Literatura prosista
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Las lenguas ibéricas no romances - 1ª parte
n la península Ibérica, en la Edad Media, y hasta el reinado de los reyes Católicos, en que se produjo la expulsión de los judíos y se dio término a la Reconquista, se hablaban otras lenguas además de las romances.
Se distinguieron el vascuence, el árabe, el hebreo, y el que dio origen a todas ellas: el latín. Haremos seguidamente un pequeño acercamiento a cada una:
El vascuence
Es el nombre que se da lingüísticamente al vasco o euskera, lengua que hablan los vascos. Su origen es desconocido. Se hablaba en una zona algo mayor que la actual, y consiguió sobrevivir a la presión de las demás lenguas, sobre todo gracias al aislamiento geográfico.
Consta de ocho dialectos, según la división que estableció Luís-Lucien Bonaparte en 1869, y que son: vizcaíno, guipuzcoano, alto navarro septentrional, alto navarro meridional, labortano, bajo navarro occidental, bajo navarro oriental y suletino. De ellos, el más importantes es el vizcaíno y el guipuzcoano.
Su dominio lingüístico ocupa todo Guipúzcoa, casi todo Vizcaya, el norte de Álava y tierras noroccidentales de Navarra, en la Península, donde lo usan varios cientos de miles de personas, así como el departamento francés de Pirineos Atlánticos.
Su sistema fonológico es muy semejante al castellano, salvo por la presencia de algunas oposiciones fonéticas en los sonidos de las consonantes, que en lingüística se relacionan con los términos conocidos como fricación y africación.
Morfológicamente, el vascuence es altamente aglutinante; los elementos nominales presentan declinación con una forma singular y otra plural. La conjugación de los verbos es complicada y muy original por su peculiaridad lingüística. Sintácticamente se caracteriza por su construcción ergativa; ésta consiste en un caso gramatical de estructura de superficie, que se utiliza también en algunas otras lenguas, como las caucásicas, con el que se marca el elemento agente de la acción verbal de una frase activa.
El léxico presenta un amplio caudal de voces foráneas, sobre todo de fuentes latinas. Por lo que respecta al origen de esta lengua y su clasificación genética, se enfrentan dos hipótesis que se oponen, resultando difícil obtener una solución que no resulte especulativa: la primera, es original del filólogo alemán Karl Wilhelm von Humboldt (1767-1835), autor de un diccionario vasco; en su hipótesis, Humboldt emparenta el vasco con el íbero y concretamente con lenguas norteafricanas camito-semíticas; éstas consisten en una familia de lenguas que están formadas por el semítico, el egipcio, el líbico-beréber y el cuchítico, y que se extienden por todo el norte de África, Arabia y países colindantes, contando con varias decenas de millones de hablantes. La segunda hipótesis sostiene cierto parentesco entre el vascuence y las lenguas caucásicas.
La literatura vasca, aunque es muy rica en el ámbito oral, tardó mucho en ser fijada mediante la escritura, resultando en una escasa influencia fuera de las zonas vascohablantes. El primer texto conocido es un conjunto de fragmentos de cantos épicos, que proceden del siglo XV. El primer libro en vascuence fue impreso en 1545.