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Lengua
GRAMÁTICA
El sintagma nominal - 2ª parte
El nombre
a se recogió en otro apartado que el nombre quedaba definido como una palabra autosemántica que posee el rango primario, lo que equivale a decir, precisamente, que puede funcionar como sujeto (sin perjuicio de que cumpla en la oración otras funciones).
Género y número
Desde un punto de vista formal, el nombre o sustantivo se caracteriza por poseer morfemas de género y número. Según su género, los nombres se dividen en masculinos y femeninos, e imponen, respectivamente, la presencia del artículo "el"/"la", así como la concordancia del adjetivo que pueda acompañarlos:
"la casa blanca" | "el pozo blanco" |
"la ventana abierta" | "el sillón antiguo" |
"las calles vacías" | "los papeles rotos" |
Sin embargo, esta distinción genérica no se realiza en la mayor parte de los casos mediante marcas específicas, con la excepción de algunos nombres que designan personas o animales ("niño"/"niña", "viejo"/"vieja", "gato"/"gata"), en los cuales responde a una distinción sexual. Por esta razón, puede decirse que el género es una categoría que el lexema incorpora sin especificación formal, salvo, precisamente, en nombres cuyo referente es un ser sexuado. En estas ocasiones, el sistema presenta las posibilidades -o/-a ("niño"/"niña"), -e/-a ("jefe"/"jefa"), /Ø/-a ("profesor"/"profesora"), u otras ("conde"/"condesa", "actor"/"actriz", "poeta"/"poetisa", etc.), aparte del recurso a palabras distintas (heterónimos: "hombre"/"mujer") o la forma invariable cuyo género expresa el artículo ("el cónyuge"/"la cónyuge", "el artista"/"la artista").
En cambio, el número presenta una marcada regularidad. El nombre posee el morfema de singular o el de plural ("campo"/"campos", "reloj"/"relojes"); esto es, la ausencia de marca (Ø) se opone a las formas -s, -es, para indicar un solo objeto/varios objetos. Los nombres acabados en -s que no son palabras agudas presentan la misma forma para el singular y para el plural ("el lunes"/"los lunes"; "el análisis"/"los análisis").
El significado de los nombres. Clases de nombres
Desde el punto de vista de su significado, los nombres designan cosas, seres y realidades. Representan objetos perceptibles por los sentidos ("mesa"), pero también cualidades ("tibieza") o acciones ("escalada"), relaciones ("igualdad") o miembros de una relación ("padre"). Tales realidades son vistas como objetos independientes, pensadas en sí mismas y no pensadas de otros seres; por ejemplo, "blanco" es un adjetivo: se dice de un papel, de una pared, etc.; "blanquear" es un verbo: se dice de "pintor" en "el pintor blanquea las paredes"; "blancura" es un nombre, igual que "pared", igual que "pintor".
Atendiendo a su significado, los nombres pueden clasificarse de distintas formas.
Son nombres comunes aquellos que designan un objeto evocando sus rasgos significativos: "puerta", "mano", "cansancio", "país"; reciben el nombre de propios los que individualizan un objeto, designándolo sin evocación de sus rasgos: "Albania", "Ebro", "Carlos". Los comunes comportan el significado propio de todos los elementos integrantes de una misma clase, designan y significan; los propios designan pero no significan propiamente: nada comparten los seres llamados "Carlos", ni siquiera el hecho de ser hombres (un muñeco puede llamarse así). Los nombres comunes dicen cómo son los objetos; los propios dicen cómo se llaman -cumplen la misión de una etiqueta-. Aquéllos figuran en los diccionarios; éstos, a lo sumo, en una enciclopedia.