obtener información directa de las nuevas emisiones postales, la privatización está acabando con la información y si, además, los sellos no aparecen en las cartas, también la filatelia, al como tal y como la conocemos hasta ahora, está en vías de extinción) digital que nos la vendían como el no va más.

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(SOBRE DE PRIMER DÍA)

La TDT, decían, era la panacea en materia de calidad y vendría a revolucionar el espectro radioeléctrico, pero nosotros, parodiando al inolvidable Groucho Marx diríamos “Encuentro que la televisión es muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”. El nuevo sistema nos lo han colocado como el no va más y desde que eliminaron el analógico no he podido ver la TV como Dios manda. Es más, sospecho que ahora es mucho más fácil interferirla o eliminarla del canal y, curiosamente, en mi zona una TV nacional “cae” cada dos por tres y su mensaje [por no decir la totalidad de la programación] no llega a destino. Antes podías ver “nieve” pero al menos la tenías –a veces me entretenía en seguir el audio vía radio, otra alternativa que ha desaparecido- ahora el pixelado rompe la emisión y a veces la voz llega distorsionada o descompensada respecto a la persona que habla de tal forma que cuando habla puede que el personaje esté callado o al revés: tiene la boca cerrada y no deja de hablar. Pero “esas peculiaridades” deberían haberlas explicado los técnicos y salvo algún que otro crítico que lo divulgó, nadie dice nada sobre un sistema que no es tan perfecto [quizá al tener tantos intereses los medios de comunicación en los propios sistema de generación de contenidos en realidad sólo están trabajando en la industria de las nuevas tecnologías como una forma más de especulación] y ha fragmentado exponencialmente el mensaje e invadido el espectro con decenas de canales -muchos con cargo al erario público pues tenemos televisiones o radios nacionales, regionales [perdón ahora son autonómicas], provinciales o locales gestionadas como si de una mina de oro se tratase y que no cesan en su carrera al abismo en acrecentar pérdidas o dilapidar recursos cuando deberían destinarse a otros menesteres- que nos los ofrecen como “canales de libertad de expresión” cuando en realidad son “canales de continua y descarada manipulación” de dudosa calidad y mal gusto. ¿Cuánto nos cuesta poner en el aire esos bodrios de sexo simulado, jadeos fingidos o concursos [meras estafas]? Nunca acierta el que llama y le tienen enganchado horas para acrecentar la factura telefónica. Regresemos al sello de Nueva Caledonia.

Se trata de un facial de 75 francos [recordemos que allí no circula el € aunque sí lo haga en Reunión, Mayotte o San Pedro y Miguelón por ejemplo] donde, a modo de pantalla de televisión, tenemos un ventana con las siglas TNT HD en dos líneas, a la que tendríamos que añadir el pájaro nacional Le Cagou [decenas de veces inmortalizado en sus signos postales], papagayo, flora de la región, tótem y varias antenas de las que habitualmente tenemos en cualquier tejado o terraza para recibir las señales de radio o televisión. La TDT [TNT por sus siglas en francés, nada tienen que ver con la célebre operadora de servicios postales privados] apareció en Nueva Caledonia el 30 de noviembre del 2010 cuando, oficialmente, la señal analógica se despidió de las televisiones de las islas y se iniciaba la era de la señal numérica y la alta definición. La señal llega desde París vía cable submarino se recupera en Los Ángeles (California) desde donde se sube al satélite que la reenvía a la antena que coloca la señal en todo el archipiélago caledoniano [similar proceso se emplea para Wallis y Futuna o la Polinesia Francesa].

(EL AUTOR CON UNA DE LAS FURGONETAS DE LA ORGANIZACIÓN RADIO FRANCE OUTRE MER-RADIODIFUSIÓN FRANCESA DE ULTRAMAR)

Por supuesto, como pasó en todo el territorio en donde se implantó: o tirabas el televisor o te rascabas el bolsillo comprando un decodificador [hagan números y verán la friolera de millones que nos costó a los españole de a pie la bajada de pantalones ante los poderosos lobbies de las nuevas tecnologías]. Inicialmente, de los dos canales que había en las islas [Tempo y RFO] se pasó a 8 canales y medio año después imaginamos tendrían más oferta.

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Los que iniciaron la nueva era digital fueron France 2-3-4-5-Ô-24-Arte y Nueva Caledonia Primero. Tempo desapareció de la parrilla pero hasta esa fecha fue el canal que colocó la señal de la TV pública francesa en el archipiélago y la RFO fue rebautizada [ya se sabe, los mismos perros pero con diferentes collares, hacer cambios sin cambiar, ese arte cuya especialidad es pasmosa en la clase política que nos ha tocado vivir en esta etapa histórica de mediocridad y corrupción, no cejan en su empeño de pervertir el idioma y hacernos creer que hay más pluralidad cuando es realmente lo contrario].

El multicolor sello fue diseñado por Claude Andreotto, impreso por Phil@poste en sistema offset, tamaño 36×26 mm, formato horizontal en hojas de 25 ejemplares y una tirada de 50.000 efectos de 75 francos, tarifa básica de correspondencia hasta 20 gramos para el archipiélago. Su primer día de circulación fue el 2 de febrero de 2011 y nos permite ¿inaugurar?, una nueva página dentro de la temática de comunicaciones o un nuevo capítulo en la dedicada al mundo de la televisión.

www.timbre.opt.ncphilatelie@opt.ncJUAN FRANCO CRESPO
lacancon999@yahoo.es

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