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Lengua
EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA
La lengua oral - 3ª parte
El diálogo (continuación)
Las reglas de la conversación
l desarrollo de la conversación está regido por lo que suele llamarse principio de cooperación, es decir, el acuerdo implícito entre los hablantes de contribuir a la finalidad que tiene la conversación: tratar un tema expresamente planteado ("cuéntame qué has hecho este verano", "¿a quién votarás en las elecciones?") o espontáneamente surgido a lo largo del diálogo ("... y allí nos encontramos con Carmen...", "por cierto, ¿qué ha sido de Carmen?").
Algunos teóricos deducen de este principio de cooperación varias reglas que tácitamente siguen los hablantes y que pueden resumirse así:
Lo que cada hablante dice debe ser coherente con el tema de la conversación y con la intervención previa del interlocutor.
Cada hablante debe proporcionar la información exigida por las circunstancias, ni más (diciendo cosas no pertinentes a la situación) ni menos (callando otras que pueden serle y le son de hecho requeridas).
No se debe decir lo que se crea falso.
Es preciso argumentar lo que se dice.
Las intervenciones de los hablantes deben ser ordenadas y precisas. Su extensión debe ser proporcional a lo que se quiere decir y a la extensión de las otras intervenciones.
Tipos de diálogo
Estas reglas pretenden explicar de qué manera se mantiene el núcleo lógico, de razonamiento, que todo diálogo implica. Se incumplen, sin embargo, continuamente por variadas razones, ya sea por el propósito de engañar, la desconfianza en quien habla, o las diferencias culturales entre los interlocutores.
El despliegue de la razón no es lo único que se encuentra en la comunicación interpersonal: hay diálogos orientados a la reflexión y otros más bien a la persuasión, diálogos que se proponen que alguien decida algo y otros sin objetivo aparente. Podemos llamar "fáticos" a estos últimos: aseguran el contacto entre quienes se hallan próximos, aunque no existan temas sustantivos de los cuales tratar.
El contacto puede ser accidental (conversaciones entre conocidos sobre el tiempo, sobre generalidades...) o estrecho y continuado (conversaciones íntimas, charlas familiares...). Se habla para mostrar simpatía, disposición favorable hacia el otro, o bien para transmitir antipatía, hostilidad, odio.
El contacto en el diálogo puede ser
accidental, o estrecho y continuado, como sucede en las relaciones
familiares
Estos intercambios, en los que lo esencial no es el tema sino la actitud y la relación entre los hablantes, constituyen la conversación propiamente dicha.
En ella abundan las expresiones y fórmulas fijas, como las que sirven para saludar, despedirse, agradecer, pedir, felicitar, condolerse, etc.