Conservación
DIFICULTADES PARA CONSERVAR
Problemas de conservación - 2ª parte
El problema de la erosión
l objetivo de conservación de la tierra es hacer un uso de ella que permita guardar las características físicas y químicas básicas en un nivel favorable a la más alta capacidad productiva y continuada posible.
En el pasado, y en un grado considerable aun ahora, no se gestionaron las tierras correctamente. La erosión de la tierra se reconoce como uno de los mayores problemas de conservación. En ausencia de intervención humana, la erosión de la tierra es un proceso natural, por la cual en su propio desarrollo las partículas terrestres se liman, desprenden, viajan, y se depositan en un proceso continuo.
El problema de la conservación, en este caso, se presenta cuando ese proceso se acelera como ocurre cuando se elimina de la superficie la capa de organismos vivos, o las materias muertas en descomposición que forman el humus. Entonces, la tierra se erosiona más rápidamente de lo que la propia deposición normal de partículas de rocas y minerales es capaz de reemplazar. En casos severos de erosión se llega a la formación de hondos barrancos, a la vez que se van eliminando las tierras de las superficies inclinadas.
Cuando la erosión es severa, se llega a la formación de hondos barrancos, a la vez que se van eliminando las tierras de las superficies inclinadas
Bajo la acción de los fuertes vientos se desplazan lejos las partículas terrestres más finas, formando dunas, y en la tierra asoman usualmente las arenas más gruesas y toscas que el viento no puede levantar.
La acción de los fuertes vientos levantan las partículas terrestres más finas, desplazándolas y formando dunas
Aunque las medidas para detener la erosión de la tierra se estiman tecnológicamente muy avanzadas en muchos países, sigue considerándose un problema realmente serio.
La erosión en los trópicos
Los problemas de la erosión son particularmente severos en los trópicos, donde los fuertes aguaceros y vientos arrastran las tierras inclinadas, destruyendo las plantas naturales y despojando con gran facilidad el manto o tierras de cultivo.
Para prevenir la erosión del viento, es preciso romper esa fuerza plantando en cinturones de árboles que mantengan el resguardo, y orientando adecuadamente según la dirección del viento. La erosión del agua en laderas se previene guiando las torrentes por terraplenes, o realizando cultivos de contorno en cuestas más suaves.
En los trópicos el mantenimiento de los árboles permite conservar las tierras que las cubre, al romper la fuerza de las gotas de lluvia y por tanto su poder de erosión, protegiendo igualmente la tierra de los rayos directos del sol. Además de causar daños a las cosechas, la luz del sol acelera la descomposición de materias orgánicas en tierra a un ritmo más rápido del que es deseable.