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Morfología urbana

a morfología de las ciudades es el resultado de un proceso de desarrollo, cuya evolución depende de una serie de variables iniciales desde la fundación.

Las principales son el emplazamiento y situación, por ejemplo una ribera, costa, valle, nudo de comunicaciones, o el asentamiento alrededor de una mina o yacimiento. La elección del medio físico en donde se ubica inicialmente el emplazamiento resulta pues un factor fundamental en el futuro desarrollo de una ciudad.

Nueva York, ubicada inicialmente en la estrecha isla de Manhattan, es un ejemplo de cómo el primitivo emplazamiento puede obstaculizar el desarrollo de una ciudad

Emplazamiento y situación

En el emplazamiento inicial de una ciudad suelen primar los elementos que aportan mayores comodidades, tales como la cercanía a una vía marítima, fluvial o fuente de agua potable, aunque en otras épocas se anteponían los valores defensivos del relieve. Cuando interesan las actividades comerciales se prefieren aquellos emplazamientos que las favorezcan, tales como los estuarios de grandes ríos o puertos litorales de fácil acceso. Las orillas de los ríos, especialmente en los tramos en donde se puedan tender puentes son, en general, las más deseadas para los asentamientos iniciales, y de hecho muchas grandes ciudades del mundo han tenido en ellas sus orígenes, tales como París y Londres; muchas otras ciudades se sitúan por ejemplo a lo largo de los ríos Rhin y Danubio.

Actualmente muchas ciudades están emplazadas en lugares diferentes a los que ocuparon en el momento de su fundación. La razón suele residir precisamente en el lugar inicial elegido para esa ocupación, y que por cualquier motivo de índole físico no ha permitido después su expansión. Lo habitual, es que ésta se produzca hacia los alrededores sin demasiadas dificultades, pero en ocasiones surge un inconveniente en el relieve que limita o incluso impide los nuevos trazados, por ejemplo cuando se parte de una isla, una península estrecha, un estuario abrupto, etc. La estrecha isla de Mahattan (Nueva York), donde se ubicó el primitivo emplazamiento, ilustra el ejemplo de como puede quedar obstaculizado el desarrollo de una ciudad.

Algunas pocas ciudades en el mundo constituyen casos excepcionales en lo que se refiere a la elección del emplazamiento. Por ejemplo aquellas que han sido concebidas expresamente para ser destinadas a capital de un país, y donde la  fundamentación de su existencia no se basa en la industria o agricultura, sino básicamente en el sector servicios, ejemplo de las ciudades de Brasilia (capital federal de Brasil) y Canberra (capital federal de Australia).

Brasilia

Brasilia se comenzó a construir en 1957, y sus principales artífices fueron Lucio Costa y Oscar Niemeyer. Por su concepción urbanística, es una de las ciudades más modernas del mundo, ideada para cumplir expresamente las funciones de capital de Brasil, que desempeña desde 1960, en lugar de la congestionada Río de Janeiro. Su situación es favorable a las comunicaciones internas (véase más abajo el plano de la ciudad), y está conectada con el resto del país mediante vías férreas y varias carreteras. Está ubicada en una meseta deforestada (la de Goiás), a unos 940 km. de Río de Janeiro, y rodeada por una sabana arbolada; el clima es excelente. Sus funciones fundamentalmente administrativas explican que tanto la industria como la agricultura estén muy poco desarrolladas, predominando ampliamente el sector servicios.

Camberra

Camberra es otra ciudad creada para desempeñar las funciones administrativas como capital de un país. En 1911 se convocó un concurso internacional para diseñar su trazado; en 1913 comenzó su construcción en base a los planos del arquitecto estadounidense Walter Burley Griffin, siendo inaugurada en 1927 y reemplazando a Melbourne como capital de Australia. Es sede de la Universidad Nacional desde 1936. Se sitúa en una llanura a unos 580 m. de altitud, al pie de los Alpes australianos, al Noreste del Australian Capital Territory (Nueva Gales del Sur), junto al río Molonglo. Su clima es frío en invierno y cálido en verano. Algunos edificios destacables son el Palacio de Gobierno, el Parlamento y la citada Universidad Nacional. Acoge numerosas instituciones científicas, junto con un observatorio y una escuela forestal.

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