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Lengua
LAS LENGUAS PENINSULARES
El léxico castellano - 4ª parte
Formación léxica
partir de las unidades léxicas que una lengua posee como patrimoniales o que ha incorporado como préstamos, el léxico se amplía mediante dos recursos esenciales: la derivación y la composición.
Palabras derivadas
Son palabras derivadas las que se forman mediante afijos, es decir, morfemas que se anteponen (prefijos) o posponen (sufijos) al lexema. Por ejemplo, "recaer" (prefijo + lexema), "ventanilla" (lexema + sufijo), "redescubrimiento" (prefijo + prefijo + lexema + sufijo), "nacionalismo" (lexema + sufijo + sufijo), etc.
Los afijos castellanos proceden del latín o del griego. Se trata de morfemas que pasaron de estas lenguas al romance con similar función, aunque muchos prefijos provienen de lexemas de cuyo significado léxico los hablantes castellanos perdieron conciencia al no sobrevivir como palabras independientes, sino como elementos de otras.
En las ampliaciones de texto adjuntas se presentan algunos de los prefijos y sufijos de mayor rendimiento en castellano que en ocasiones se especializan para formar determinadas clases de palabras. Su significado, relativo al del lexema al que se unen, suele ser más o menos variable.
Los diminutivos
Una clase de sufijos tiene un particular rendimiento en castellano: la de los diminutivos. La gran mayoría de nombres y adjetivos puede añadirlos. Los hablantes no tienen conciencia de que se trata en rigor de nuevas palabras, sino de la misma, cuyo significado se matiza de alguna manera, y el diccionario, lógicamente, no las registra salvo cuando el diminutivo no se percibe como tal ("cerilla", "pañuelo", "espadín"). En suma, se hallan muy cerca de los morfemas flexivos. Su vitalidad alcanza al gerundio ("callandito") y a algunos adverbios ("cerquita"). En muchas ocasiones, son incrementados por interfijos ("pec-ec-ito", "bosque-c-illo").
La diversidad de formas que el diminutivo presenta en castellano es bien expresiva de las variedades dialectales o regionales de éste; originariamente fue -illo la forma más extendida; hoy sigue siéndolo en Andalucía (en realidad -iyo, pues el yeísmo es general), pero en el resto de la Península prevalece -ito. Otras zonas conocen el predominio de -ín (Asturias), -ino (Extremadura), -ico (Aragón), -uco (Cantabria), -ejo (La Mancha)...
¿Qué significado aporta el diminutivo? En ocasiones se trata de un empequeñecimiento nocional: el objeto, la realidad a que la palabra se refiere queda marcada en unas dimensiones reducidas ("librito", "mesilla"); pero, más comúnmente, lo que el diminutivo manifiesta es una variada actitud del hablante, que apela al oyente ("dame veinte duritos"), que atenúa el objeto mencionado ("tiene un problemilla"), que expresa participación afectiva ("por fin en casita") o irónica y reticente ("ya está bien de risitas").