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Cocina y gastronomía
EL VINO
Servicio y cata del vino - 1ª parte
El servicio
Adquisición y conservación
l adquirir un vino debemos hacerlo en establecimientos
especializados, donde obtendremos mayor garantía de que ha sido conservado
adecuadamente, e información profesional sobre cómo debemos tratarlo y
consumirlo.
Para la conservación de nuestro vino nada sería mejor que una bodega, donde se encontraría en las condiciones más adecuadas de temperatura y protegido de la luz, con su grado de humedad y buena aireación. Pero la mayoría de consumidores tienen que limitarse al ámbito del hogar, por lo que debemos intentar establecer en él un espacio habilitado para el vino que permita mantener esas condiciones.
La cultura del vino se ha ido arraigando, por lo que cada vez hay más personas consumidoras y "entendidas", e igualmente la tecnología ha ido dando respuestas a las necesidades particulares.
Armario climatizado para
conservación del vino
Imagen cortesía de ViCave®:
www.vicave.com
Actualmente existen en el mercado armarios para guardar vinos, que nos permitirán conservar en casa vinos de calidad en condiciones parecidas a las de una bodega.
La temperatura
La temperatura es un factor fundamental que no debe ser descuidado, ya que de él depende que se aprecie y desarrolle adecuadamente toda la potencia gustativa y aromática de un vino.
No existe una regla general que se pueda aplicar a todos los vinos, ni tampoco se puede establecer una estricta temperatura para cada tipo de vino, aunque sí podemos aconsejar unas temperaturas idóneas según el grupo de clasificación siguiente:
Tintos crianza 14 - 17º
Tintos reserva 17 - 18º
Blancos secos 8 - 10º
Blancos dulces 6º
Rosados/claretes 9 - 12º
Espumosos 6 - 8º
Generosos secos 12 - 15º
Por norma general, los vinos jóvenes se sirven más fríos que los más viejos, e igualmente los blancos en relación con los tintos; de todas formas esto no justifica mantener de forma permanente en el frigorífico una botella de blanco, es preferible enfriarla un poco antes de servir.
En cualquier caso, debemos tener en cuenta que el calor es un enemigo de los vinos y puede arruinar hasta el mejor de ellos; cuando el vino esta demasiado tibio no resulta agradable al paladar y se aprecia en exceso su nivel alcohólico, esto es especialmente cierto cuando el tiempo es caluroso.
Para su consumo, es preferible poner un vino que está frío a temperatura ambiente y esperar que se atempere, nunca cerca de una fuente de calor para acelerar el proceso.