El riego por capilaridad permite mantener hidratadas las plantas en nuestra ausencia sin utilizar bombas ni mecanismos electrónicos. Utilizamos una simple botella de plástico; la mitad como depósito de agua y la otra mitad como maceta o recipiente que contendrá el sustrato. Es un sistema muy sencillo de construir y barato (nos sirven las botellas de plástico de 1 a 2 litros), y pocos elementos más, como hilo de polipropileno, alambre de 1 o 1,5 mm y una mecha que podemos confeccionar con el tejido de un pantalón vaquero viejo, que suelen ser 100% algodón.
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