GEOGRAFÍA - PAÍSES: Venezuela - 4ª parte
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Geografía

PAÍSES

Venezuela - 4ª parte


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Historia: s. XV al XIX

as costas venezolanas fueron visitadas por primera vez por europeos durante el tercer viaje de Colón, quien desembarcó en el continente en 1498. Las primeras expediciones por tierras de Venezuela tenían como objetivo el comercio mediante trueque con los indios, habiéndose comprobado la abundancia de ostras perlíferas en aquellas aguas. Ilustres descubridores fueron los primeros en dar noticia de aquellas tierras: Alonso de Ojeda, Juan de la Costa, Americo Vespuccio y Pedro Alonso Niño.

El primer establecimiento permanente se fundó en 1500 para controlar la obtención de perlas. La población india que encontraron los españoles estaba formada por una gran variedad de tribus, de origen y estado cultural diverso. En los Llanos y el Orinoco convivían cazadores-recolectores nómadas con grupos sedentarios que cultivaban maíz, batatas y yuca dulce, y que practicaban la pesca en el lago Maracaibo. En las zonas de mayor densidad de población estos pueblos intercambiaban sus productos. Mientras los castellanos sólo se interesaron por las pesquerías de perlas, la acogida de los indios fue favorable, pero cuando aquéllos pretendieron establecerse permanentemente encontraron una tenaz oposición.

Conocedores de la avidez de metales preciosos de los españoles, los indígenas inventaron, con intención de alejarlos, historias sobre fabulosos tesoros sobre las que se originaron mitos como el de El Dorado. A falta de otras riquezas, los españoles optaron por capturar a los indios para emplearlos como mano de obra sustitutiva de la diezmada población de las Antillas. Pero, agobiado Carlos V por sus problemas financieros, incluso cedieron este comercio a los banqueros alemanes de la familia Welser, que intensificaron esta explotación.

Desde 1546 la política de los conquistadores experimentó un giro, pasando de la mera depredación a la colonización: se fundaron ciudades (Nueva Segovia, Caracas, Trujillo), y se inició la explotación agropecuaria; las tierras se dividieron por el sistema de repartimientos y las trabajaron indios en régimen de encomienda. Pronto se obtuvieron, además de los de carácter de subsistencia, productos comercializables, sobresaliendo el cacao; su principal destino era el virreinato de Nueva España (México), en donde se explotaba a cambio de manufacturas y plata. Tal comercio se hacía bajo monopolio español, recurriendo el resto de los países europeos al contrabando, cuyo volumen a menudo superaba al comercio legal.

El deseo de liberarse del férreo control sobre la producción y comercialización de sus recursos tuvo mucho que ver en los sentimientos independentistas de los terratenientes venezolanos. La organización política y administrativa de la colonia también obedecía al deseo de organizar más racionalmente la economía: hasta 1718 Venezuela formó parte de la Audiencia de Santo Domingo; a partir de entonces formó parte del virreinato de Nueva Granada, constituyendo en 1777 una Capitanía. La intensificación y diversificación (además del cacao, se producía café, azúcar y algodón) se realizó con la importación masiva de esclavos africanos. A medida que creció la actividad económica, las relaciones con la metrópolis se percibían cada vez más como un obstáculo por parte de la aristocracia criolla. De ahí que en Venezuela se dieran desde muy pronto los primeros movimientos independentistas.

Durante la invasión napoleónica de España (1808), los grandes propietarios criollos crearon una Junta de Gobierno que, en 1811, declaró la independencia. Sin embargo, ésta no fue efectiva hasta 1821, después de diversos intentos encabezados por Simón Bolívar. La permanente conflictividad en este período y los repetidos fracasos de Bolívar se explican por la naturaleza del proyecto bolivariano: procedía de la aristocracia criolla y deseaba mantener marginada a la población india y negra. Únicamente cuando esta población desmovilizada y sin conciencia de grupo, los llaneros, fue ganada para la independencia, triunfaron los patriotas. Bolívar se mantuvo en campaña permanente hasta 1830 intentando salvar su obra de la República de la Gran Colombia (Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá) de las tendencias secesionistas alentadas por los caudillos militares que él mismo había promocionado. Finalmente, cada provincia se constituyó en Estado separado; esta prolongación de las hostilidades hizo que Venezuela fuera el Estado sudamericano más devastado al acceder a la independencia. Como ésta había sido obra de la oligarquía criolla, dicho grupo mantuvo la hegemonía sobre el nuevo Estado: la Constitución de 1830 instauraba una república aristocrática basada en el sufragio censatario, siendo el primer presidente José Antonio Pérez.

El predominio de la oligarquía se mantuvo hasta 1848, con la oposición de algunos militares, que reclamaban algún pago a su contribución a la independencia, y de grupos partidarios de reformas democráticas. Hasta los años 40 del s. XIX se sucedieron las presidencias de caudillos militares vinculados a la oligarquía. Pero la caída del precio del café (que había reemplazado al cacao en importancia productiva) en el mercado mundial hundió la economía venezolana, y la oposición exigió una reforma liberalizadora para acabar con el caudillismo. De hecho, se trataba de un conflicto entre la oligarquía comercial, defensora de la libertad de comercio, y los terratenientes, que pedían protección para sus productos.

En 1847 fue elegido presidente José Tadeo Monagas, que, aunque era el candidato de los terratenientes, dio un giro liberal a su política. Durante diez años (1848-58) la oligarquía liberal se mantuvo en el poder, alternándose los hermanos Monagas, José Tadeo y José Gregorio. Entre las reformas de estos años destacaron la abolición de la pena de muerte por motivos políticos y la de la esclavitud. También se privatizaron las tierras amortizadas de la Iglesia y de las comunidades indígenas.

El régimen de los Monagas se acabó en 1858 con una sublevación en la que participaron tanto los conservadores de la oligarquía comercial, como los liberales terratenientes descontentos porque el precio del café seguía bajando (debido a la superproducción que concurría al mercado mundial). Pronto se rompió esta coalición antinatural y los liberales fueron desplazados del poder, buscando una alianza táctica con el derrocado J. T. Monagas, de la que resultó el Partido Federal. Los federales optaron por la vía insurreccional y una guerra civil ensangrentó el país (1858-62). En Caracas se sucedieron los gobiernos conservadores que no controlaban a buena parte del país, dominado por el ejército federal (a su vez constituido por llaneros). Ante la imposibilidad de vencer, el general José Antonio Páez instauró una dictadura, pero finalmente se vio obligado a claudicar ante los rebeldes (tratado de Coche de 1863).

En 1864 se promulgó la nueva Constitución de los Estados Unidos de Venezuela, y se eligió presidente al federal Juan Crisóstomo Falcón. Los caudillos federales se repartieron el país como si de señores feudales se tratase, y lo sumieron en el caos. Los descontentos se agruparon en torno al anciano J. T. Monagas y vencieron a los federales en la Revolución Azul (1868), que significó el retorno de las viejas fuerzas conservadoras. Pero los federales, ante la sanguinaria represión de que fueron objeto, reaccionaron nuevamente.

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