Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Literatura prosista
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Las lenguas ibéricas no romances - 6ª parte
El latín (continuación)
n cuanto al bajo latín, sus características se entroncan
directamente en la literatura latina cristiana, pues una vez disuelto el imperio
fue la que dio continuidad al espíritu clásico.
El latín vulgar era el que se hablaba exclusivamente en las provincias del imperio, y se distinguía del literario en que, además de tener expresiones o voces que no se empleaban en éste, su sintaxis resultaba menos complicada. Fue la lengua oficial y litúrgica de la Iglesia católica hasta el Concilio Vaticano II.
El primer latín tuvo acento de intensidad en la primera sílaba de la palabra, pero este acento se trasladó hacia la penúltima o antepenúltima sílaba en la época republicana e imperial.
La lengua clásica tuvo seis casos fundamentales en la declinación de nombres y adjetivos. Una quinta declinación, no existente en el indoeuropeo, se desarrolla para nombres derivados de verbos o de raíz acabada en -ie.
Hasta el siglo III, numerosas inscripciones constituyen una muestra del latín hablado. Así, la traducción de la Biblia hecha por san Jerónimo y las obras de san Agustín, constituyen clarísimas manifestaciones del latín vulgar de los siglos IV y V, respectivamente.
El alfabeto latino apareció hacia el siglo VIII a.C. en la península Itálica, procedente de una derivación de un alfabeto griego. Sería hacia el siglo II a.C cuando acaecería la fijación de sus rasgos distintivos, y la plena instauración frente a los demás alfabetos itálicos. Sus formas evolucionaron a lo largo de los siglos (ejemplos de la letra capital, rústica y cursiva), hasta el siglo IV, cuando surgieron las minúsculas.
Numerosas modalidades de letra fueron utilizadas para la difusión del latín. lo cual dificultaba enormemente la comprensión de un mismo texto manuscrito en ese idioma, que podía estarlo en letra gótica, romana, anglosajona, carolina, curial, etc. Por ello, bajo el ideal universalizador del Renacimiento se creó la escritura humanística, que se basaba en el modelo carolingio, la cual, aunque lentamente, se fue imponiendo como escritura manuscrita, llegando hasta nuestros días junto con la escritura en caracteres impresos.