LITERATURA PROSISTA - TEORÍA LITERARIA: Modelos para el comentario de textos - 17ª parte

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Literatura prosista

TEORÍA LITERARIA

Modelos para el comentario de textos - 17ª parte


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Siglo XIX (continuación)

Un texto del Siglo XIX: Pepita Jiménez, de Juan Valera (continuación)

Comentario de la obra (continuación)

Técnica y estilo

n la obra se pueden distinguir dos partes. En la primera (en la que el narrador es el mismo protagonista de la acción), el autor utiliza la técnica epistolar (exposición de las ideas mediante cartas). A través de las cartas de don Luís se va visualizando su carácter, así como sus reacciones ante el nuevo mundo en que vive.

En la segunda parte, el tío cuenta lo sucedido a partir de la última carta. Podemos observar que la técnica ha variado, y también el punto de vista del autor.

El autor utiliza diferentes técnicas para mostrar las distintas visiones de un mismo personaje. Así, en la primera parte el narrador se identifica con el protagonista y, en consecuencia, tenemos conocimiento de la acción a través de las cartas de don Luís; ambos son pues la misma persona. Más adelante, en la segunda parte, el narrador es ajeno al protagonista, y nos va informando de todo lo que concierne a los personajes con explicaciones aparte (es lo que se llama "narrador omnisciente").

Podemos ver ejemplos de la diferencia entre ambos tipos de narrador en las siguientes frases:

"Veo que distraídamente voy cayendo en el mismo defecto que en el padre Vicario censuro, y que no hablo a usted sino de Pepita Jiménez. Pero esto es natural. Aquí no se habla de otra cosa. Se diría que todo el lugar está lleno del espíritu, del pensamiento, de la imagen de esta singular mujer... Hay sinceridad y candor en Pepita Jiménez. Su andar airoso y reposado, su esbelta estatura, lo terso y despejado de su frente, la suave y pura luz de sus miradas, todo se concierta en un ritmo adecuado, todo se une en perfecta armonía, donde no se descubre nota que disuene."

En estas frases que pertenecen a la primera parte del libro, podemos observar que el narrador es el mismo protagonista, y que conocemos a Pepita Jiménez precisamente a través de sus palabras.

Si embargo, en las siguientes frases, que ya pertenecen a la segunda parte del libro, el narrador ha pasado a ser una persona ajena, en este caso, el tío de don Luís:

"Dicho esto, Pepita se levantó de su asiento y sin volver la cara, inundada de lágrimas, fuera de sí, con precipitados pasos se lanzó hacia la puerta que daba a las habitaciones interiores. Don Luís sintió una invencible ternura, una piedad funesta. Tuvo miedo de que Pepita muriese."

Aquí, los sucesos están vistos ahora desde fuera, y con más objetividad.

Fuente: Introducción a la Literatura española a través de los textos, de A. Barroso, A. Berlanga, M. D. González Cantos, M. C. Hernández Jiménez, J. Toboso: Editorial Istmo, 1984. Tomo 2.º, páginas 271-277.

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