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La validez y los métodos (continuación)

Un comentario de Lázaro-Correa (continuación)

Fase 3: determinación del tema

l texto que debemos analizar comprende los versos finales del poema. En ellos se describe la destrucción del Universo. El tema del fragmento es una exhortación que, casi con crueldad, hace el poeta al sol, para que goce su juventud, porque no podrá escapar a una catástrofe final.

Fase 4: determinación de la estructura

Su estructura métrica es de silva; son heptasílabos los versos 4, 5 y 8. Este último y el 10 quedan sueltos, aunque con rima asonante entre sí. De tal libertad métrica extraerá el poeta, como veremos, interesantes recursos expresivos.

Goza tu juventud y tu hermosura
¡oh, sol!, que cuando el pavoroso día
llegue que el orbe estalle y se desprenda
de la potente mano (7)
del Padre soberano, (7)
y allá a la eternidad también descienda
deshecho en mil pedazos, destrozado,
y en piélagos de fuego (7a)
envuelto para siempre, y sepultado,
de cien tormentas al horrible estruendo, (a)
en tinieblas sin fin, tu llama pura
entonces morirá: noche sombría
cubrirá eterna la celeste cumbre.
¡Ni aun quedará reliquia de tu lumbre!

Fase 5: análisis de la forma partiendo del tema

Podemos distinguir en el fragmento los siguientes apartados:

1. Exhortación al sol para que goce su juventud (versos 1-2).

2. Porque llegará la muerte. Descripción de la catástrofe (versos 2-12).

3. Resultado de la catástrofe: la noche se adueñará de todo (versos 12-14).

Fase 6: conclusión

Espronceda se ha propuesto en este poema un tema extraño y grandioso, cuyo sentido culmina en los versos del fragmento analizado. Hay deleite, casi rabia, en su acumulación de imágenes de destrucción. Abundan las visiones poco claras y los elementos lingüísticos imprecisos, que, sin embargo, como ya se ha dicho, logran sugerir lo que quizá no alcanzan a describir. Muchos rasgos de estilo parecen proceder de un común denominador romántico. La calidad poética de Espronceda se advierte en el empleo magistral de ciertos recursos gramaticales y métricos, para expresar el precipitamiento y caótico desastre del universo.

Quizá sea lo que más nos interesa del fragmento. Sus desorbitados sentimientos no encuentran en nosotros el eco que, de seguro, alcanzarían en los lectores contemporáneos del poeta.

Fuente: Cómo se comenta un texto literario, 24ª edición, Madrid, de la Editorial Cátedra, 1985. Páginas 101 a la 105. Autores: Fernando Lázaro Carreter y Evaristo Correa Calderón.

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