“La radio fue mi mejor universidad”
[Juan Franco Crespo]
Autor Ángel Miguel Bastidas González, Editorial The Gioi, Hanoi 2017 275 páginas. www.thegioipublishers.vn, e-mil marketing@thegioipublishers.vn
Un nuevo ejemplar leído, un ejemplar disfrutado, sobre todo en estos tiempos en lo que todo debe ser de inmediato. Se trata de un libro atípico, un recopilatorio de artículos realizados desde Vietnam por el segundo secretario de la Embajada de Venezuela en Vietnam [los artículos o sección Xin Chào del caraqueño El Correo del Orinoco y, por lo tanto, de consumo para la población venezolana en forma de columna, muy similar al formato que tiene en la última página, el Diari de Tarragona que titulan LA PLUMILLA y que acaba de cumplir 30 años].
Son de una sencillez pasmosa, fácil de entender y para consumo de los que ya están preparados para ese periodismo militante que hace tantos años feneció en Europa [todavía recuerdo algunas cabeceras históricas Mundo Obrero o El Socialista que al no evolucionar simplemente quedaron en la historia; otras cabeceras de periodismo militante fueron o son más efímeras u ocasionales]. No hay alardes lingüísticos y algunas palabras o giros quedan para el ámbito venezolano. Digamos también que me devolvía a una noche mágica en Barcelona a finales de los setenta cuando actuó el grupo cubano liderado por Carlos Puebla; con la canción dedicada a los vietnamitas enardeció aquella noche el Pueblo Español de Montjuich, en la Ciudad Condal. En mis retinas quedó el pasaje del cantante cuando hasta casi perdía la voz: “Los vietnamitas son pequeñitos pero tienen los cojones así, así” y ahí gesticulaba y abría los brazos para expresar la grandeza de las gonadas de ese pueblo valeroso y sufrido que supo vencer a Goliat.
El libro llegó a mis manos gracias a La Voz de Vietnam que le realizó una pequeña entrevista al autor y ofreció 50 ejemplares para los oyentes que se interesaran por el mismo [un 10% de la edición] y gracias a la emisora de ese heroico rincón asiático, hoy puedo decir que aprendí muchas más cosas sobre él, lo leí teniendo al lado una guía Michelín, la última aparecida sobre Vietnam que, una vez más, al ser una mera traducción del francés, incurre en algunos errores que eran fáciles de subsanar, ya que hoy en día tenemos todo a un golpe de clic. En algunos momentos me devolvió a mi infancia y juventud cuando el conflicto bélico azotaba al pueblo vietnamita, infinidad de nombres que entonces, siendo niño, leía en IDEAL, el diario de Granada. Algunas de ellas con impactantes fotografías que nunca se borrarán de la memoria [como la de las criaturas corriendo, desnudas, tras el bombardeo con NAPALM, si no recuerdo mal la protagonista de esa icónica imagen acabó en Canadá].
Cada página es una colaboración en el diario caraqueño, hecho que te permite leer a un ritmo pausado, sin prisas. Su lectura me devolvía a noches de escucha y encuentro con la sección española de La Voz de Vietnam que también comencé a escuchar en los años 70 tras mi servicio militar cuando me traje un receptor alemán de Canarias y todavía sigue funcionando; es el que me acompaña cada vez que me pongo a trabajar en el ordenador. Vaya, que es lo mismo que esa tecnología de la obsolescencia que hoy tenemos: casi medio siglo funcionando y ahí está. Es cierto entonces costó una “pasta” pero resulta que cualquier receptor portátil de hoy te vale lo mismo y, todo dependerá de la suerte, pero si le sacas un lustro de funcionamiento, sin problemas, te puedes dar por satisfecho; generalmente el plástico o pasta es lo primero que salta puesto que se autodestruye.
Evidentemente, los datos radiales encontrados en Xin Chào aluden a la emisora estatal vietnamita, así que vamos directamente a ese trabajo de transcripción y honremos a aquel joven visionario que se embarcó en el proceloso camino de la emigración y llegó a París donde trabajó e intelectualmente se formó de cara a la titánica lucha emancipadora de lo que entonces se conocía como Indochina, se trata de Ho Chi Minh que inauguraba las instalaciones de la emisora en el ya lejano 7 de septiembre de 1945, ese mismo día, pero en el año 1973, quedaban inauguradas las emisiones en lengua española. Durante los más duros años de la guerra, Cuba fue el trampolín para que la emisora asiática llegara al mismísimo corazón del imperio, fue la particular solidaridad de la perla de las Antillas en aquel conflicto desproporcionado y de heridas que todavía supuran, pues varios miles de vietnamitas mueren cada año a causa de las explosiones de artefactos lanzados por centenares de toneladas sobre aquellos bellos y verdes paisajes. Como siempre, entre corchetes, la página en la que aparece la referencia radial o televisiva, esperamos que disfruten esta nueva entrega de La radio en la literatura.
“El muchacho salió rebelde como el vietnamita. Su canto rumbero anda por caminos alternativos porque Nguyen Van Troi Purroy no se deja atrapar por los mercaderes de las emisoras privadas que tanto daño le hacen a la música venezolana con la fulana Payola [mordida, comisión o coima]”. [70]
“Qué dirán ahora con el lanzamiento del Canal Militar Quoc Phòng (Defensa Nacional), un proyecto madurado durante cuatro años, hecho realidad la semana pasada, el 19 de mayo de 2013, cuando se cumplían 123 años del natalicio de Ho Chi Minh.
El nacimiento de la planta televisiva QPTV coadyuvará a tomar conciencia más clara y profunda sobre la responsabilidad del sector militar en la construcción y defensa de la Patria, afirmó el Ministro de defensa, general Phùng Quang Thanh.
De 5:30 de la mañana hasta la medianoche, QPTV divulga las actividades del Ejército Popular y de la defensa de la Patria y del socialismo en la nueva etapa, así como informaciones internacionales relativas a la situación política y militar mundial.” [91]
LA VOZ DE VIETNAM
“La Voz de Vietnam, hoy la red de emisoras de radio más importante del país indochino, nació en 1945 como una necesidad de contacto con el mundo, como parlante internacional de la lucha vietnamita contra el colonialismo francés.
De tal manera que sus primeras emisiones incluyeron el francés, inglés y cantonés, y más tarde el mensaje revolucionario de la emisora volaba, además en pekinés (sic), esperanto y laosiano.
Eran los días de los tumultos rebeldes de agosto que abrieron las puertas al 2 de septiembre (1945) cuando Ho Chi Minh fue nombrado presidente de la República Democrática de Vietnam.
Luego de la caída de los franceses en la explanada norteña de Dien Bien Phu (1954), al año siguiente Vietnam fortaleció su Voz, con nuevas emisiones en tailandés, japonés, indonesio, camboyano, ruso, coreano y español [aquí no me cuadra el idioma de Cervantes, pues los datos que tengo son otros pero respeto al autor venezolano] a pesar de la situación de guerra, ahora más intensa, frente al invasor yanqui.
Hoy [25.08.2015], a 70 años de la creación de La Voz de Vietnam, al abrir el portal http://vovworld.vn nos encontramos con un abanico de programaciones en 12 idiomas: alemán, camboyano, español, francés, indonesio, inglés, japonés, laosiano, mandarín, ruso, tailandés y vietnamés (sic).
Otra voz, la de una joven venezolana, caraqueña de La Candelaria, será uno de los detalles de las celebraciones de este próximo aniversario del departamento de español. Se trata de Maikki [si no me equivoco la hija del autor], estudiante de medicina integral comunitaria que hizo un stop en su carrera para venirse a la tierra del Tío Ho. Ella es la nueva editora y narradora en La Voz de Vietnam [ahora mismo tenemos a Paco que se encarga de la popular y sabatina Cita de Correspondencia, un programa que atiende a la audiencia y con el que genera impulsos positivos entre la institución radial y el mundo del radioescucha]. [169]
“La designación de Ho Chi Minh como presidente y la creación de la emisora La Voz de Vietnam.
Entre los miles de héroes de aquellos acontecimientos, se empina la figura de Tran Lam, como artífice de la primera radio nacional vietnamita, tarea que le había encomendado el propio presidente Ho Chi Minh.
En los actos conmemorativos de la emisora, su actual director general, Nguyen Dang Tien, expresó que bajo la orientación de Tran Quang Van –verdadero nombre de Tran Lam- la Voz de Vietnam superó todas las dificultades propias de una situación de guerra para seguir creciendo durante aquellos intensos años, los más difíciles en la historia del país indochino.
En sus relatos, Tran Lam cuenta que el nombre de la emisora se discutió detalladamente, procurando que fuera corto y además que expresara íntegramente la esencia del país y de su capital Hanoi. Sobre el tema musical [el que va en la señal de identificación o intervalo] también fue ponderada con cuidado, inspirada en la canción Eliminar el fascismo.
Hasta la fecha sólo se ha cambiado una palabra en la presentación [identificación que da inicio a la emisión en el idioma correspondiente]: La República Democrática de Vietnam por la República Socialista de Vietnam.
Cinco días después de la firma de la Independencia en Hanoi, a las 11:30 del mediodía del 7 de septiembre [1945], la radio vietnamita alzó por primera vez su voz, para hablarle al país y al mundo: Esta es la Voz de Vietnam, transmitiendo desde Hanoi, capital de la República Democrática de Vietnam. Una identificación sencilla, pero solemne a la vez y de orgullo en las voces de Nguyen Van Nhat y Durong Thi Ngan.” [177]
ALÍ
“La Canción necesaria de Alí Rafael Primera Rosell hizo recordar desde la Voz de Vietnam a muchos vietnamitas hispano-hablantes y a numerosos escuchas latinoamericanos y caribeños momentos gloriosos de la lucha del pueblo indochino por su independencia y el derecho a vivir en paz.
Las ondas hertzianas llevaron el mensaje musical de Alí Primera por las diez estaciones del sistema nacional y el portal www.vovworld.vn –en español- cual camino de pequeñas historias contenidas en tres canciones emblemáticas que resonaron en la década de los años 60 del siglo pasado, cuando toda Indochina era blanco de los misiles yanquis.
La joven locutora vietnamita Durong Quynh Mai se refirió en primer término a la canción Inolvidable Ho Chi Minh y la importancia de ese mensaje musical en los años que su país urgía solidaridad internacional para denunciar las atrocidades de los militares estadounidenses sobre la tierra indochina.
Tras oírse el canto al héroe vietnamita. Durong Quynh Mai dio espacio a Mujeres del Mekong, un justo homenaje a los miles de jóvenes y adultas, obreras, campesinas o estudiantes, que se entregaron íntegramente a la lucha por la liberación nacional.
El programa de un cuarto de hora, también colocó en el aire otra canción aún vigente, porque denuncia las agresiones norteamericanas en todo el mundo, centradas ahora en regiones con riquezas petroleras como el Medio Oriente. No basta rezar menciona la lucha del pueblo vietnamita, en el cual jugó un papel muy importante la comunidad budista, retratada en el bonzo Thích Quàng Dúc, quien se prendió fuego en una calle de Saigón (1963), [de paso también se acuñó el término se suicidó a lo bonzo que hoy perdura en todo el mundo] con lo cual el budismo rompió con dos mil 500 años de tradición apolítica. La consigna rezar y luchar había recorrido el planeta en “blanco y negro”. [200]
“Una flor para él”, con esas cuatro palabras, la directora del Departamento de español de la radio La Voz de Vietnam, Vu Huong Giang, expresó su amor y admiración por esa figura universal del boxeo aficionado y profesional que alguna vez se llamó Cassius Marcellus Clay Jr.” [211]
“La periodista de La Voz de Vietnam, Vo Huong Giang, hurgó sobre la situación venezolana, la cual Wimmer describió como difícil pero segura de superar porque existe una estrecha unidad cívico-militar y la Revolución Bolivariana cuenta con un gran apoyo internacional.” [227]
“Relata Lê Van Vui, que en sus años de estudiante de primaria, una delegación de la aldea donde nació se acercó a su casa para solicitarle que fuese el locutor de noticias del poblado, debido a que muchos vecinos no sabían leer ni escribir.
El joven estudiante aceptó el encargo e inmediatamente procedieron a construir un altavoz o corneta de cartón para “transmitir” diariamente el resumen matutino de noticias.
Lê Van Vui se encaramaba en un pequeño árbol y desde allí leía las informaciones del diario Nhan Dan (Pueblo), sobre todo las noticias relacionadas con los combates que se libraban diariamente en todo el territorio vietnamita frente a los invasores yanquis.
El 11 de octubre de 1964, apenas llegó el periódico sonaron las campanas de alerta, esta vez para convocar a la audiencia al frente de la “Radio Árbol”: el locutor adelantó que les tenía la noticia más bonita del mes: en un lejano país, llamado Venezuela, un grupo de guerrilleros habían capturado a un alto militar de Estados Unidos, con la intensión (sic) de evitar el fusilamiento en Saigón [actual Ciudad Ho Chi Minh], para entonces capital del Sur, del joven obrero Nguyen Van Troi, quien era acusado de planificar un atentado contra el secretario de Estado norteamericano, Robert McNamara: “Aquella noche, nadie durmió, emocionados todos por el gesto de apoyo y solidaridad del pueblo venezolano a Vietnam, en la resistencia anti yanqui”.
Qué iba a pensar el improvisado locutor que esa experiencia de niño reportero se iba a constituir en una especie de pasantías adelantadas como estudiante de periodismo, profesión a la cual dedicaría toda su vida, hasta jubilarse.” [257]
“Si ahora mismo me encontrase frente a un vietnamita, creo que lloraría de vergüenza y dolor; me disculpo sinceramente con ellos por todo el sufrimiento que les causamos; eso no debió suceder nunca”… dijo Hackwell [Hill Hackwell fue un soldado norteamericano que participó en aquella guerra] al periodista cubano José Llanos Camejo, en La Voz de Vietnam.” [263]
“Isra [Isra Cinman, escritor argentino] es un caminante sin fronteras, no es de esos que andan en busca de los mejores refugios 5 estrellas para hacerse “selfies”. Lo oímos por la emisora La Voz de Vietnam de la cual es un ferviente radio escucha y articulista colaborador. Ha recorrido “medio mundo” dejando huellas porque se identifica como amante de la observación minuciosa.” [266]
Y hasta aquí todo lo que sobre la radio me encontré en ese libro que lleva por título el tradicional saludo vietnamita Xin Chào. Sólo nos resta dar las gracias a La Voz de Vietnam por habernos hecho merecedores de un ejemplar de este recopilatorio de artículos aparecidos en el diario venezolano.