ADOLF BRANALD
El 29 de septiembre de 2010 el correo checo le dedicó uno de los faciales de la serie personajes a este escritor de mil facetas; posiblemente el diseño no será lo más apropiado, pero el matasellos y la ilustración del sobre superan esa pequeña deficiencia. Suponemos que la nueva pléyade de prebostes postales y la incultura que avanza con pasos de gigante, hacen estragos en el diseño checo. Se van los verdaderos artistas y nos quedan “manchadores de papel”.
El facial de Branald es de 10 coronas, el diseño lo realizó Milos Ondracek y Vladimir Novak se encargó del grabado, tamaño vertical de 23×30 mm; hojas de 50 ejemplares. Comparte honores con otro personaje de su tiempo: el director de cine Karen Zeman más conocido como el Disney europeo que aparece en el facial de doce coronas de esta emisión de personajes.
Adolf Branald nació en Praga el 4 de octubre de 1910 y murió el 28 de septiembre de 2008; era hijo de Richard Branald, actor, director de teatro, escritor, etc., y de la actriz Marie Branaldová. Su infancia la pasó tras sus padres y ello le hizo conocer todo el territorio checoslovaco, era uno más de los integrantes de la troupe de actores y comediantes que recorrían el estado federal del momento.
En 1929 se graduó en la Academia de Comercio y luego pasó por una gran cantidad de trabajos y, finalmente, en 1962 se convirtió en uno de los escritores independientes más conocidos de su país, muchas de sus obras fueron llevadas al cine. En su pasado no era ignorado el hecho de haber sido el primer niño estrella en la cinematografía checa, uno de los intérpretes más jóvenes de la historia del cine mudo.
Tras la II Guerra Mundial se convierte en director de prensa en el Ministerio de Transportes [trabajaba en el empresa checa de ferrocarriles, de ahí que muchas de sus obras las ubique en este medio de comunicación terrestre] y editor de la Českolovensky spisovatel (1952-1959). Junto a su padre produjo numerosos textos teatrales hasta que centra su actividad como escritor profesional inspirándose en la dura realidad de la vida cotidiana.
Su primera novela vio la luz en 1947 “Stříbná paruka” [Silver wig] y la última obra, prácticamente en el tramo final de su vida, las memorias aparecidas en el 2005: Tichŷ spolĕník [Silencio], tenía 95 años de edad cuando vio la luz. Algunos de sus textos fueron llevados al cine, entre ellos el que nos ha recordado su aportación al mundo literario juvenil y deportivo: el viejo piloto de carreras o El abuelo automóvil como se tituló la película filmada en 1957 [Dĕdeček automobil] que es el tema en el que inspiró el artista para confeccionar la ilustración del sobre de primer día y el matasellos correspondiente que nos acercan al mundo literario de los niños, libros que tanto éxito le granjearon en su casi siglo de vida que le acabó convirtiendo en el decano de los escritores checos; cuando se produjo la Revolución de Terciopelo de Vaclav Havel él tenía 80 años.
Su éxito lo entroncó con los grandes contadores de historias de esta zona centroeuropea, ello le granjeó el respecto y la admiración de sus conciudadanos a lo largo de su dilatada vida. Su literatura acabó elevando el nivel, no sólo de las letras checas, sino europeas, a pesar de tener que lidiar con el largo período estalinista; supo contar historias con una inusitada riqueza y dio paso a un nuevo periodismo o escritores de carácter documentalista.
Entre sus mejores trabajos está Severní nádraží [La estación del Norte, recordemos que trabajaba en los ferrocarriles checos] Lazaretní vlak [El tren hospital] o Důvod k zabiti [Una razón para matar]. Sin duda los cambios que se fueron sucediendo en todo el siglo veinte en la historia checa fueron los que acabaron recluyéndole en su mundo literario, de viajes, de historias pasadas y realidades que le evadían de la cruda realidad del momento.
Como tantos checos le tocó vivir la dictadura comunista que lo arrinconó tras la famosa Primavera de Praga (1968), sólo en 1990 regresó a la vida pública y seis años más tarde recibía el premio del PEN Club por su larga trayectoria, a los 95 años publicó “Silencio”, todo un compendio de su extensa biografía.
KAREL ZEMAN
Nació el 3 de noviembre de 1910 en Ostromer-Nova Paka (Bohemia, frontera austro-húngara), murió el 5 de abril de 1989. Está considerado el cofundador de la industria cinematográfica de animación en el territorio checo. Comenzó a interesarse por el mundo de las marionetas cuando estudiaba en la Escuela Comercial y poco después ya estaba en Francia estudiando en la Escuela de Arte y Diseño, tras obtener su titulación, ésta le permite un primer trabajo en una agencia de publicidad en Marsella en donde realiza su primera creación profesional: un anuncio para una conocida firma alimenticia de la época para promocionar la sopa.
Tras regresar a Checoslovaquia se coloca en una de las más grandes agencias del terreno publicitario:“Bat’a y Tatra” en donde realiza su primera muestra para el cineasta Elmas Klos que le acaba ofreciendo un puesto en su empresa de Zlín en donde el mundo de la animación le acaba atrapando a partir de 1943, justo cuando Hermína Tỷrlová finalizaba su trabajo en Ferda Mravenec [La hormiga Ferda basada en la obra de Ondrĕj Seyora] y entre ambos acometieron la producción de la película Vánoční sen [Sueño de Navidad] que acabó ganando el premio a la mejor producción de su categoría en el Festival de Cannes en 1946 cuando nuestro personaje pasa a convertirse en un animador de fama mundial y tiene un lugar propio en la historia de la cinematografía.
En 1949 preparó un corto que es una pieza de culto: Inspiración, exploraba, tímidamente, las nuevas técnicas y usaba las delicadas figurillas de cristal en su filmación, produjo una gran conmoción en el incipiente mercado de la animación, supo darle un toque de movimiento y una estructura narrativa a unos de los mejores productos de su intelecto.
Otro proyecto que alcanzó una gran popularidad entre los checos de la época fue la serie humorística que tenía como protagonista al Sr. Prokouk y reflejaba la dura y crítica sociedad del cotidiano día a día de la posguerra. Hubo numerosos capítulos en donde el Sr. Prokouk hacía de empleado, bombero, inventor, etc. Fue en este período cuando Zelman dio vida a su primer largometraje animado que tuvo por título Král Lavra [El rey Lavra, según el poema de Karen Havliček Borovskỷ] con esta producción logró el Premio Nacional de 1950.
En 1952 Poklad ptaciho ostrova [El tesoro de la isla de los pájaros] fue otra exitosa producción que apenas tres años más tarde se verá acrecentada con un proyecto novedoso: la mezcla de animación, actores reales y efectos especiales causó un gran impacto en las artes cinematográficas del momento: Cesta do pravĕku [Un viaje a la prehistoria] mereció los elogios de la crítica mundial y el aplauso del público gracias a las correrías de sus fantásticos dinosaurios. El resultado le animó a continuar en el mundo de la creación y producir la que sin duda fue su pieza maestra en 1959 cuando filma Vynález zkázy [El fabuloso mundo de Julio Verne] le abre las puertas al fascinante panorama de la ciencia-ficción de la mano del genial escritor fantástico francés del que rescataría otras obras en los años siguientes, entre ellas sobresalen Ukradená vzducholof [La nave robada], Na kometĕ [En el cometa], Bláznova kronika o la clásica y celebérrima historia del Barón de Munchausen de Göttfried Bürger.
En muchos de estos trabajos utilizó la obra de uno de los más grandes ilustradores de todos los tiempos, los inconfundibles trabajos de Gustave Duré y sus cintas le acaban granjeando un nombre entre los aficionados al mundo de la ciencia ficción, la fantasía, la técnica de su tiempo y aquellos efectos especiales que hoy nos hacen sonreír por la simplicidad de su funcionamiento y la forma en que solucionaba su grabación.
Zeman produjo infinidad de pequeñas obras de arte, quizá merezca la pena reseñar aquí Los cuentos de las mil y una noches de los que grabó siete historias basadas en las increíbles aventuras de Simbad el Marino o Los cuentos de Juan y María [más conocidos por las historias de Hansel y Gretel de los Hermanos Grimm, imprescindibles en el mundo de la literatura infantil y juvenil].
El legado de Zeman tenía un destinatario genuinamente infantil, su sofisticado engranaje y, su peculiar estilo narrativo, engancha a los adultos; no es nada extraño que el Disney europeo acabase siendo comparado con el inolvidable Georges Méliès. Nuestro personaje checo supo crear un mundo de fantasía en el que el papel protagonista era precisamente el inagotable imaginación del público para el que estaba destinado su trabajo: el imaginario infantil disfrutó, sin duda, con sus hadas, brujas, cometas, dirigibles o los paisajes de ensueño en donde se nos mostraba la sugerente y desbordante imaginación de un Zeman adulto que en realidad era un niño grande si nos atenemos a su grandioso y divertido legado cinematográfico no exento de una nostalgia [o una inocencia premeditada como manera de evadirse de aquella cruda realidad que le tocó vivir, vete tu a saber] que el mundo globalizado de hoy nos arrebata.
El mago del cine checo tuvo un merecido homenaje el año de su centenario: 2010, arrancó en Nueva York una exposición itinerante del genio que nos dejó hace un par de décadas. Teóricamente esa muestra debería dar la vuelta al orbe y en mayo de 2011 recalar en el Festival Internacional de Cine Infantil y Juvenil de Zlín donde se proyectarán todas sus películas en los estudios en los que él creo todo un mundo de fantasía y hoy es un legado de incalculable valor cinematográfico.
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