Entrevista a la pornógrafa Magela Gracia

 

Magela Gracia es una escritora que se ha especializado en la literatura pornográfica, y aunque el género no es extraño y actualmente recurrido por variados autores, nos llamó la atencion determinadas características personales y literarias de Magela poco comunes, y hemos querido profundizar en ellas.

Leer a Magela Gracia no es sólo sumirse en una historia más o menos morbosa. Lo que Magela escribe es «real», casi tangible. Existe y sucede. La imaginación vuela guiada por una mano maestra en la manipulación de los sentidos; a los pocos minutos de iniciar la lectura ya penetras en su mundo irreversiblemente, sintiendo lo que ella siente. En cada frase, cada admiración, cada puntos suspensivos… se manifiesta la presencia de la autora junto al lector, aferrada a sus terminales nerviosos, susurrándole, provocándole, pellizcándole, saboreando su piel con unos labios tapizados de intenso carmín. Antes de que el lector devore un relato, Magela, a golpe de pluma, ya vive su encuentro con él, sudando, temblando, destilando sus efluvios, disfrutando del éxtasis que le produce esa unión virtual entre dos cuerpos, enredados entre vocales y consonantes magistralmente combinadas. Entre lector y escritora se produce una simbiosis total.

Pero, queremos que ella misma nos explique cómo consigue producir esos fenómenos en el lector, cuáles son sus métodos, sus «artes» literarias, y los antecedentes que le han llevado a explorar este difícil género de la literatura.

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Magela Gracia, desnuda, escribiendo a pluma

Magela, en primer lugar muchas gracias por concedernos esta entrevista.

Muchas gracias a vosotros por tener la gentileza de interesaros por mí y por mi trabajo. Es todo un honor hablaros un poco de Magela Gracia

¿Quién es Magela Gracia, cómo nació, cómo se formó?

Bueno, pues imagino que lo correcto es decir que Magela es fruto de la evolución de mi escritura. A los diez años escribí mi primer cuento infantil. A los quince, la primera novela romántica; a los veinticinco, el primer relato erótico. Y a los treinta me di cuenta que si subía un poco más de intensidad los relatos… me satisfacía más el resultado.

Digo que es una evolución porque llevo escribiendo toda la vida. Hay categorías en las que me he sentido más cómoda que en otras, y a la larga eso hace que te centres en ellas. Mi primer relato erótico lo escribí para excitar a un amante, hace ya muchos años. De ahí salió el blog Cartas de mi puta, que fue una recopilación de esos relatos, con la intención de provocar a este hombre, que tuviera ganas de verme, y deseara recogerme todas las noches al salir del trabajo, empalmado, con una idea fija en la cabeza. Quedar con él era muy complicado, por lo que usé esta estrategia para estimular… su interés. Probablemente, si en vez de relatos eróticos le hubiera mandado mis historias pornográficas, le habría retenido a mi lado. (Es broma, fui yo la que me cansé de él, y lo mandé a paseo.) Y bueno, le encontré el gusto a escribir sobre esta temática, y por aquí sigo…

Te defines como pornógrafa ¿en qué te distingues con respecto a los autores de literatura erótica?

Como bien dijiste al presentarme, voy directa al grano. Creo que me diferencio del erotismo en que mis personajes no andan con rodeos. Escribo desde el punto de vista de una mujer que sabe el sexo que le gusta, un sexo duro y directo, sin romanticismo de por medio, y que sabe como conseguirlo. Mis personajes son fuertes, con carácter, y no temen dejarse llevar por la pasión y el deseo, sucumben a él como lo haría un hombre, dejándose llevar y buscando el placer haciendo lo que les gusta. Es el motivo por el que me preguntan mucho si en verdad soy una chica o si escondo tras Magela a un hombre, ya que hay muchas personas que no entienden que las mujeres seamos capaces de concebir el sexo de la forma en la que yo lo narro.

Mis historias tienen, sin duda, erotismo, pero son pinceladas que se encuentran entremezcladas en la narrativa, en el deseo previo, o en los recuerdos o fantasías que describo. Pero si leen mis relatos deben saber que las escenas sexuales no son eróticas, son pornográficas. Usé como ejemplo durante mucho tiempo la frase de: A Magela no se le hace el amor, a Magela se la folla.

Me gusta pensar en que soy una alternativa al sexo que se vende normalmente «para mujeres». Promociono mi libro diciendo que si otras historias dejaron la sensación de que el sexo era algo más que caricias, «Una Mancha En La Cama» no va a dejar indiferente a nadie.

Algunos autores consideran que la literatura pornográfica, con respecto a
la erótica, se desprende de valores como el amor o los sentimientos de pareja, y exhibe el sexo como una función puramente biológica ¿lo compartes?

El sexo es una actividad biológica, como bien dices, una necesidad, un impulso… El amor y el sexo no están para nada reñidos, y entiendo que el erotismo se suele entremezclar con cierta pretensión de amor en los participantes. Pero el sexo en sí no viene definido como una acción amorosa, sino como una respuesta fisiológica. Se enciende el cuerpo, se despiertan los deseos, y solamente piensas en la consecución del objetivo, que no es otro que la conquista, la caza, y el acople con la persona elegida.

Como tal, las relaciones sexuales que describo suelen venir muy marcadas por esos impulsos, y mis personajes se dejan llevar irremediablemente por ellos. Da igual que sea una mujer o un hombre, todos sentimos deseo, y no tiene nada que ver con el enamoramiento idealizado de historias de cuentos de hadas. Yo hablo de morbo, de abandonarse al placer de los sentidos, de hacer realidad las fantasías que se meten bajo la piel.

Me encanta el sexo con amor, pero si me tienen que dar a elegir entre el sexo tranquilo y el sexo activo, me quedo con el segundo. Cuando describo una escena sexual, los personajes no se aman, los personajes se desean. Y quiero que el lector desee de igual modo a cada uno de los personajes, porque se imagine que está allí, con ellos, y que lo único que importa es el camino hacia el orgasmo. De amor ya hablan otros autores.

¿A quién diriges fundamentalmente lo que escribes? ¿es literatura sólo para hombres heterosexuales o tienen cabida otras orientaciones y género femenino?

Teniendo en cuenta que soy mujer heterosexual, y que me intereso por los hombres en el campo sexual, es difícil decir que no intento atraer a mi mundo de fantasía y morbo a los hombres que me leen. Como empecé escribiendo para un hombre, no puedo negar que no me especialicé en ellos. Mis historias pretendían excitar a un hombre en concreto, y acabaron excitando a muchos. Y, de repente… también excitaban a mujeres. ¿Y por qué no, si a mí me excitaba también escribirlas? Me sorprendí gratamente de repente siendo leída por mujeres que no tenían complejos en temas sexuales, que disfrutaban de las relaciones de igual modo que lo hacía yo. Que, de vez en cuando, deseaban ser mimadas, pero que la mayoría de las veces lo que necesitaban era a un hombre que les diera simplemente placer en la cama (y en el resto de la casa, por no pasarnos a todos los escenarios que uso en los relatos.)

Me resulta mucho más fácil hacer relatos en el campo heterosexual, pero he de confesar que en mis años escribiendo pornografía he plasmado muchas relaciones, y algunas han ido destinadas al mundo homosexual. Al fin y al cabo, me di cuenta que a los hombres les excita observar películas donde interactúan varias mujeres, y que a mí, y no a pocas mujeres, nos estimula visualmente disfrutar de escenas homosexuales masculinas. El morbo aparece donde menos lo esperas. Soy capaz de apreciar la belleza del cuerpo femenino, al igual que el masculino, y que me llame más una polla que un coño (como diría en sus relatos Magela) lo que en verdad importa al final es eso. El deseo. Si una situación es morbosa… da igual quien la protagonice.

Hemos observado que tus expresiones, tanto narrativas como de diálogos,
son directas, explícitas ¿es una estrategia literaria o forma parte de tu carácter?

Soy directa en la mayoría de las ocasiones. Creo que podría decir que recuerdo perfectamente el momento en el que decidí que esperar a que alguien me diera algo sin yo pedirlo era una tontería. Andaba cursando la EGB, y el compañero de clase por el que estaba tremendamente enamorada (ya saben como son los amores en esas edades) no me hacía ni (¿se puede decir puñetero en antena? jejeje) caso. Y lo vi claro. Había que dar el primer paso.

Desde entonces, y tratando de no avasallar tampoco, siempre doy el primer paso. Soy directa porque creo que las relaciones humanas son tan complicadas que no merece la pena andar con ambigüedades. Si ninguno de los dos dice lo que quiere, probablemente los dos quedarán insatisfechos. Y estar insatisfecho en la vida es de las peores cosas que pueden pasarte. En el plano sexual, opino de la misma forma. Si me gusta que me hagan tal o cual cosa, lo digo. No espero que la iluminación divina llegue a mi pareja y que comprenda lo que llevo intentando decirle con sutilezas desde hace tiempo. Por eso, y porque sé que muchas personas pensamos así, y estaba cansada de leer libros en los que se pasaban mareando la perdiz durante interminables capítulos, teniéndote en vilo por si los protagonistas se daban o no una oportunidad, escribo de esta forma.

Soy impaciente. Si me quiero acostar con alguien, lo hago. Ya si luego llega o no el amor, el tiempo lo dirá. El sexo primario no tiene nada que ver con el amor. Si van a considerar que soy una mujer fácil porque prima en mi carácter mi satisfacción sexual antes que el decidir si merece o no la pena enamorarse de una persona… ¡Soy una tía fácil! El sexo satisface mi cuerpo mientras llega el hombre adecuado. El amor lo puedo encontrar en la cama, o en el supermercado. Lo que sí es verdad es que no pienso privar a mi cuerpo de la comida mientras llega el amor, y de igual modo no pienso privarla del sexo. Y a mis personajes no los castigo con esa espera por el mismo motivo. Ya bastante dura es la vida para que encima tengan que pasarla sin sexo.

Observamos también que cada nuevo relato que publicas raramente se parece a otros anteriores ¿Cómo explicas esa habilidad para crear tantas historias distintas sin repetirte?

¿Has visto el booktrailes del libro Una mancha en la cama? Ahí tienes la respuesta. Veo morbo… Soy capaz de encontrarle la gracia sexual a cualquier situación, por muy cotidiana que sea. No quiere decir que esté todo el día pensando en sexo, pero sí es verdad que si me lo propongo, soy capaz de ver sexo donde quiera. Y eso, para una escritora, es de lo más socorrido. Tengo mucha imaginación, y la uso para estos fines. No pienso que una pareja tenga que encontrar la intimidad para desearse solamente en la intimidad del dormitorio. Creo que lo bonito de las relaciones es conseguir mantener ese nivel de excitación sexual con tu pareja que haga que cualquier sitio pueda ser el ideal para un encuentro. El juego, el deseo, la picardía…

Si nos olvidamos por un momento de la seriedad de los problemas de la vida diaria, nos damos cuenta que somos más positivos cuando estamos satisfechos en muchos aspectos. Uno de ellos, por supuesto, es el plano sexual. Y hay tantas formas de satisfacerlo como personas en este planeta. ¿Cómo iban a ser mis historias iguales, si hay tantas personas distintas? Me meto en la piel de cada personaje, le doy vida, lo disfruto como si fuera yo la que viviera su historia… Si solamente escribiera de la vida de una enfermera heterosexual sería muy aburrido. Yo escribo para que todo el mundo pueda sentirse identificado, aunque más en el plano del deseo que en el plano físico de la historia de la persona. Y es delicioso cuando, tras terminar de escribir, me siento a leer y me excito. Porque si yo me mojo, sé que muchos también lo harán.

¿Es cierto que te desnudas para escribir?

¿Lo dudas? La ropa molesta cuando te pasas horas delante del ordenador, sintiendo que la piel se vuelve sensible por la excitación. El calor de ese «estar caliente, cachonda» hace que, si me lo puedo permitir, me desnude. Sé que si al escribir se me eriza la piel, lo estoy haciendo bien, si se endurecen los pezones, lo estoy haciendo genial, y que si mojo la silla donde estoy sentada… también lo harán mis lectores. Y es más fácil comprobar esas tres cosas cuando andas sin ropa.

¿Cómo consigues ambientar tus historias para que parezcan tan reales, cuál es tu proceso de creación?

Me encanta el trato con las personas. Las relaciones humanas es mi campo. Soy observadora y empática, y eso hace que me sea muy fácil ponerme en la piel del otro. Además, lo que prima en mis relatos son los sentimientos. Es muy complicado que una mujer bajita y con algo de sobrepeso se ponga en la piel de la protagonista de medidas perfectas que suelen describir en la mayoría de las historias que circulan en las librerías. Hombres esculturales y ricos, mujeres vírgenes y maleables… En mis historias casi nunca encontrarás una descripción física de un personaje. ¿A quién le importa como me la imagino yo? Lo que importa es que se la imagine el lector, y que sea él quien le dé forma a sus gustos. Yo voy a centrarme en los sentimientos. Esos sí son muy parecidos en todas las personas. Sus necesidades priman, y en ellas me centro.

Mis personajes son reales porque sienten, y no porque sean perfectos, sino porque tienen debilidades que les hace humanos. Tienen la capacidad de cometer errores, y la capacidad de elegir. Y, sobre todo, de disfrutar. Mis lectores no van a tener que competir con un millonario que quiere seducir a una modelo. Mis personajes son de la calle, pero tremendamente morbosos. En cada uno de nosotros está la capacidad para atraer y seducir, hasta el punto de conseguir que la otra persona pierda el control y quiera dejarse llevar. Ese punto… es el que ofrezco. La realidad del día a día.

Porque yo no voy a follar mejor porque tenga un cuerpo de medidas perfectas. Yo voy a ser inolvidable en la cama porque nadie va a darle a mi pareja nada que no pueda proporcionarle yo. Mi mente es mejor que mi cuerpo, y eso hace que use mi cuerpo de forma que ninguna modelo pueda hacerme sombra. Como mucho… follará igual de bien que yo. Pero mejor que yo… ¡nadie! Jejeje. Autoestima ante todo, y realidad sobre cualquier otra cosa.

Sabemos que escribes a pluma ¿no te llena la tecnología digital?

He de confesar que la mitad de las veces uso el ordenador para escribir. Cuando no lo tengo cerca, porque me pilla la inspiración lejos de casa, escribo a mano. Eso sí, nunca uso bolígrafo. Desde pequeña quise aprender a escribir con pluma, y este año he conseguido al fin no estropear ninguna al hacerlo. Fue un regalo muy especial la pluma que uso ahora mismo, la que sale en todas mis fotos, y lo encuentro enormemente sexy. Siempre que puedo, la uso. Me acompaña siempre. Es mi segundo fetiche, junto con las perlas.

Para finalizar ¿puedes contarnos cuáles son tus ambiciones y proyectos?

¡Comerme el mundo! Jejeje.
A ver, en principio lo que puedo decir es que me fascina escribir, y que me encantaría que las personas que quisieran se acercaran a mí, y disfrutaran de los pedacitos de vidas ajenas que les ofrezco. Una escritora quiere ser leída, y para ello escribo. Deseo que mis relatos, mis personajes, permanezcan vivos en la mente de las personas que los leyeron, y que les alegre el día pensar en lo excitante que sería hacer lo que hacen ellos. Y, si consiguiera que alguno pudiera hacer realidad sus fantasías porque se lo pongo fácil al plasmarlas por escrito, sería un enorme orgullo.

Sé que hay parejas que me leen en compañía, y personas que lo hacen en la intimidad, Espero que todos se exciten con lo que escribo, y sobre todo que SIENTAN. Permanecer en la mente de alguien, dejar huella, cambiar algo en ese día tan monótono.
Si consigo hacer más llevadero esa hora en la que el jefe echó la bronca a alguien, la grúa se llevó el coche y no salen ya más maldiciones de la boca, y el matrimonio se fue al carajo tras veinte años juntos… habrá sido un tiempo magníficamente empleado.

Escribo para ser leída, y ser sentida. Si no me siente el lector… no habrá merecido la pena.
Ando embarcada en un montón de proyectos nuevos, con mucha ilusión y mucho apoyo por parte de los que me rodean. A todas estas personas he de darles infinitamente las gracias por aguantar a la pornógrafa, que siempre ve sexo donde quiera que va, siempre tiene el móvil preparado para hacerse una foto que colgar en las redes sociales para acompañarla de la frase morbosa que se le ocurrió cuando se la hizo, y que luego… cada persona interpreta como quiere.

Y quiero que mi amante se le siga levantando la polla cuando me lea. Porque si escribo para que me sientan… él es el primero que ha de sentir a la obscena Magela Gracia.

Magela, de nuevo muchas gracias, te deseamos muchos éxitos.

Muchísimas gracias a vosotros por la paciencia que habéis tenido conmigo. Y que me hayáis permitido contestar a esta entrevista… desnuda.

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Si desean saber más de Magela Gracia, pueden encontrarla en los siguientes sitios:

Web oficial de Magela Gracia:  http://www.magelagracia.com/
Canal de Youtube de Magela Gracia: http://www.youtube.com/channel/UCarCXfsLec1VCIAHA2sD54Q
Magela Gracia en Facebook: https://www.facebook.com/MagelaGracia
Magela Gracia en Twitter: https://twitter.com/MagelaGracia
Magela Gracia en Instagram: http://instagram.com/magela_gracia
Magela Gracia en Google+: https://plus.google.com/u/0/100495282557809770139/posts
«Una mancha en la Cama», a la venta en Amazón: http://www.amazon.es/Una-Mancha-En-La-Cama-ebook/dp/B00OOG6JWO

3 comentarios:

  1. Maravillosamente explicado.Gracias por hacernos sentir…y gozar.

  2. Una palabra lo dice todo…GENIA…………..!!!!

  3. Muy buen artículo hablando de la pornografía de una forma muy profesional, de gozar y del placer de la pornografía. Realmente como dicen mis compañeros genial, aunque me gustaría saber que opina de la realidad virtual porno y su futuro.

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