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Literatura prosista
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Las lenguas ibéricas no romances - 3ª parte
El hebreo
l hebreo era la lengua de los judíos, que fueron una minoría importante en la península Ibérica en la época medieval. Esta lengua, en su versión dialectal judeocastellana o judeoespañola, conocida como sefardí o sefardita, desapareció de la península tras la expulsión de los judíos por los reyes Católicos en el siglo XV; se mantuvieron algunos judíos conversos en territorio español tras la expulsión, pero fueron incapaces de conservar y mantener la continuidad de su lengua y tradiciones, especialmente debido a la persecución que sufrían de oficio en las observaciones de su conversión al cristianismo.
El hebreo es una lengua semítica, del grupo nórdico central o noroccidental, que se relacionó íntimamente con el fenicio y el moabita, lenguas éstas con las que algunos definen el subgrupo canaanita. Se hablaba antiguamente en Palestina, siendo sustituida por el arameo hacia el siglo III a.C., y siendo conservada únicamente como lengua litúrgica y literaria.
Durante el siglo XIX, con el impulso del movimiento sionista (fundado por Theodor Herzi, y que preconiza el ideal judío de reconstruir la unidad política y el reino de Israel), ha vuelto a renacer como lengua hablada a nivel popular, siendo impulsada desde la creación del Estado judío de Israel.
Se designan tres etapas de la historia de la lengua hebrea: hebreo clásico o bíblico (hasta el siglo III a.C), hebreo mishnaico o rabínico en la que están escritos los textos mishnaicos de la tradición judía, y hebreo moderno.
El hebreo moderno se basa fundamentalmente en la lengua bíblica y, tras las necesarias innovaciones producto de su evolución, constituye el único ejemplo conocido de vivificación de una lengua a partir de los restos escritos de una fase anterior de la misma. Indudablemente, los factores socio-políticos, con el movimiento sionista, unido al sentir de unidad de un pueblo en la diáspora, concluyó en una realidad difícil de concebir en la historia evolutiva de cualquier otra lengua en el mundo.
La pronunciación del hebreo se basa bastante en el judío sefardita, y la sintaxis en la mishnaica. Los primeros documentos escritos en hebreo se remontan al año 1.200 a.C, continuando su vigencia en el período posbíblico. La mayoría de escritos rabínicos de principios de la era cristiana también se realizaron en hebreo, y su uso se mantuvo como lengua santa hasta la era moderna por las tradiciones hebreas.