Educar en salud natural: Cursos de Naturopatía y Masaje

Una introducción a nuestro estilo de vida

Es una realidad que los seres humanos vivimos cada vez más alejados de la naturaleza. Nos reunimos en grandes núcleos de población, masificados, envueltos en polución, respirando el monóxido de carbono que nuestros propios medios de transporte emiten a la atmósfera, alimentándonos con productos de naturaleza industrial, acumulando malos hábitos alimenticios, viviendo a un ritmo acelerado y al mismo tiempo abusando del sedentarismo y, sin embargo, aún contando en los países más avanzados con los medios de asistencia sanitaria más completos y un supuesto buen nivel de vida, resultan paradójicos los altos niveles de trastornos y patologías que sufren los ciudadanos de esas áreas.

Según un reciente informe estadístico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), todos esos parámetros citados, junto a otros como el consumo de bebidas alcohólicas, la alimentación desequilibrada, la falta de ejercicio o el hábito de fumar, han provocado una serie de enfermedades responsables de dos tercios de las muertes en todo el mundo. Algunas de estas patologías son de naturaleza neurológica como la depresión (la sufren 350 millones de personas), o metabólica como el exceso de peso, pero en muchas ocasiones son fruto de un conjunto de fenómenos resultantes de nuestro propio estilo de vida.

Rescatando a la naturaleza para nuestra salud. La naturopatía.

Es un hecho que cada vez más los humanos tomamos consciencia del perjuicio para la salud de nuestro estilo de vida. Así, comenzamos a valorar los productos ecológicos, «lo natural», aquello que nos dice que debemos retornar a la naturaleza y valernos de su inagotable fuente de salud. Paralelamente, se constata que los cursos de naturopatía o los cursos de masaje son, por ejemplo, demandados con mayor frecuencia, aportando en consecuencia las evidencias de ese viaje hacia nuestros orígenes.

Jardín naturopático de la Universidad de Bastyr. Imagen Wikimedia Commons.

La etimología del término Naturopatía proviene de la raíz anglosajona “naturopath” (nature= naturaleza, y path=sendero, o “sendero de la naturaleza”). Pero también se observa una raíz latina «Natura=Naturaleza», y otra raíz griega «Pathos=mal», que se interpreta como «el mal tratado desde la Naturaleza».

La naturopatía ya era una ciencia contemplada por Hipócrates, el destacado médico de la Antigua Grecia considerado «el padre de la medicina», que vivió entre los siglos 460 a.C y 370 a.C. Hipócrates describía esta ciencia como «Vix Medicatrix Naturae» o «Natura Medicatrix», es decir, «El poder curativo de la Naturaleza».

Como ciencia de la salud, la naturopatía explica que en el interior de los seres vivos y expresamente de los humanos, existe una fuerza autocurativa, una fuerza vital que actúa en pro del equilibrio del cuerpo y de la mente. Esta fuerza es la verdadera protagonista de que se alcance el estado de salud cuando es convenientemente orientada.

Para alcanzar ese equilibrio, la naturopatía estudia el método de cómo conseguir que los humanos vivan la armonía con la naturaleza, cómo cumplir sus leyes y adaptarlas para obtener el beneficio de la adopción del modo de vida «natural». Se parte del hecho de que el estado normal de la vida es la salud y no la enfermedad, pues es la salud el estado mismo que nos da la vida, por tanto salud y vida son conceptos equivalentes ya que no se concibe una vida plena si no es con salud plena.

La terapia del masaje manual. El quiromasaje.

El quiromasaje es una exploración utilizando las manos como instrumento de presión y palpación con respuesta perceptiva sobre los diferentes órganos del cuerpo humano. Se trata de una modalidad que parte del «Sistema sueco de ejercicio y masaje» que fue desarrollado por el sueco P. Henrik Ling, tras sus viajes a China.

Quiromasaje. Imagen Wikimedia Commons.

El término «quiromasaje» aunque puede tener varios orígenes, parece proceder de los términos griegos «quiros» (manos) y «massien» (presionar con suavidad). Viene a describir literalmente «masaje con las manos», es decir, obviando cualquier instrumento mecánico o eléctrico. Se tiene constancia de que los sumerios ya practicaban masajes manuales hace 4.000 años, según unos textos hallados procedentes de la Antigua Mesopotamia.

Con las técnicas aplicadas, que dependen del objetivo a conseguir, el quiromasajista es capaz de lograr en el paciente efectos beneficiosos directos o reflejos, en diferentes áreas, incluso en el estado psíquico y de ánimo. Cabe decir que el quiromasaje alcanzó su mayor popularidad en la recuperación de heridos y lesionados de guerra, decayendo cuando hicieron aparición los primeros aparatos de estimulación electromecánica dedicados a la rehabilitación, pero volviendo a recuperarse en parte gracias a esta nueva «visión» humana del retorno a lo natural.

Así, con un objetivo terapéutico, con el tratamiento apropiado de quiromasaje se pueden eliminar o aliviar dolencias concretas y localizadas, mejorar la circulación sanguínea, favorecer la movilidad en tejidos dañados, mejorar el movimiento de las articulaciones, relajar la musculatura y favorecer el sueño, entre otros beneficios. El quiromasaje también es una forma de naturopatía, cuando se realiza como objetivo de la recuperación y mantenimiento de la salud.

El quiromasaje también se realiza de manera preventiva, por ejemplo para detectar lesiones y derivar al paciente a un especialista (como el fisioterapeuta); igualmente en personas sanas, por razones deportivas o de mantenimiento de un adecuado nivel de competición.

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Un comentario:

  1. Claro, pero ahí existe una delgada línea entre cuidar la salud y recurrir a pseudoterapias en detrimento de medicina probada. Es delicado este tema. Lo de que el organismo tiende al equilibrio y que éste se reestablece… Hm: como un paciente de cáncer se quede sentado esperando el reestablecimiento natural, lo va a llevar crudo. Por favor: ¡no neguemos los tratamientos médicos!

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