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Geografía física (continuación)

e distinguen tres grandes zonas climáticas: la región oceánica, la continental y la mediterránea. La primera abarca las áreas costeras atlánticas, especialmente las de Bretaña, con más o menos influencia hacia el interior; la ausencia de montañas cerca de la costa determina que el clima oceánico sea el más extendido del país. Se caracteriza por unas temperaturas templadas (con una media situada alrededor de los 11 ºC) y un alto grado de humedad (con constantes precipitaciones del orden de los 1 000 mm anuales, una escasa oscilación térmica y donde la presencia de las heladas es relativamente rara).

Las abundantes precipitaciones suelen aparecer acompañadas por brumas y nieblas, conocidas con el nombre de crachin breton, y por vientos procedentes del O. Este tipo de clima aparece más frío hacia el N y, progresivamente, más cálido hacia el S. La región de clima continental se extiende fundamentalmente por las llanuras orientales; se divide en dos subclimas: uno relativamente moderado por la influencia atlántica, y el segundo con características propiamente continentales. El primero abarca la cuenca de París y en parte occidental de los Vosgos, las Ardenas, el macizo Central y los Pirineos; se caracteriza por presentar escasas precipitaciones y temperaturas más moderadas que en el subclima continental típico. Este último se extiende por la Francia del NO y el alto valle del Ródano, con inviernos muy rigurosos, aunque soleados, fuertes tormentas durante el verano, y una acusada oscilación térmica.

El territorio afectado por el clima mediterráneo comprende la zona suroriental de Francia, la llanura media del Ródano y las áreas meridionales de algunas cadenas montañosas; se caracteriza por presentar una relativa aridez y una elevada insolación. Las temperaturas son suaves en invierno y muy cálidas en verano, llegando a alcanzarse los 35 ºC; las escasas precipitaciones producen un marcado período de sequía estival, mientras que durante el otoño y la primavera se registran fuertes tormentas. Por otro lado, con frecuencia soplan vientos secos procedentes del interior que reciben distintos nombres en cada zona: mistral en el valle del Ródano y tramontana en el Rosellón. Las zonas de montaña presentan unos inviernos muy largos y fríos, con grandes nevadas y precipitaciones que superan a menudo los 1 500 mm, y unos veranos cortos y frescos. Aunque el dominio del clima atlántico en Francia condiciona la vegetación (hayas, robles y otras especies de hoja caduca), el paisaje muestra numerosos rastros de una humanización efectuada a lo largo de siglos, de modo que la vegetación natural ha quedado reducida a algunos puntos aislados.

En la región oceánica noroccidental abundan los robledales, las retamas y los brezos; las condiciones naturales (especialmente la abundante humedad) que se dan en esta región favorecen el crecimiento de estas especies, así como de los cultivos. Del mismo modo, la cuenca de París goza de unas óptimas condiciones, en las que se desarrollan densos bosques de hayas y robles y se generalizan los cultivos cerealísticos. El sector meridional y suroriental presenta una vegetación de tipo mediterráneo, con encinares, pinares y alcornocales. Este dominio vegetal se halla frecuentemente degradado y sustituido por formaciones de matorrales de espliego, jara, tomillo y romero. En este medio se desarrollan los cultivos de secano, como la vid y el olivo. En las zonas montañosas existe una mayor variedad forestal; las especies se distribuyen en función de la altitud, con un claro predominio del abeto y otras especies alpinas en los Alpes y en los Pirineos. Hidrográficamente, Francia se dividide en dos vertientes fluviales: la atlántica y la mediterránea. La primera constituye la más importante, puesto que la disposición del relieve determina que la mayoría de los ríos viertan sus aguas en el océano.

El macizo Central y los altiplanos del NE son los grandes proveedores de cursos fluviales de la vertiente atlántica; solamente el Garona y algunos de sus afluentes nacen en los Pirineos. El Garona, como el Loira y el Sena, es de régimen nivo-pluvial y pluvial oceánico, con un caudal regular y considerable que posibilita la navegación; es el más corto de los grandes ríos franceses, con una longitud de 575 km. Nace en el valle de Arán, en Cataluña, y, después de haber recorrido 46 km, penetra en Francia por el Pònt det Rei, y desemboca en la Gironda, un largo brazo de mar abierto al Atlántico. Sus principales afluentes provienen del macizo Central (Tarn y Lot); otros afluentes de menor importancia llegan de los Pirineos (Ariège, Sava, Gimona, Gèrs y Baisa).

El Sena, con una longitud de 770 km, es otro de los ríos destacados de la vertiente atlántica; nace en el altiplano de Langres y, después de recorrer la cuenca de París, desemboca en el canal de la Mancha en un gran estuario frente al Havre. Sus principales afluentes son el Oise, el Marne y el Aube a su derecha, y el Yonne a su izquierda. El Loira, con un recorrido de 1 020 km, es el río más largo de Francia y el que tiene una cuenca más extensa (115 000 km2). Nace en el macizo Central, recorre la parte S de la cuenca de París y desemboca en el Atlántico, al S de Bretaña, formando un profundo estuario. Recibe sus principales afluentes por la parte izquierda: el Alier, el Cher, el Indre y el Vienne; por la derecha solamente recibe un afluente importante: el Maine, que constituye un curso de escasa longitud, formado por la confluencia del Loir, del Sarthe y del Mayenne.

El Loira cuenta con un régimen muy irregular que impide la navegación y provoca peligrosas avenidas durante el invierno. El Ródano, el único gran río de Francia que desemboca en el Mediterráneo, es el más caudaloso del país; su longitud total es de 812 km, de los cuales 552 transcurren en territorio francés. Nace en Suiza, pasa por el lago de Ginebra y, tras penetrar en Francia, recorre la región de Lyon de N a S y desemboca en el golfo de León, formando un extenso delta y una gran región pantanosa, la Camarga. Entre sus principales afluentes cabe destacar, a la derecha, el Ain, el Saona, el Ardecha y el Gard y, a la izquierda, el Isière y el Drôme. El Ródano es una arteria fluvial de gran importancia económica, la más aprovechada industrialmente. Francia comparte algunos cursos fluviales con otros países, como el Mosa y el Mosela que nacen en territorio francés pero desembocan fuera de sus fronteras. Finalmente, el Rin forma la frontera con Alemania a lo largo de 190 km de su recorrido.

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