Cómo tener confianza de una mujer que le dice a
uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto
es capaz de decirlo todo.
El hombre puede creer en lo imposible, pero no
creerá nunca en lo improbable.
Vivir es lo más raro de este mundo, pues la
mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que
existir.
Si nosotros somos tan dados a juzgar a los
demás, es debido a que temblamos por nosotros
mismos.
La sociedad perdona a veces al criminal, pero no
perdona nunca al soñador.
La fuerza de las mujeres depende de que la
psicología no puede explicarla. Los hombres pueden
ser analizados; las mujeres sólo pueden ser amadas.
El medio mejor para hacer buenos a los niños es
hacerlos felices.
Para tener buena salud lo haría todo menos tres
cosas: hacer gimnasia, levantarme temprano y ser
persona responsable.
La ambición es el último refugio del fracaso.
Aconsejar economía a los pobres es a la vez
grotesco e insultante. Es como aconsejar que coma
menos al que se está muriendo de hambre.
Es absurdo dividir a la gente en buena y mala.
La gente es tan sólo encantadora o aburrida.
La educación es algo admirable, sin embargo, es
bueno recordar, que nada que valga la pena se puede
enseñar.
Cuando un hombre se casa por segunda vez, es
porque adoraba a su primera mujer.
En estos tiempos los jóvenes piensan que el
dinero lo es todo, algo que comprueban cuando se
hacen mayores.
Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es
la vida que no llevamos.
En el mundo común de los hechos, los malos no
son castigados y los buenos recompensados. El éxito
se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles.
La belleza es muy superior al genio. No necesita
explicación.
Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a
mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por
su razón.
Como mala persona soy un completo desastre. Hay
montones de gente que afirman que no he hecho nada
malo en toda mi vida. Por supuesto sólo se atreven a
decirlo a mis espaldas.
Los solteros ricos deberían pagar más impuestos.
No es justo que unos sean más felices que otros.
El hombre puede soportar las desgracias que son
accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por
propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.