Literatura prosista
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Las lenguas ibéricas no romances - 5ª parte
El latín
l latín fue el idioma que dio lugar a todas las lenguas romances juntas. Esta lengua original subsistió como lengua de cultura y de la religión cristiana medieval, en la que se escribieron obras de importancia científica y filosófica. Fue lengua obligada en el culto y ceremonial católico. Aunque desapareció como lengua del pueblo, permanece como referencia para ámbitos especializados, como el jurídico y el científico.
El latín fue la lengua del Lacio o Lazio, una región histórica de la Italia central, situada entre el Tíber y los montes Albanos, en la que habitaron originariamente los latinos, y donde se formó en la época de Augusto sela primera región itálica, junto con la Campania.
Esta lengua, que los romanos hablaron y difundieron por todo el Imperio, es de flexión o sintética, perteneciente al grupo itálico, de la familia indoeuropea. Existió un latín literario o escrito, frente al vulgar, hablado por el pueblo, muy diferenciado, y del cual proceden por evolución las lenguas románicas.
El latín escrito podemos dividirlo a lo largo de su historia en: arcaico, como el de los primeros monumentos literarios; clásico, el de la época de Augusto; imperial, cultivado durante el Imperio; bajo latín, el medieval; y moderno, el empleado por los escritores del Renacimiento y épocas posteriores. Durante la época arcaica aparece la primera literatura poética, y los primeros anales y códices de leyes.
El primer primer escritor en latín fue Apio Claudio (312 a.C). Tras él y hasta la figura de Cicerón (78-29 a.C), el literato más ilustre de la antigüedad que marcó el punto de inflexión hacia el clasicismo, destacan nombres como Plauto o Terencio en el teatro, Pisón o Sempronio en la prosa, los dos Gracos o Licinio Craso en la retórica y, sobretodo, Marco Porcio Catón el Censor con su Historia de Roma, Julio César, Salustio y Catulo.
El género poético floreció en la época clásica de mano de genios como Tito Livio, Cornelio, Virgilio, Horacio y Ovidio. En la época imperial destacan las aportaciones de los autores procedentes de las distintas provincias del imperio, tales como Séneca, Petronio, Lucano, Plinio el Viejo, Marcial, Plinio el Joven y Tácito.