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Geografía
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Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte - 5ª parte
principios de siglo, 1906, se fundó el partido laboralista (Labour Party), a propuesta de diputados sindicalistas que vieron la necesidad de dotarse de una organización de carácter político. En este marco, el gobierno llevó a cabo una importante serie de reformas: mejoras salariales, limitación del poder de los lores (Acta del Parlamento, 1911), etc. Desde finales del s. XIX, el Reino Unido empezó a sentir la competencia de nuevas potencias industriales: E.U.A. y, sobre todo, Alemania.
La rivalidad entre las potencias industriales europeas por la expansión económica y política condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Por un lado, se alinearon los imperios centrales (Austria-Hungría, Alemania y posteriormente Turquía y Bulgaria) y por otro, los estados aliados (Francia, Reino Unido, Rusia, Servia, Bélgica y, durante la guerra, Italia, Japón, E.U.A., Rumanía, Portugal y Grecia). A pesar de la victoria del frente aliado, Gran Bretaña salió debilitada de la guerra y entró en un proceso de crisis económica y financiera: enorme deuda externa, pérdida del valor internacional de la libra, protestas obreras, crisis industrial, etc. La Primera Guerra Mundial favoreció el incipiente movimiento de emancipación femenina que se venía desarrollando desde el siglo pasado. La incorporación de la mujer al trabajo en las fábricas, impidiendo la paralización de las naciones, ayudó a que en muchos países se le concediese el derecho a voto; en Gran Bretaña lo lograron en 1918. El antiguo Partido Liberal fue desapareciendo, mientras se consolidaban el Partido Laboralista y el Conservador, que intentaba renovarse. Después de un duro conflicto, Irlanda conseguía su independencia (1922). Sin embargo, la región nororiental, de mayoría protestante, continuó bajo dominio británico. Se configuraron el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y el Estado libre de Irlanda.La creación de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), en 1931, supuso el reconocimiento de la independencia de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. En el mismo año, el laboralista MacDonald presidió un gobierno de coalición que consiguió superar la decadencia económica. Sin embargo, en 1939, Gran Bretaña entró de nuevo en un conflicto bélico: la Segunda Guerra Mundial. Durante el conflicto, Wiston Churchill presidió un gobierno formado por laboristas, conservadores y liberales. A pesar de que Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética fueron los grandes vencedores, la guerra mostró el evidente declive del Imperio británico y consagró la supremacía de E.U.A. en el mundo capitalista. A partir de 1945, el gobierno laborista de Clement Attlee nacionalizó las minas de carbón y las industrias de hierro y acero. El fortalecimiento de las luchas de liberación nacional, la opinión pública y la debilidad de las metrópolis tras la guerra, favorecieron el proceso de descolonización.
En 1947 la India, Pakistán y Ceilán conquistaron la independencia. En los años cincuenta y sesenta la mayoría de las colonias de ultramar siguieron el mismo camino, si bien muchas pasaron a formar parte de la Commonwealth. En 1951, las elecciones llevan al poder a los conservadores con Churchill a la cabeza. Anuló la nacionalización de las industrias de hierro y acero y se alió, en el marco internacional a los E.U.A.; ya en 1949, el Reino Unido había sido miembro fundador de la OTAN. La expedición franco-británica al canal de Suez (1956), para defender sus intereses en la zona, levantó críticas, tanto internas como externas, obligando a dimitir al primer ministro Eden (1957) que fue substituido por Macmillan. Éste tuvo que hacer frente a la crisis económica que padecía el país, provocada por el arcaismo de la infraestructura industrial. Practicó una política de acercamiento a Europa y solicitó el ingreso en la CEE (1961), que fue vetado por Francia.En 1964, ganaron las elecciones los laboralistas y Harold Wilson fue el primer ministro. Intentó adaptar la economía británica a la nueva situación internacional. Devaluó la libra y pretendió, de nuevo, entrar en la CEE (1967), obteniendo, una vez más, el veto francés. Por otro lado, su gobierno se enfrentó a la independencia de Rhodesia del Sur y a la ruptura de relaciones con varios países africanos. En 1967, tras el fracasado intento de integrarse al Mercado Común Europeo y con un índice de paro alarmante, Wilson retiró las tropas británicas establecidas en el Yemen del Sur, evacuó las bases al E de Suez, salvo Hong Kong, anuló las compras de armas a E.U.A. e implantó una política de austeridad. En 1969 estalló el conflicto entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte. El gobierno británico envió tropas y asumió el mando de todas las fuerzas de la zona. Un año más tarde, ganaron las elecciones los conservadores con Edward Heath. Aplicó un programa de austeridad, favoreció la concentración de capital industrial y financiero y consiguió la entrada de Gran Bretaña en la CEE (1971, confirmada en referéndum en 1975). No obstante, tuvo que plantar cara a graves problemas: enfrentamientos con los sindicatos, grandes huelgas y la radicalización del conflicto irlandés. El Ulster fue ocupado permanentemente por el ejército británico y la magnitud del movimiento huelguístico obligó a declarar el estado de emergencia (1974). La convocatoria de nuevas elecciones llevó de nuevo al poder a los laboralistas, primero con Wilson y más tarde con James Callaghan. El nuevo programa económico permitió la obtención de créditos del FMI y de las potencias occidentales.
Los movimientos nacionalistas de Gales y Escocia obligaron al gobierno a establecer un marco de autonomía, rechazado por ambos países en los referéndums de 1979. En el mismo año, las elecciones llevaron al poder al Partido Conservador con Margaret Thatcher. Ésta puso en marcha planes para revertir las nacionalizaciones laboristas, dio un impulso a la empresa privada, hizo una reforma fiscal, redujo los gastos públicos y practicó una política de intransigencia con los sindicatos, medidas que provocaron conflictos sociales. A nivel internacional, llevó a cabo una política de acercamiento a los E.U.A. y de dureza con los miembros de la CEE, al no estar de acuerdo con la participación británica en el presupuesto comunitario. En 1982 Gran Bretaña se enfrentó militarmente a Argentina para conservar la soberanía de las islas Malvinas. En 1985 entró en vigor un tratado chino-británico por el cual Gran Bretaña se compromete a ceder la soberanía de Hong Kong a la República Popular China a partir de 1997.En cuanto al conflicto con Irlanda del Norte, a pesar de los constantes atentados del IRA (Ejército Republicano Irlandés), la actitud de Thatcher fue, en general, de dureza. A finales de 1990, con una coyuntura económica y social poco favorable y con la falta de apoyo de su partido, Thatcher renunció a la jefatura del gobierno y la asumió John Major, que fue confirmado en el cargo tras las elecciones de 1992. Mayor tuvo grandes problemas, con su propio partido político, para ratificar el tratado de Maastrich en mayo de 1994: los euroescépticos lograron colocar contra las cuerdas al primer ministro, que se vio obligado a solicitar un moción de confianza a la cámara en julio. En el transcurso de ese mismo mes, la cámara rechazó una enmienda laborista para adoptar la "Carta social europea". En septiembre, el IRA declaró un alto el fuego total e incondicional; la noticia cambió radicalmente las perspectivas en el conflicto norirlandés y Major, que ya había abierto conversaciones con el gobierno irlandés, inició las consultas con los partidos del Ulster. El gobierno británico y el irlandés, de común acuerdo, propusieron cimentar el proyecto de paz sobre las bases de otorgar, a las dos comunidades norirlandesas, la capacidad de decidir su propio futuro.