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Lengua
GRAMÁTICA
El sintagma verbal - 12ª parte
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Clases de verbos (continuación)
Valores del "se"
l pronombre se es en castellano una palabra polisémica que desempeña muy distintas funciones, un inventario de las cuales puede ser el siguiente:
En oraciones como "se lo dije a Carlos", se es un sustituto del sintagma preposicional "a Carlos", que funciona como complemento indirecto ("le dije..."); este sustituto evita la cacofonía "le lo".
El pronombre se, como los personales átonos me, nos (1.ª persona) y te, os (2.ª persona), tiene en ocasiones el mismo referente que el sintagma nominal que funciona como sujeto: "Teresa se peina", "Teresa se lava las manos". La acción de peinar o lavar --decía la gramática tradicional-- la realiza y la recibe el mismo agente: en la primera oración se es complemento directo; en la segunda, complemento indirecto; el referente de Teresa y el de se es el mismo. Se denomina a este se reflexivo.
Cuando lo expresado es una acción que se intercambia entre varios agentes, se habla de un se recíproco: "los chicos se pegan" (entre sí, unos a otros).
Se denominan oraciones de pasiva refleja las construidas con un verbo en forma activa, en 3.ª persona, un sintagma nominal que concuerda con él y el pronombre se precediendo al verbo y dándole un significado pasivo: "se alquila piso". Piso es el sujeto gramatical, como prueba la concordancia ("se alquilan pisos"), pero no el sujeto lógico, el agente, que queda indeterminado (alguien alquila el piso); el verbo tiene un carácter pasivo, que viene determinado por el pronombre se.
Próximas a las oraciones de pasiva refleja se encuentran otras del tipo de "se trabaja muy a gusto por las tardes" o "se veía a las niñas desde la ventana". Precedido de se, el verbo se construye en 3.ª persona de singular, pero carece de sujeto gramatical ("muy a gusto" y "por las tardes" son complementos circunstanciales en la primera; en la segunda, "desde la ventana" es también un circunstancial, y "a las niñas", un complemento directo, como prueba su conmutación por las: "se las veía..."). Se denominan impersonales reflejos y el se es una marca de tal impersonalidad.
Ciertos verbos, como "arrepentirse", "fugarse", "quejarse", etc., presentan el "se" (y demás pronombres personales átonos reflexivos) como elemento inseparable. Se llaman verbos pronominales.
Frecuentemente, la presencia de se (y demás pronombres personales átonos reflexivos) modifica en alguna medida el sentido del verbo: hace intransitivos verbos transitivos ("levantar"/"levantarse"), expresa una participación más intensa del sujeto en la acción verbal ("bebió una botella"/"se bebió una botella"), da al verbo un significado incoativo ("el abuelo duerme"/"el abuelo se duerme"), etc.
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