La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación (España)

Historia 

La Fundación

El origen de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación se remonta al año 1730, en que la Junta de Jurisprudencia Práctica empieza a reunirse en Madrid en casa del Abogado de los Reales Consejos don Juan Antonio Torremocha. La corporación se componía de 30 Académicos de Número. En 1739 imprimió sus primeros Estatutos. Celebraba dos reuniones semanales, los lunes y los jueves, y en ellas un Académico leía una disertación que luego era discutida entre todos.

Los miembros más destacados de la corporación, en esos años iniciales, eran Nicolás Álvarez Cienfuegos, Tomás Ibáñez, Pedro Joaquín Murcia, Bartolomé Galán y José Moñino, futuro Conde de Floridablanca y Secretario de Estado de Carlos III. A don José Moñino, que fue Presidente de la Academia, se debe la Real Cédula de 20 de febrero de 1763 , en que se reconoce oficialmente a la Academia, bajo el título de Real Academia de Leyes de estos Reynos y de Derecho Público, con la advocación de Santa Bárbara.

La Academia funcionaba «por pluralidad de votos» y disfrutaba de gran independencia, convocaba premios e inició la formación de una importante biblioteca, cuyos volúmenes son el núcleo de la actual biblioteca de la Academia.

José Moñino, conde de Floridablanca. Presidente de la Academia en el siglo XVIII

La Academia, durante la guerra de Independencia y el reinado de Fernando VII

A comienzos del siglo XIX, la Guerra de la Independencia y la vuelta del absolutismo trajeron consigo un período de obscurecimiento de la Academia de Jurisprudencia y del movimiento academicista en general. No obstante, la actitud de la Academia de Jurisprudencia de negarse a reconocer como rey a José Bonaparte le valió su restauración, y la asignación de una ayuda económica de 200 ducados para financiar los trabajos de la Academia. Fernando VII la reconoció oficialmente, con la denominación de Academia de la Purísima Concepción. En el año 1820, todos los Académicos, con su presidente don Juan Antonio de Castejón a la cabeza, juraron la Constitución de 1812. El liberalismo de los Académicos les costó sin embargo la intervención por el Gobierno en julio de 1825, lo que rompió con su casi secular tradición de autonomía interna.

En 1826, Fernando VII decidió dividirla en dos corporaciones distintas: la de Carlos III y la de Nuestra Señora del Carmen, más tarde llamada de Fernando VII, totalmente intervenidas desde el poder.

Cambios de denominación

Tras la muerte del rey, la Reina Regente dispuso, en 1836, que ambas se reunieran de nuevo bajo la antigua advocación de Nuestra Señora de la Concepción, cambiando su nombre en 1838 por el de Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación. En esa fecha se inicia uno de los periodos más fecundos de la Academia, que alcanza hasta la revolución de 1868.

Tras la Restauración de la monarquía, después del sexenio revolucionario, la corporación recobró por concesión de Alfonso XII, en 1882, su antiguo adjetivo de Real Academia, adaptándose en 1932 a la nueva realidad republicana con el cambio de su histórica denominación por la de Academia Nacional de Jurisprudencia y Legislación, y en 1938, recuperó el nombre de Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y estableció provisionalmente su sede en San Sebastián.

Desde 1946 hasta hoy

Años más tarde, en 1946, la Academia sería reorganizada, quedando compuesta por cuarenta Académicos de Número, al tiempo que se incorporaba al Instituto de España, constituido, además, por las Reales Academias Española, de la Historia, de Bellas Artes de San Fernando, de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de Ciencias Morales y Políticas, de Medicina, y de Farmacia.
Unos nuevos Estatutos, que reorganizaron la Real Academia de Jurisprudencia, se aprobarían por decreto de 27 de junio de 1947, y su Reglamento sería aprobado por la propia Academia el 10 de diciembre de 1956. Finalmente, el artículo 62 de la Constitución Española de 1978 encomendó al Rey el Alto Patronazgo de las Reales Academias, recogiendo así una función que la Monarquía había venido ejerciendo sin interrupción desde el siglo XVIII, como medio para promover el progreso científico y cultural de España.

Las clases de Académicos a lo largo de la historia

En la Real Academia de Jurisprudencia se distinguió desde el primer momento entre diversas clases de Académicos: en el siglo XVIII, se distinguió entre numerarios –llamados así porque no podían superar el número de treinta- y oyentes; en el siglo XIX se diferenciaron tres distintas categorías: numerarios, profesores y corresponsales. En la segunda mitad del siglo XX se suprimió la categoría de profesores, y se distinguió únicamente entre numerarios y correspondientes. Se creó además la categoría de socio colaborador.

Instalaciones

Las sedes sucesiva

La Real Academia de Jurisprudencia fue calificada por Gómez de la Serna como «viajero errante». Del domicilio particular del abogado Torremocha, en 1730, la Academia pasó al Oratorio del Salvador del Mundo, en la calle Concepción Jerónima, y de allí a la sala de juntas de la Sacramental de San Sebastián, y luego, sucesivamente, a la Real Casa de San Felipe Neri, en la calle Bordadores, y a los Reales Estudios de San Isidro. Desde la calle León número 34, donde celebraba sus sesiones la antigua Academia de la Purísima Concepción, la Matritense pasó a establecer su sede, compartida con el Ateneo, en la planta baja del número 32 de la calle de la Montera, donde quedó establecida hasta 1883. Aquel año se trasladó al señorial edificio de la calle Colmenares número 5, construido especialmente para la Academia e inaugurado por el rey Alfonso XII. Su hijo, el rey Alfonso XIII, inauguraría en 1905 la actual sede de la calle del Marqués de Cubas, acontecimiento recordado en una lápida de mármol que puede contemplarse desde el vestíbulo.

Sede de la Academia

El palacio de la calle Marqués de Cubas

La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación tiene su sede en un palacio construido en el año 1798 por el arquitecto Manuel Martín Rodríguez (1740-1823), sobrino y discípulo de Ventura Rodríguez, y del que se conservan otros excelentes edificios en Madrid, como el convento y la iglesia de las Reparadoras, el palacio de Altamira y el Museo Romántico. La sede de la Real Academia de Jurisprudencia ha sido declarada Monumento de Interés Cultural por Real Decreto de 27 de febrero de 1998. El edificio fue construido para almacén de la Real Fábrica de Vidrio de la Granja, aunque en él llegaron a fabricarse lentes ópticas para anteojos e instrumentos de precisión.

Después de ese destino inicial, el palacio ha tenido múltiples usos y ha sido objeto de algunas remodelaciones: fue sede de la primera exposición de la Industria Española en 1828, más tarde fue compartido por la Escuela de Sordomudos y Ciegos y la Escuela de Ingenieros de Caminos, después pasó a ser Conservatorio de Artes, Dirección General de las Clases Pasivas y Caja General de Depósitos.

 

 Información procedente de la R. A. de Jurisprudencia y Legislación
 Más información en la web de la Institución –>
Aquí

 

6 comentarios:

  1. Benito Madariaga

    Les ruego me digan si Manuel Ruiz de Quevedo y de las Cuevas, abogado krausista del siglo XIX fue académico

  2. Benito, en este enlace puedes obtener información de contacto con la Academia, y consultarles ese dato: http://rajyl.insde.es/contact.asp

  3. Jaime Gomez Gonzalez, MD,

    Buenas tardes:
    García Alonso Enrique: Memoria leida en la Academia matritense de jurisprudencia y legislacion: en la sesion inaugural del curso 1879-1880
    Imprenta del Ministerio de Gracia y Justicia, Madrid 1789
    En la pag 21 figura D. Enrique Gonzalez del Busto. Seria posible obtener informacion biografica sobre este personaje
    Gracias

  4. Jaime, al pie del artículo tienes un enlace hacia el sitio de la Academia, donde podrás realizar consultas dirigiéndote al medio de contacto de que disponen allí. Ellos son quienes te pueden facilitar esa información.
    Un saludo.

  5. Joaquin Torremocha Sanchez

    Buenas tardes:
    ¿Podrían informarme o indicarme cual era el domicilio de Juan Antonio de Torremocha, donde se reunían los Academicos antes de tener su sede?
    Sin otro particular,aprovecho la ocasión para saludarles.
    Atentamente,Joaquín Torremocha

  6. Joaquín, bajo el artículo tienes un enlace para acceder a la web de la institución, allí podrás utilizar el medio de contacto para realizar tu consulta.
    Un saludo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *