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Historia y Arte
LA EUROPA DEL RENACIMIENTO
Las manifestaciones artísticas - 13ª parte
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El arte renacentista español (continuación)
Arquitectura (continuación)
na mención aparte merece el Palacio de Carlos V, construido, hacia 1530, por Pedro Machuca (h. 1490-1550) en la Alhambra de Granada. Este edificio, que no llegó a concluirse, es la obra española más puramente renacentista. Su simple concepción, a partir de un cuadrado exterior con un patio circular en su interior, evidencia el clasicismo con que fue ideado. Pero, a pesar de la belleza de líneas de su patio de dos pisos, esta obra no tuvo influencia en la arquitectura de su época.
El Manierismo es uno de los estilos más difíciles de aplicar a la arquitectura española del siglo XVI, sobre todo porque el edificio que mejor ejemplificó esta tendencia dio lugar a un estilo constructivo que, en España se imitó durante mucho tiempo. Ese edificio es el Monasterio-Palacio de San Lorenzo de El Escorial, obra de Juan de Herrera (1530-1597), que dio lugar al llamado estilo Herreriano. El Escorial fue una construcción fuertemente marcada por esa sobriedad tan típicamente castellana y tan representativa del monarca que lo mandó construir, Felipe II. Tuvo también la influencia de la arquitectura de los Países Bajos, puesta de manifiesto en sus tejados de pizarra repletos de mansardas (ventanas) pero, por otro lado, muchas de sus características son genuinamente manieristas: la combinación de grandiosidad de proporciones y de sencillez de formas; la mezcla que supone albergar en un mismo edificio un palacio, un monasterio, una biblioteca y un panteón real; el juego de utilizar como elemento decorativo, constantemente repetido, una pirámide que sostiene, contra toda lógica, una esfera en su vértice o las desmesuradas columnas de la fachada que se prolongan por más de tres pisos, son algunas de las manifestaciones manieristas de El Escorial.
Escultura
Recibió una escasa influencia del renacimiento italiano, limitándose al interés por la perfección en la representación de la anatomía humana. El influjo italiano no se dejó sentir ni en la temática, que fue predominantemente religiosa, ni en los materiales, pues en España se utilizó, sobre todo, la madera policromada. En esta época destacaron los escultores Alonso de Berruguete (h. 1490-1561) y Juan de Juni.
El primero cargó sus obras de intenciones expresivas, dando un volumen y un movimiento a sus figuras, escorzos agitados, que muestran la influencia que en él ejerció la obra de Miguel Angel y que anuncian ya el barroco.
Alonso de Berruguete fue un destacado representante del
manierismo español. Talla en madera del coro de la
catedral de Toledo.
Juan de Juni (h. 1507-1577), que nació en Francia, pero trabajó desde joven en España, se sintió más interesado por la perfección técnica y compositiva, pero tampoco estuvo lejos del patetismo religioso en muchas de sus obras.
En España también trabajaron algunos escultores venidos de Italia, como León y Pompeyo Leoni, que estuvieron al servicio de Felipe II en El Escorial y fueron responsables de las pocas obras de bronce realizadas, en esta época, en España.
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