GEOGRAFÍA - PAÍSES: Japón - 4ª parte
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Geografía

PAÍSES

Japón - 4ª parte


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Geografía económica (continuación)

a agricultura es un sector poco activo y que tiende a jugar un papel simbólico en la economía nacional; la presión del urbanismo y la industria, la falta de extensiones acondicionadas para su aprovechamiento (15 % de la superficie total), las fuertes lluvias y la acción erosiva de los ríos, así como el excesivo uso de fertilizantes y abonos químicos, son problemas que debe afrontar la agricultura japonesa, que sobrevive gracias a explotaciones minifundistas. La fuerte mecanización ha permitido que el trabajo agrícola se pueda combinar con los servicios o industrias, sectores que aportan ingresos adicionales a los campesinos nipones. Los principales productos agrícolas son el arroz (la mitad de los cultivos), las patatas (cultivadas esencialmente en Hokkaido), frutas --mandarinas, manzanas, peras-- (en la zona meridional), la remolacha azucarera y las hortalizas. El trigo o la soja, entre otros muchos productos agrícolas, se importan.

Los principales focos industriales se ubican en una larga y estrecha franja litoral (muy accesible a la importación de materias primas y combustibles) que va de Tokio, por el mar Interior, al N de Kyushu. Destacan los complejos industriales de Tokio, Yokohama, Kawasaki, Fujisawa, Nagoya, Osaka, Amagasaki, Kobe, Kioto, Yokkaichi, Hirosima, Kitakyushu, Fukuoka y Nagasaki, estos tres últimos focos en Kyushu. Aun así, a excepción de un N menos industrializado (donde abundan industrias alimenticias y textiles), todo el país presenta altos grados de concentración industrial. Además del área citada, destacan los centros industriales de Hakodate (Hokkaido) y Sendai y Niigata (Hondo). Japón tiene gran variedad y potencial industrial, destacando la siderurgia de transformación del aluminio, y la metalurgia centrada en la transformación del cinc, cobre y plomo. La industria textil también es importante y explota lana, seda y fibras sintéticas. La diversificada petroquímica y química, la industria del papel, del automóvil y los grandes astilleros son otras de las importantes bases de la economía nipona.

La industria de construcción naval proporciona grandes y modernos buques a las potencias económicas y estados con necesidad de una flota naval. Tras las banderas de conveniencia de Liberia y Panamá, Japón posee la tercera flota mercante del mundo. La industria óptica, electrónica, informática y robótica, son los sectores punta que dominan desde el archipiélago buena parte de la economía mundial. La robótica constituye el sector punta casi secreto y exclusivo del país; así, los robots empleados en las factorías japonesas son altamente rentables y productivos, constituyendo un elemento clave al servicio del poder económico nipón. Gracias a la variada y potente industria, el sector terciario, y sobre todo el financiero, han convertido a Tokio en el primer centro de finanzas mundial. Esto responde, sin duda alguna, a que el consumo no es tan importante como en Occidente, y sí el ahorro. Japón tiene una balanza comercial altamente excedentaria, fruto de los beneficios que obtiene en el comercio con Estados Unidos, CEE y SE asiático. Las inversiones niponas en estas áreas geográficas también han crecido espectacularmente en los últimos años. En consecuencia, el yen, una de las monedas más sólidas del FMI, está en una posición privilegiada en relación a otras fuertes, como el dólar, el marco, el franco francés o la libra, sufriendo una fuerte apreciación. No obstante, el yen todavía no está en proceso de internacionalización, por lo que la mayoría de las transacciones se realizan en dólares o marcos alemanes.

Se da una consolidación en las inversiones en sectores terciarios de otros países: las sociedades, el establecimiento de filiales o las asociaciones afianzan la posición económica mundial de este estado. Gracias a su orientación al mar, el país ha adquirido importancia a escala internacional con los complejos portuarios de Kobe, Chiba, Kawasaki, Yokohama, Nagoya, Osaka, Tomakomai o Tokio. Si bien la red de carreteras es escasa, las comunicaciones férreas adquieren gran importancia; así, el superexpreso del Tokaido, que alcanza grandes velocidades y atraviesa infinidad de túneles (incluso submarinos, como el de Seikan, el más largo del mundo), une las principales urbes niponas y pone en contacto Hokkaido, la isla menos desarrollada del Japón, con la de Honshu, centro económico y humano del estado.

El punto más débil de la economía japonesa es la escasez de materias primas --a excepción de la madera-- y de recursos energéticos --menos la energía hidroeléctrica--. Japón es un gran importador de petróleo y gas natural que satisfacen la fuerte demanda interna. La rica hidrografía y pluviometría hacen del archipiélago uno de los países con mayor producción hidroeléctrica del planeta, comparable sólo a estados con una superficie muchísimo mayor: Brasil, Canadá, Estados Unidos y Rusia (45 veces mayor que Japón). Si sumamos la producción eléctrica de origen nuclear y térmico, el país se convierte en el tercer productor mundial de electricidad. Las producciones mineras son muy variadas, pero las cantidades producidas muy bajas, destacando la producción de carbón, y en menor medida, de cinc, pirita, plomo, cobre, manganeso, azufre, oro, platino y cobalto. Importa, entre otros minerales, cobre, níquel, bauxita y hierro (estos últimos los transforma en acero, sector del que es segundo productor mundial, muy cerca de Rusia). Hokkaido y el N de Honshu son las principales zonas mineras.

A pesar de ser un país altamente industrializado, el archipiélago japonés conserva una importante masa forestal: un 65 % del total de la superficie está cubierto por especies naturales y de reproducción, como es el caso de las coníferas. El bosque más explotado es el de la zona templada; el resto no se explota, puesto que se prefiere importar la madera que utilizará la potente industria nipona de la construcción, del papel y del mueble. La industria, y en general, el sector secundario, ocupa a algo más del 34 % de la población activa, porcentaje con un ligera tendencia a la baja desde 1970. La industria japonesa ha pasado reestructuraciones diversas: de la industria ligera manufacturera (textil), pasando por la pesada y la química (década del 60), hasta la actual industria electrónica, informática y robótica. De entre sus características más remarcables, mencionar que en este sector conviven una fuerte industria artesanal (pequeña y mediana) con grandes holdings económicos conocidos como sogo shosha; por otra parte, los salarios son bajos y dispares en comparación a los existentes en Occidente.

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