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Historia y Arte
LA EUROPA DEL RENACIMIENTO
Las manifestaciones artísticas - 12ª parte
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El arte renacentista español
omo sucede con el resto de los países europeos, la influencia del renacimiento italiano no se deja sentir en España hasta el siglo XVI. No obstante, la idea de un renacimiento artístico español debe considerarse con grandes limitaciones y entenderse fundamentalmente como una influencia italiana en unas manifestaciones artísticas aún apegadas al pasado y poco aportadoras de originalidades modernizadoras.
Arquitectura
Atendiendo al grado de influencia italianizante, se pueden establecer tres tendencias en la arquitectura española del XVI: el Plateresco, el Purismo y el Herreriano.
El Plateresco no debe considerarse como un estilo constructivo, sino simplemente decorativo, puesto que sólo supuso la utilización de motivos decorativos, procedentes de Italia. El término "plateresco" se tomó de los trabajos de repujado en plata de los orfebres de la época y define perfectamente la abundante decoración con la que se ornamentaron las fachadas de muchos edificios. El Plateresco se extendió principalmente por el valle del Duero y por Portugal, siendo Salamanca el centro de este estilo con obras como las fachadas de la Universidad y de la iglesia de San Esteban.
El Purismo supone una segunda fase de la influencia italiana, que se inició hacia 1525-30 y que ya no se limitó a la simple decoración. Los edificios empezaron a entenderse desde el punto de vista estructural según la concepción renacentista, y las ideas de proporción y equilibrio significaron abandonar parte de la excesiva decoración plateresca, para buscar la belleza en la propia ordenación de los elementos que constituían los edificios. Buen ejemplo de ello es la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, realizada, hacia 1540, por Rodrigo Gil de Hontañón.
Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares
Gran parte de esta nueva influencia se encuentra en partes o detalles de algunos edificios, cuyo estilo no puede considerarse plenamente renacentista, tal como sucede con la Catedral de Granada que, iniciada como gótica, fue resuelta en su interior como renacentista por Diego de Siloe (1495-1563).
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