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Tecnología
AERONÁUTICA
Propulsión e instrumentación - 9ª parte
Componentes básicos (continuación)
Otros elementos de control del movimiento
Compensadores
unque los movimientos básicos de un avión (alabeo, cabeceo y tambaleo) se controlan mediante los alerones, timón de profundidad y timón de dirección, respectivamente, existen no obstante otros elementos auxiliares que permiten mejorar el control de estos movimientos, y especialmente en determinadas operaciones, como el aterrizaje.
Se utilizan en algunos tipos de aviones en los alerones y timones para equilibrar la fuerza que el aire ejerce sobre las superficies aerodinámicas, de forma que los pilotos no tengan que realizar excesivo esfuerzo para manejar el mando correspondiente.
Flaps y slats
Los flaps y slats son alerones que permiten aumentar la superficie de sustentación, consiguiéndose así que el avión pueda despegar o aterrizar a menor velocidad. Los flaps se sitúan y extienden en la parte posterior de las alas, y los slats en la parte frontal.
Avión comercial con los
flaps desplegados
Spoilers
Los spoilers son unas aletas que se alinean con la superficie superior de las alas. Se pueden extender hasta quedar perpendiculares a la dirección de vuelo, sirviendo así como frenos aerodinámicos para ayudar a reducir la velocidad. Se usan en combinación con los alerones para mejorar el control sobre el movimiento de alabeo.
Un avión comercial con los spoilers desplegados durante
el aterrizaje
Tren de aterrizaje
El tren de aterrizaje está formado por un mecanismo extensible y unas ruedas especiales, capaces de soportar las altísimas presiones que se originan al despegar y aterrizar, sobre todo en éste último caso cuando los neumáticos golpean sobre la pista. Para que el fuselaje no toque el suelo las ruedas van dispuestas sobre largas barras unidas al cuerpo del aparato.
El tren de
aterrizaje está formado por un mecanismo extensible y unas ruedas
especiales capaces de soportar altísimas presiones
En los primeros aviones las ruedas iban sujetas al fuselaje de forma permanente. No suponía un problema grave hasta que los aviones comenzaron a ganar en velocidad, ya que ofrecían una resistencia significativa al avance. En la actualidad los aparatos al despegar pliegan las ruedas dentro del fuselaje, en un compartimento dispuesto al efecto, extendiéndolas de nuevo antes de aterrizar.