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Lengua
LINGÜÍSTICA
Las lenguas del mundo - 15ª parte
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El origen del lenguaje (continuación)
La adquisición del lenguaje
as hipótesis sobre el origen del lenguaje en la especie humana han llevado, en ocasiones, a buscar en el proceso de adquisición del lenguaje por el niño un posible modelo de lo que un día habría ocurrido con la humanidad. Hoy sabemos, sin embargo, que la manera en que los niños aprenden a hablar no puede decirnos nada acerca de aquel problema, que parece ser inescrutable, pero sí de cómo funcionan los sistemas lingüísticos y de las relaciones entre pensamiento y lenguaje.
Suelen distinguirse en la adquisición del lenguaje por el niño varias etapas. En primer lugar, una etapa prelingüística, en la cual el niño se comunica por llantos y por gestos, y también por balbuceos y sonidos imitativos a los que es aún incapaz de atribuir significado alguno.
Hacia los nueve meses aparecen los primeros signos intencionados, que van más allá de lo que hasta entonces eran, para los adultos, simples indicios. A partir de las articulaciones que consigue distinguir (vocales / consonantes, nasales / orales, labiales / dentales, son las primeras) el niño construye palabras fónicamente muy sencillas, equivalentes a frases, en todo dependientes de la situación en que se emiten, y con un significado muy amplio y difuso.
Cuando cumple los dieciocho meses es ya capaz de hacer las primeras construcciones sintácticas por yuxtaposición de dos palabras-frase. Desde el tercer año los progresos son rápidos: el vocabulario aumenta considerablemente; a los nombres y verbos se les añaden, por este orden, adjetivos, adverbios y palabras gramaticales; aparecen frases compuestas enlazadas por la conjunción y; empiezan a establecerse las concordancias. El imperativo aparece antes que el indicativo; el modo subjuntivo, así como la subordinación, serán bastante más tardíos. El tiempo verbal primero en aparecer es el presente; luego, el pasado.
A partir de los cinco años, aproximadamente, el niño maneja el lenguaje con soltura, aunque aún tardarán en aparecer construcciones complejas; por lo que respecta al léxico, se incrementará constantemente en un largo periodo.
El proceso de aprendizaje de la lengua materna supone una interacción social: el lenguaje surge en el contacto con los adultos, que introducen al niño en las distintas situaciones y hábitos, y con los niños (mediante el juego, fundamentalmente). El proceso en su conjunto ha sido explicado conforme a dos cuestiones contrapuestas: ¿la adquisición del lenguaje responde a una simple imitación, a la impregnación del medio? O, más bien, ¿hay algo innato en el ser humano que le permite estructurar los datos recibidos, determinando todo el proceso?
Nada hay resuelto, aunque lo que resulta evidente es que el desarrollo del lenguaje y el del pensamiento van estrechamente unidos, a pesar de que en algún momento la capacidad de pensamiento (simbólica) vaya por delante de la lingüística.
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