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Las vanguardias (continuación)

Las vanguardias europeas (continuación)

Dadaísmo

ntre 1918 y 1922 se sitúa el auge de este movimiento. Surgió durante la primera guerra mundial, en Suiza, donde estaba refugiado un grupo de escritores. El más destacado era Tristan Tzara (1896-1963), rumano de expresión francesa. Participaron en él también pintores y escultores (Francis Picabia, Marcel Duchamp, Hans Arp y Max Ernst) y en sus inicios, poetas como Louis Aragón y Paul Eluard. Se basaba sobre todo en el irracionalismo: el azar era una de sus máximas (al azar eligieron su nombre "dadá") y preconizaban una subversión cultural de tipo revolucionario. En 1922, muchos de sus miembros evolucionaron hacia el surrealismo.

Ultraísmo

Estrechamente relacionado con el dadaísmo y el futurismo, en 1919 surge en España el movimiento ultraísta; en este año se publica su primer manifiesto en la revista Grecia. Su principal teórico fue Guillermo de Torre (1900-1971) y se proponía una especie de unificación de las vanguardias de todo el mundo. Poéticamente, primaban la imagen y la metáfora, oponiéndose al tema y al sentimiento en el poema. En 1923, el ultraísmo se deshizo. Fueron ultraístas escritores españoles como Rafael Cansinos Assens (1883-1964) y Pedro Garfias, e hispanoamericanos como Jorge Luís Borges.

Surrealismo

Fue el más duradero e importante movimiento de vanguardia. Muchos de los escritores y artistas surrealistas procedían de otros "ismos", por lo que el surrealismo vino de alguna manera a realizar una síntesis de esos movimientos. El principal teórico y dirigente surrealista fue André Breton (1896-1966), que publicó varios manifiestos surrealistas (el primero en 1924), dirigió la revista Littérature y publicó la primera obra del movimiento en colaboración con Philippe Soupault (1897): Les champs magnétiques (Los campos magnéticos, 1921).

Lo más destacado del surrealismo fue la importancia que concedieron al subconsciente y al automatismo mental; a la vez, sus tendencias revolucionarias aproximaron a los surrealistas a partidos políticos (el comunista), lo cual produjo escisiones y expulsiones. El surrealismo alcanzó también a otras artes (pintura y cine, sobre todo) y en él se sitúan Salvador Dalí, Joan Miró o Luís Buñuel.

Escritores surrealistas, en mayor o menor medida fueron los franceses Louis Aragon (1897-1982) y Paul Eluard (1895-1952), y los españoles Juan Larrea y Ramón Gómez de la Serna; igualmente algunas obras de ciertos poetas de la generación del 27 (Alberti, García Lorca, Aleixandre) están dentro de la corriente surrealista.

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