La videoseguridad ya está al alcance de todos: del CCTV a la camara IP

Es un hecho que los sistemas de protección y control basados en equipos de televigilancia, se hallan cada vez más extendidos. La sociedad se ha sofisticado tecnológicamente, y aunque paralelamente también han crecido nuevas formas de delincuencia, la misma tecnología ha ido aportando los medios para contrarrestarlas con notable éxito.

La televigilancia nos rodea

La videoseguridad ya está al alcance de todos: del CCTV a la camara IP: Jason Bourne en busca de su identidad perdida

Jason Bourne (Matt Damon). Imagen Wikimedia Commons

La televigilancia ya no es un concepto del futuro, es presente y es eficaz. Recordemos el personaje de cine Jason Bourne (protagonizado por Matt Damon), en busca de su identidad perdida, pero continuamente amenazado por un mundo globalizado, donde no puede dar un paso sin que su imagen y movimientos sean registrados de alguna forma: las camaras de seguridad de un banco, un cajero, un organismo oficial; las camaras de vigilancia de una fábrica, una tienda, un centro comercial; el gps de su móvil, su tarjeta de crédito, la retirada de un billete de tren o avión, el registro de un peaje, las cámaras de tráfico y de lectura de matrículas de los automóviles… Infinidad de equipos a lo largo de un territorio pueden observar y grabar nuestros movimientos, y no es ciencia ficción ni necesitamos recurrir a guiones de cine para confirmarlo.Con sólo existir y movernos, no sólo dejamos una huella física, también dejamos una huella visual y telemática.

Las aplicaciones de la videovigilancia

Las aplicaciones de la videovilancia en el ámbito de la seguridad pública y privada son muy amplias. Desde los entornos empresariales hasta las modestas comunidades vecinales, o simples necesidades domésticas, es notable la presencia de sistemas de vigilancia y control mediante equipos que capturan y almacenan imágenes. El objetivo final siempre es el mismo: garantizar la seguridad de las personas y proteger los bienes. Así, hallamos cámaras frente a los aparcamientos públicos, en ocasiones dotadas de software, no sólo capaz de leer las matrículas de los vehículos, sino también de identificar a sus conductores. Igualmente, se protegen con cámaras las entidades bancarias; últimamente también los transportes públicos, las instalaciones de metro, los taxis, e incluso la propia vía pública en interés de la seguridad ciudadana. Como no, también instalamos videoporteros en los accesos a nuestras viviendas.

Monitoreo en un sistema de videovigilancia

Monitoreo en un sistema de videovigilancia. Imagen Wikimedia Commons

Y por supuesto, también se protegen los bienes privados mediante videovigilancia: el piso, nuestra casa de campo, un almacén… Las nuevas tecnologías para la protección de los bienes privados ya están a nuestro alcance, y no son exclusivos de las grandes corporaciones empresariales o estatales.

Las TIC como elemento impulsor y socializador del CCTV

Son notables los avances tecnológicos obtenidos en el campo de la videovigilancia y seguridad telemática, y se debe fundamentalmente a las tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Son éstas las que permitieron un considerable abaratamiento de los equipos de videovigilancia, así como el incremento de su eficiencia y fiabilidad. Recordemos, que el CCTV (circuito cerrado de televisión) existe desde hace muchos años, pero es ahora cuando los avances tecnológicos han conseguido romper con sus limitaciones de una forma inimaginable, dotando a este clásico sistema de funcionalidades que multiplican sus posibilidades, como es la digitalización de la imagen, que permite desarrollar nuevas aplicaciones en el campo videográfico, y por extensión de la videovigilancia.

Las comunicaciones inalámbricas, así como el envío de la información sobre IP, ha permitido que la televigilancia pueda asomarse al exterior (al mundo entero, en realidad, gracias a la web).

Las cámaras IP Vs. las cámaras analógicas

La llegada de la cámara IP constituyó una auténtica revolución en el mundo de la televigilancia. Una cámara bajo IP (Internet Protocol), es capaz de emitir imágenes directamente en red (y con gran calidad), gracias a que dispone de un pequeño servidor incorporado. Esta simple característica ya es por sí misma un elemento que hace sombra a cualquier cámara analógica clásica.
La cámara IP puede incluir variadas características, típicas de un servidor web, como es la posibilidad de enviar correos electrónicos desde la propia cámara; comprimir imágenes en determinados formatos y enviarlos a una dirección concreta; enviar datos vía FTP (file transfer protocol) para grabarlos o almacenarlos en otros equipos. Permite configurar la detección de movimientos a través de la lente y el inicio de una grabación. Además, las tecnologías de estas cámaras permiten otros muchos ajustes automáticos de visión: brillo, contraste, detección de umbral de luz (encendido de lámparas infrarrojas para ver de noche), etc.

Por supuesto, las cámaras IP pueden ser controladas a distancia, desde cualquier puesto de Internet, incluso mover sus ángulos de visión si están motorizadas. Además, las cámaras IP son seguras, pues tienen su propia dirección de Internet y se puede establecer un nombre de usuario y una contraseña para acceder a ellas.

Visión simultánea de un sistema de vigilancia mediante cámaras IP

Visión simultánea de un sistema de vigilancia mediante cámaras IP. Imagen Wikimedia Commons

En cuanto a la economía, las cámaras IP son muy accesibles en la actualidad, incluso para el uso doméstico, si comparamos sus prestaciones con las homólogas cámaras analógicas.Además, son técnicamente más sencillas de instalar y no requieren de un sistema dedicado como el CCTV; muchas de ellas incorporan wifi, por lo que pueden ser instaladas en lugares que están alejados del router.

En conclusión

La videoseguridad ya no es algo limitado a las empresas y organismos oficiales; su tecnología está al alcance de los bolsillos más modestos. Con una pequeña inversión, podemos proteger nuestros bienes dotándolos de equipos de videovilancia, y seguir todos los acontecimientos vía internet, incluso almacenando los sucesos que pudieran surgir, y así servir de prueba si fuera necesario.

 

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