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Introducción

esde el punto de vista del arte, el Renacimiento supuso una vuelta hacia los modelos de la antigüedad clásica.

Para entender cómo surgió esta nueva corriente artística, es preciso tener en cuenta lo que significó la mentalidad humanista y la situación en la que se encontraba el arte gótico. El Humanismo se había interesado por todo el mundo cultural grecolatino y eso trajo como consecuencia la admiración de los antiguos restos artísticos que Italia contenía y el estudio de los tratados de arte que habían realizado arquitectos romanos.

El gótico, por otro lado, había alcanzado en sus últimas etapas una perfección y unos logros que ya resultaban difíciles de superar. Las catedrales góticas no podían ser ya más ligeras ni más esbeltas, con lo que la arquitectura sólo podía optar por repetirse o por buscar un nuevo camino. Surgió así el arte renacentista, interesado por el clasicismo grecolatino, colocando al hombre como centro de interés y como medida de todo, y entendiendo la belleza como una proporción matemática.

Con estas características resulta lógico que el nuevo arte surgiera en Italia. Este país, que ya se había manifestado diferente al interpretar los modelos del románico y del gótico con ciertos criterios del clasicismo, era donde se encontraban más restos artísticos de la antigüedad grecolatina; fue, también, la cuna del Humanismo y sus repúblicas comerciales habían generado una riqueza y una mentalidad capaces de apoyar el nuevo arte

 Por todo ello, el nuevo estilo fue una creación genuinamente italiana y su desarrollo, durante el siglo XV, quedó prácticamente limitado a estas tierras. Tan sólo desde finales del siglo XV y, sobre todo, desde comienzos del siglo XVI, la influencia italiana se extiende hacia el resto de Europa. Fuera de Italia, la arquitectura renacentista fue limitada y, en general, se trató de una adaptación de ciertos elementos clásicos a obras que aún no se habían despegado por completo de la influencia gótica; para Europa, la gran renovación arquitectónica llegaría con el barroco.

Con respecto a la escultura, la influencia renacentista italiana en los demás países europeos, tampoco fue muy intensa. Se limitó, primordialmente, a los monumentos funerarios o a pequeños objetos de función ornamental de interiores (relojes, centros de mesa...).

La pintura fue, sin duda, la manifestación artística que mejor recogió la influencia del arte italiano, aunque con frecuencia acusó la poderosa personalidad de cada zona.

Hay que señalar, además, que el prestigio de los artistas italianos del Renacimiento fue tal que, con frecuencia, fueron llamados fuera de su país para construir o decorar las obras de los monarcas o de la burguesía más poderosa. Por otro lado, Italia comenzó a ser considerada la cuna del arte y durante varios siglos (hasta bien entrado el siglo XVIII) los artistas europeos entendieron que viajar a Italia era un paso obligado en su proceso de formación.

Desde el punto de vista temporal, el arte del Renacimiento italiano se extiende por los siglos XV y XVI, denominándose éstos Quattrocento y Cinquecento respectivamente. El Quattrocento es el periodo de formación del estilo y el Cinquecento la época en la que trabajan las más grandes figuras del arte renacentista. Ahora bien, desde mediados del siglo XVI la recuperación del clasicismo entró en crisis, dando lugar a la aparición de un nuevo estilo, el Manierismo.

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