GEOGRAFÍA - PAÍSES: Estados Unidos de América - 2ª parte

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Geografía

PAÍSES

Estados Unidos de América - 2ª parte


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Geografía humana

letra capitular Estados Unidos es uno de los países del mundo que cuenta con una mayor diversidad étnica. Antes de la colonización, la población autóctona era poco numerosa (1.000.000 de habitantes aproximadamente). La penetración europea la fue bandeando a medida que avanzaba hacia el interior, desde sus primeros establecimientos en la costa atlántica, y el mestizaje fue prácticamente nulo. En consecuencia, la base de la actual población es esencialmente europea, fruto del crecimiento natural de los antiguos colonizadores que llegaron al país en olas sucesivas.

La inmigración fue casi exclusivamente inglesa durante el siglo XVII y parte del XVIII, hasta que la gran escasez de alimentos padecida en Irlanda en el año 1846 provocó la llegada de un elevado contingente de inmigrantes de la superpoblada isla, a los que pronto se añadieron escandinavos y alemanes y, hacia fines del siglo XIX, centroeuropeos: checos, eslovacos y húngaros. Durante este período fueron colonizados los grandes espacios del centro y del O del país. A finales del siglo XIX habían llegado a Estados Unidos 21 millones de inmigrantes y la población había superado los 60 millones de habitantes, lo cual representaba un incremento de 55 millones en 100 años. A partir de 1900, el crecimiento industrial provocó una nueva oleada de inmigración, protagonizada por europeos (polacos, rusos y, sobre todo, italianos), que formaron el proletariado de las grandes ciudades industriales del país.

Tras la Primera Guerra Mundial sucesivas leyes impusieron cuotas restringidas a la inmigración, con el fin de mantener el equilibrio entre las diversas nacionalidades de procedencia. Las restricciones se reforzaron a raíz de la crisis económica de 1929 y se mantuvieron, con ciertas modificaciones, hasta la década de 1990. En los últimos decenios del siglo XX se ha incrementado la corriente inmigratoria, frecuentemente ilegal, a través de la frontera mexicana. Las circunstancias políticas de Cuba, América Central y Asia Suroriental han favorecido, por otra parte, la llegada de naturales de estos países, que se han establecido, sobre todo, en California, Florida y Texas. Actualmente, la mayoría de la población (un 76,8 %) es de raza blanca descendiente de los inmigrantes europeos.

Los negros, descendientes de los antiguos esclavos africanos capturados para trabajar en las grandes plantaciones de algodón y tabaco, representan el 11,7 % del total de la población. Aunque originalmente se hallaban casi totalmente en los estados sureños, desde comienzos del siglo XX los negros se desplazaron en su mayoría a las grandes zonas urbanas del N y del E, en algunas de las cuales, como Washington, han llegado a ser la población mayoritaria. Situados en tercer lugar en cuanto a etnias mayoritarias, los hispanos representan el 6,4 % del total de la población: a los puertorriqueños, cubanos y mexicanos (entre otros), hay que añadir otros grupos, generalmente mestizos, que vivían en los territorios del SO arrebatados a México a mediados del siglo XIX.

Los hispanos constituyen una minoría de rápido crecimiento vegetativo a causa de su elevada natalidad, muy superior a la de la mayoría anglosajona. Un pequeño porcentaje de estadounidenses (1,5 %), son de ascendencia asiática (chinos, japoneses y filipinos); la mayoría de ellos residen en las islas Hawaii y en las ciudades de la costa del Pacífico. Finalmente, los descendientes de los primitivos pobladores amerindios son relativamente escasos (0,6 %). Se concentran, principalmente, en los estados de Oklahoma, Arizona, Nuevo México, California y Carolina del Norte. A pesar de ser la raza originaria del territorio, constituyen un grupo escasamente integrado en la sociedad. Las reservas, donde habitan más de la mitad de los indios del país, frecuentemente son enclaves afectados por una profunda pobreza, por una tasa de mortalidad infantil muy superior a la media y por una esperanza de vida relativamente corta.

La estructura de la población de los Estados Unidos siempre ha sido relativamente joven. La alta natalidad tradicional, sin embargo, sufrió una fuerte disminución durante la crisis económica de la década de 1930. Se recuperó tras la Segunda Guerra Mundial con el baby boom o explosión de la natalidad, que se prolongó durante más de tres lustros. A partir de 1960 se inició una reducción progresiva de la tasa de nacimientos, de forma que, a principios de la década de 1990, el sector de población de origen europeo no alcanzaba la tasa de reproducción. Aunque las minorías negra e hispana la superan ampliamente, el conjunto de la población continúa creciendo lentamente. La tasa media de crecimiento se situaba en 1990 en el 1 %. El índice de natalidad (17) y de mortalidad (9) se mantienen relativamente bajos, y la esperanza de vida se calcula en la edad de 76 años. La densidad media es de 26,6 hab/km2, pero existen grandes diferencias regionales: es mucho más elevada en los estados del NO (200-400 hab/km2), en las zonas costeras del Atlántico y en los estados de los Grandes Lagos (100 hab/km2), mientras que en los estados rurales del O del país oscila entre los 2 y los 10 hab/km2 (Montana: 2,1 hab/km2).

A pesar de que la población era casi exclusivamente rural en los tiempos de la colonización, el rápido crecimiento de los medios de transporte y de producción propiciaron el desarrollo de un complejo sistema urbano, formado por constelaciones de ciudades agrupadas en diversos puntos del país. Salvo algunas excepciones, la característica ciudad estadounidense es muy distinta de la europea clásica. Con la generalización del automóvil privado, la ciudad tradicional (unitaria, concéntrica y con un único centro) fue reemplazada por un modelo de ciudad policéntrica y de gran tamaño. Estos modelos, llamados metrópolis, constituyen los grandes centros terciarios del país. Morfológicamente, se componen de diversas coronas urbanas alrededor de un núcleo central, cada una con un carácter económico y social distintivo. El centro (Central Business District), constituye un compacto núcleo financiero y administrativo y una zona comercial especializada. En su primera corona, se halla rodeado por barrios de trabajadores y población de bajo poder adquisitivo. En un radio determinado por las limitaciones del desplazamiento diario en automóvil hasta el centro se constituye una segunda corona, un amplio espacio suburbano en el que las familias de clase media tienen sus residencias, generalmente individuales y ajardinadas.

La mayoría de la población estadounidense no habita en los grandes centros urbanos sino en núcleos más pequeños o ciudades satélites, situadas en la periferia de las grandes áreas metropolitanas. El crecimiento continuado de las zonas periféricas ha dado lugar a la formación de un complejo conglomerado territorial, de gran tamaño, compuesto por dos o más ciudades: la gran conurbación o megalópolis. Estados Unidos cuenta con cuatro conurbaciones gigantes: en la costa del NO, entre Boston y Washington, se extiende una gran área urbanizada que comprende las ciudades de Nueva York, Filadelfia y Baltimore, y un gran número de núcleos urbanos más pequeños (Trenton, Newark, Hartford, Albany y New Haven); constituye el área más poblada del país, con 32 millones de habitantes. Nueva York, capital financiera y meca cultural, es la mayor ciudad del país, con casi 8 millones de habitantes. Otra área fuertemente urbanizada, al sur del lago Erie, comprende Detroit, Cleveland y Pittsburgh. Más al O, en la costa meridional del lago Michigan, se halla la aglomeración Chicago-Milwaukee, con cerca de 10 millones de habitantes.

En conjunto, las tres grandes áreas urbanas citadas tienden a unirse en una sola, aunque la crisis de la industria pesada ha determinado un bajo nivel de crecimiento demográfico en los últimos decenios. Mucho más dinámica ha sido la reciente evolución de las aglomeraciones de la costa del Pacífico: Los Ángeles-San Diego, la bahía de San Francisco y, al N, la región comprendida entre Seattle y la ciudad canadiense de Vancouver. Además de los conglomerados urbanos mencionados, pueden citarse las grandes ciudades de San Luís, junto al Mississippi, y Nueva Orleáns, en su desembocadura, Atlanta en el SE, Miami en Florida, Houston y Dallas en Texas, Kansas City, Denver, etc, junto con sus respectivos cinturones urbanos, que sobrepasan el millón de habitantes.

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