El 21 de abril de 2021 los checos le dedicaban un facial de 23 coronas a las formaciones rocosas o la naturaleza encantada. Se trata de una formación que me traslada a la Ciudad Encantada de Cuenca, el Valle de la Luna en La Paz (Bolivia) o si lo hacemos más reciente a la inolvidable Capadocia de hace unas pocas semanas aunque, para quedarnos más cerca, también podríamos compararlo con El Torcal de Antequera, donde es posible admirar formaciones rocosas que a lo largo de centurias fueron modeladas por los elementos naturales, frecuentemente la lluvia y el viento; el motivo que aparece en el sello de correo checo corresponde a Kameny. Fue diseñado por Adolf Absolon, formato horizontal de 46×23 mm, impresión en offset multicolor, hojas de 50 sellos y medio millón de ejemplares de tirada.
La zona de Kameny se localiza en la frontera polaca en una de las crestas de los Montes Gigantes y son conocidos como si fueran pináculos que se formaron en el ya lejano período mesozoico y terciario. Se trata de rocas de composición granítica que han sufrido una fuerte erosión por parte del viento y el hielo a lo largo de millones de años, hecho que hizo darle esa especie de “dientes” que tanto atraen al turista correcaminos, sobre todo, al que le encanta pasear por los senderos de la naturaleza y disfrutar de los encantos que ésta tiene reservados para los curiosos caminantes que se alejan de las vías rápidas en las que el paisaje acaba convirtiéndose en algo monótono. Lógico indicar que no es precisamente una zona de multitudes, lo que uno puede encontrarse por la región son viajeros que saben lo que buscan o curiosos atraídos por los comentarios y las miles de fotografías que [hoy] están a golpe de clic.
Hay un sendero debidamente señalizado que podemos buscar en esta región fronteriza, geográficamente la zona de Silesia que tantos conflictos aportó a la historia de la zona. Sea como fuere en realidad estaríamos hablando de uno de los más bellos caminos a través de las montañas en este territorio fronterizo, pero debemos decir que el paseo es uno de los más bellos caminos a través de esas tierras, además nos ofrece el encanto de esta formación que se conoce como la de las CHICAS (DIVCI), no deja de ser algo único.
Para llegar a ella hay que situarse en un chalet de Spindlerova y, a poco menos de una hora de caminata, nos encontraremos el peculiar paisaje pétreo. El primer día de circulación se realizó precisamente en Spindleruv Mlyn y para el matasellos ilustrado se utilizó una especie floral protegida en las Montañas Gigantes, la Genciana asclepiadea. Estamos de acuerdo, la zona no es tan espectacular como la turca Capadocia, pero bien vale el paseo. ¡Hala, a disfrutar del contacto con la naturaleza en el marco de un espectáculo hermoso!
JUAN FRANCO CRESPO
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