Ginkgo, mi árbol de la amistad

Mi amigo Javier Casanova y yo, modestia aparte, somos grandes conversadores. Compartimos profesión, esa proximidad nos permite aprovechar los espacios inhábiles para dedicarlos a nuestro pasatiempo favorito: el charlar animadamente de nuestras aficiones o de la actualidad reinante.

En una de nuestras últimas conversaciones apareció en escena un árbol tan exótico en la distancia como en el tiempo: el Ginkgo Biloba. La primera vez que cayó en mis manos un libro sobre botánica, apenas me percaté de la existencia de una especie que sobrevivió a todos los cataclismos de nuestro planeta, desde el Mesozoico, mucho antes que el ser humano ni siquiera fuese un vestigio, pasando por los periodos glaciales y la desaparición de los dinosaurios hasta nuestros días. Enrevesadas definiciones como: «Ginkgo biloba: árbol dioico, de hoja cauducifolia, bilobada y nerviación dicotómica; reproducción por conos o estróbilos; único género de las ginkgoinas representante de especies con origen en el pérmico…», no parece lo suficientemente atractiva como para llamar la atención del lector sobre la apasionante historia de un vegetal tan singular.

El Ginkgo parece haberse convertido en un vínculo para nosotros dos. Ocasionalmente intercambiamos información sobre esta especie, y mi amigo incluso lo define como su «árbol favorito». Sabido que crecía un Ginkgo en su jardín se me ocurrió pedirle un esqueje para conservarlo en maceta y, al poco tiempo, me sorprendió con un hermoso ejemplar que superaba los dos metros de altura. Renqueante, con gran esfuerzo y habilidad para transportar en un automóvil utilitario un árbol de esas características, conseguí finalmente «plantarlo» en el salón de mi hogar. Mi esposa, que no había sospechado sus posibles dimensiones, y yo, que todavía me estaba recuperando de la impresión, pasamos un buen rato con la boca entreabierta, sin articular palabra, sentados frente al Ginkgo que se erguía ante nosotros insolente y majestuoso sobre un innoble terrazo impropio para asentar su casta, imaginándonos que futuro honroso podíamos darle. Esa noche decidimos que el sitio adecuado para un árbol que, como mínimo, superaría los doce metros de altura, no era el hogar. Así que lo llevé al campo, no sin antes recorrer los 200 kilómetros que me separaban de él. Mis padres, agricultores de subsistencia de toda la vida, sabrían como cuidarlo durante mis prolongadas ausencias, aunque quedaba claro quien había demostrado verdadera capacidad de subsistencia. Intuía que este árbol, errante incansable del tiempo, iba a ser el auténtico superviviente de esta historia.

Mi padre, que es un entusiasta de los árboles frutales, pero desde una perspectiva práctica y de rendimiento, observaba el Ginkgo de arriba abajo con extrañeza y frunciendo el ceño cuando me disponía a trasplantarlo, mientras me pregunta con marcada ironía:

-¿Da manzanas?
– No papá, como mucho semillas, aunque en algunos países asiáticos las consumen tostadas.
– Entonces, ¿Qué es? – Insistió.

Me preguntaba a mí mismo como explicarle el valor no material que aquel árbol tenía para mí, así que le hice una exposición corta de diferentes visiones científicas, culturales y religiosas:

– Pues verás, visto por un naturalista es seguramente un ejemplo perfecto de adaptación. Para un antropólogo es probablemente auténtica historia viva. Un filósofo encontraría en él un motivo de reflexión ante la vida. A un oriental le infundiría mística, creencia y contemplación

Entonces comencé a relatarle una historia real que recordaba haber leído, sucedida durante la Segunda Guerra Mundial:

«El 6 de agosto de 1945 una bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. En varios kilómetros alrededor del epicentro de la explosión no quedó nada en pie, pero a sólo un kilómetro un árbol renació de sus cenizas, se trataba de un Ginkgo que se encontraba situado junto a un templo igualmente destruido. Para reconstruir el templo pensaron si debían cortar o trasplantar el árbol, pero finalmente decidieron conservarlo adaptando la construcción a él; ahora preside la entrada del templo mientras los peldaños salvan el Ginkgo por ambos lados. Considerado como un árbol sagrado, allí permanecerá como un símbolo portador de paz y esperanza».

Entonces, mi padre pareció comprender el valor de los símbolos y el significado que puede albergar en otras culturas, y fue entonces cuando me sorprendió:

– ¿Y qué significa para ti?

Me quedé en silencio unos instantes preguntándome ¿cual era el objeto de mi interés por él? Y entonces lo vi claro: independientemente del sentimiento de humildad ante la vida, que evoca acariciar un árbol cuyos orígenes se pierden en los confines de los tiempos geológicos, me di cuenta que aquel ser vivo era para mí un símbolo de amistad. Lo comprendí desde el primer momento en que mi única preocupación se centraba en verlo enraizar y darle a mi amigo Javi una buena noticia. Me habría costado mucho esfuerzo explicarle que no había superado el trasplante, más aún teniendo en cuenta que nos encontrábamos ya muy entrada la primavera, y por tanto existían muchas probabilidades de no conseguirlo. Pero el Ginkgo hizo honor a sus ancestros y se agarró a la tierra con fuerza. Ahora, cada vez que acudo al lugar la primera visita es para él, y al verlo, sin proponérmelo, el primer pensamiento que me aborda siempre es para Javi. Al igual que en el templo de Hiroshima, ese Ginkgo permanecerá allí para siempre como un símbolo también de paz, pero sobre todo de amistad.

Imagino los avatares que nuestro árbol sufrirá a lo largo de su vida. Quizá consiga crecer inexorablemente hasta la treintena de metros de altura que se estima podría alcanzar. Tal vez encuentre la intolerancia de nuestro género, y termine sus días bajo la inapelable sierra mecánica. O puede que consiga desplegar y balancear sus ramas al viento, que su copa llegue alcanzar lo más alto, y desde su privilegiada posición otear el mundo y verlo pasar impávido, imperturbable ante las miserias humanas.

Nuestro Ginkgo acaba de nacer pero ya le auguro una larga vida, mi esperanza es que sea un sinónimo de la nuestra y la de nuestras familias, y que a lo largo de ella podamos algún día revivir viejos momentos a la sombra de sus ramas, quizá alrededor de una mesa saboreando buenos manjares, y con nuestro árbol como vínculo de amistad y testigo de excepción.

Abel Domínguez


NOTA.- Hace unos años que escribí este artículo. Ahora, aquel arbolito de poco más de dos metros se agarró fuertemente y ahí está, en un lugar de la finca donde sólo recibe el agua de la lluvia, sin ninguna otra atención o cuidados, y crece con fuerza inusitada. Creo, que se cumplirán los augurios que describí en su momento.

ALGUNAS FOTOS DE SU ESTADO ACTUAL

EN UN OTOÑO PASADO


¿Te gusta? pincha para compartir en tus redes sociales….

Abel Domínguez

MI canal de Youtube: https://www.youtube.com/c/AbelElTecnotron

26 comentarios:

  1. ME ENCANTO LA HISTORIA DEL GINKGO ,HOY COMPRE UNO, EL QUE QUIERO REGALAR A MI NOVIO MAÑANA QUE ES NUESTRA FECHA Y COMO VOS PIENSO ALGUN DIA PODER SENTARME A SU SOMBRA ,AHH APROVECHO Y TE PREGUNTO SI SABES ALGO DE EL CEIBO QUE ES AUCTOCTONO DE URUGUAY ME DIJERON QUE EN MALAGA HAY UNO NO SE DONDE CONSEGUIRLO YO VIVO HACE SIETE AÑOS EN VALENCIA A DONDE LLEGUE BUSCANDO UN FUTURO MEJOR BUENO UN ABRAZO

  2. Hola Bea, primero que nada agradecerte el comentario sobre la historia del Ginkgo, ha sido fruto del corazón.

    Por supuesto, el Ceibo es un árbol muy llamativo, ignoro el tratamiento que le dan en Uruguay, pero en Argentina lo consideran un símbolo nacional, pues incluso lo tienen así legislado en sus leyes.
    Las flores del Ceibo son preciosas, e incluso es medicinal.
    Si quieres saber más de ese árbol, tienes muchísima información en Internet. Aquí te dejo un enlace donde puedes saber algo más sobre él:

    Gracias por tu visita. Un saludo muy cordial.

  3. HOLA QUERIA HACERTE UNA CONSULTA, PLANTE MI GINKGO EL 21 DE ENERO Y AUN NO VEO QUE HAYA BROTADO ESTA IGUAL QUE HACE UN MES ,TAMPOCO SE VE SECO .ESTA EN EL CAMPO Y HAY UN RIEGO AUTOMATICO DE QUINCE MINUTOS TODOS LOS DIAS SERA DEMASIADA AGUA .BUENO ME DESPIDO DESDE YA MIL GRACIAS BEA

  4. Hola Bea,
    Te puedo decir, que tengo mi ginkgo plantado en una finca desde hace tres años. Dado su lento crecimiento, ha cambiado muy poco de tamaño desde entonces. Le nacen hojas en primavera, pero después pierde la mayoría. Si la zona donde tienes tu ginkgo es dada a las heladas, yo te aconsejo que lo cubras con unas ramas de pino, o mejor de paja, para que el hielo no caiga directamente sobre él. En cuanto al riego, ignoro si el terreno es árido, arcilloso o si tiene buen drenaje; haz una prueba desterrando un poco alrededor (no muy próximo para no romper sus raíces), y mira si la tierra está húmeda, y en ese caso suspende el riego durante dos o tres días; después vuelve a comprobar si la tierra conserva humedad. Así podrás hacer un cálculo aproximado de la necesidad de agua. No te aconsejo que lo encharques, pues es más fácil que se conserve por escasez de agua que por exceso.
    Ya me contarás.

    Si tu ginkgo está vivo, no te preocupes, te aseguro que vivirá mucho más que tú y yo juntos.
    Un saludo muy cordial.

  5. holaa perdona que no te conteste antes mi ginkgo esta brotando ,tiene muchas hojitas y es un placer verlo desarollarse como a un hijo mas,esta superlindo aqui en valencia hay un buen clima y esta llegando la pimavera .Compre otro para una amiga y le imprimi , lo que vos escribistes y le encanto ,gracias por estar ahi cariños Bea.

  6. Bea, vamos a tener que crear el Club de Amigos del Ginkgo. Al menos, ya somos cuatro. Estoy muy satisfecho de que lo escrito haya tenido tanta repercusión. Se dice que en la vida hay que hacer al menos tres cosas «plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro», pero a partir de ahora vamos a tener que cambiar el lema por «plantar un Ginkgo, tener un hijo y escribir un libro».

    Cuando tengas una bonita historia de la evolución de tu Ginkgo, compártela.

    Mucha suerte.

    Abel Domínguez

  7. En un reciente viaje a Nueva York, vi muchos gingkos jóvenes en las aceras de Manhatan. Los dos ejemplares más viejos y hermosos están en Central Park junto al recordatorio a John Lennon. Presumo que quien quiso estos árboles en la ciudad debe de ser alguien muy especial.

  8. Manuel, me alegra mucho esa información que nos ofreces. Sin duda, quién haya plantado esos árboles los conoce muy bien, pues no es el típico árbol ornamental que se suele plantar en los jardines urbanos.
    Gracias, un saludo muy cordial.
    Abel Domínguez

  9. El Gingko es actualmente un símbolo del actual Presidente Internacional de los Clubes de Leones, el alemán Eberhard J. Wirfs. Les copio unb párrafo de uno de sus escritos sobre este maravilloso Gingko que dice mucho de lo que significa para un ser humano :

    «…¿Por qué el árbol ginkgo? El árbol ginkgo es un símbolo de esperanza y amor, es un monumento de paz y
    protección del medio ambiente y es hasta considerado como una ayuda visual. De hecho, el árbol ginkgo
    tiene el título de “árbol del milenio” Si consideramos sus otras características; alto linaje, sobrevivencia,
    adaptabilidad, utilidad, sustención y abundancia global, es fácil ver la semejanza que tiene el árbol ginkgo
    con la Asociación Internacional de Clubes de Leones…»(Eberhard J. Wirfs, Presidente Lions International.

  10. hernando cortes

    hola estoy interesado en conseguir unas semillas de este árbol mande el siguiente mensaje a la embajada japonesa en colombina y esto me contestaron

    Buenas tardes,

    Con respecto a su consulta, debo comunicarle que lamentablemente no contamos con la información que usted requiere. Le sugerimos buscarla por internet o entrar en contacto directamente con alguna organización que maneje el tema.

    Cordialmente,

    Sección de Cooperación Internacional
    Embajada del Japón

    quien conozca de como acender a esta semilla le agradezco

  11. Hernando, la forma más habitual de reproducción de este árbol es mediante esqueje, porque por semillas es complicada (la vida germinativa es corta) y también tarda bastante en madurar.

    Mi consejo, es que compres un ejemplar en un vivero. El que yo tengo en mi poder fue adquirido en un vivero cuando ya tenía unos dos metros de altura.

    Suerte.

  12. Jorge Jesus Ortiz

    Abel gracias por el relato en verdad entrañable ..

    vivo en Mexico y en verdad conseguir un ejemplar es una rareza

    obstinado como soy consegui un pequeño esqueje de unos 20 cms ..pero espero y pronto cresca lo suficiente para poder trasplantarlo.

    efectivamente se dice que plantar un arbol es una de las cosas que hay que hacer en la vida, y mejor un Ginko .. en verdad admirable.

    * me gustan los arboles longevos como el Olivo. el Laurel nobilis , pero el rey es el ginko . hay otro ejemplar y se llama * Dracena Drago * y que he buscado aqui en mexico sin poder conseguirlo . es el que me falta en mi coleccion. ojala alguien del foro me ayudara a conseguirle ..

    Deseo mi pequeño ginko se desarrolle y acompañe mi vida, mis dichas y penas , vea crecer a mi familia , sobrinos y nietos, desde ya les fomento el respeto a la naturaleza y hacer de estos arboles sus amigos entrañables a cuidarlos y amarlos.

    saludos a todos los que amamos y admiramos al ginko y a promover su presencia en nuestros jardines y parques ..

  13. Jorge, muchísimas gracias por tus palabras. Ojalá que ese vegetal que tanto admiramos consiga trascendernos, que estoy seguro lo hará, y como dices nos acompañe siempre. Creo, que las personas que amamos la naturaleza somos mejores personas en nuestras relaciones humanas, por eso debemos fomentarlas y transmitirlas.

    Un abrazo.

  14. Hola Abel,te cuento que como ya me habias pronosticado mi arbol esta creciaendo y ha vivido mas que yo es decir,he terminado con mi pareja pero el arbol sigue ahi en su casa y esta fuerte y sano.Me apena tener que dejarlo pero pienso que queda como recuerdo de mi paso por esa casa y los lindos momentos vividos.Bueno un saludo cordial

  15. Bea, cuanto lo siento, al final somos efímeros, el Ginkgo va a ser el único que nos sobreviva. Te deseo mucha suerte. Besos.

  16. Hola soy nueva de hoy en este grupo,me regalaron un Ginkgo vivo en el Ampurdàn la temperatura de invierno es fria ,hace tres años que lo tengo y no crece mucho mide unos 5o cm lo tengo en maceta debo plantarlo en el suelo? al sol ,a la sombra,protegido del viento?agradecere consejos.Saludos y gracias

  17. Hola Aliga:

    Te puedo comentar que el ginkgo de mi historia está actualmente plantado en una finca al aire libre, en el sur de Galicia. La temperatura veraniega es suave a moderada, y hay inviernos que a veces son rigurosos. Sin embargo este ginkgo sigue ahí, en espacio abierto (no tiene ninguna sombra)y creciendo aunque muy lentamente (ha crecido menos de un metro en casi dos años). Desde luego no te aconsejo que lo tengas mucho tiempo en maceta, pues para desarrollar necesita su espacio. Te en cuenta que puede superar los 10 metros de altura si las condiciones son adecuadas.

    Si lo trasplantas, protégelo del sol durante un tiempo hasta que arraige, procurándole agua si la tierra queda muy seca. Una vez haya arraigado seguro que no precisará que le prestes tantos cuidados.

    Ya nos contarás.

    Saludos.

  18. Hola Abel gracias por responder tn rapido,mañana le buscarè un lugar bien bonito y la transplantarè,el problema serà las temporadas que no estoy por aqui,mirarè de ponerle riego por goteo ya que la tierra és arcillosa.
    Gracias nuevamente

  19. Aliga, no trasplantes tu ginkgo ahora, si resides en Cataluña ya es muy tarde para eso. Espera a comienzos de la primavera; puedes hacerlo sobre finales de febrero o durante el mes de marzo.

    Si la tierra es arcillosa, te conviene conseguir arena y mezclarla con el sustrato donde lo vayas a trasplantar, a razón de 1/3 de arena, para así aportarle drenaje al agua excedente.

    Aunque los gikgos aceptan bien el sol directo, cuando lo trasplantes procura que tenga algo de sombra, aunque sea preparándole un enrejado de ramajes o palos, para que ventile bien pero que a la vez no reciba una insolación excesiva. Más adelante cuando enraice ya no necesitará tantos cuidados.

    Si en la zona donde resides hay inviernos duros, coloca sobre la base, en todo su perímetro, una cama de paja u otro material que resguarde las raíces de las heladas, y encima unas piedras para que no vuelen con el viento.

    Mejor te paso una ficha general del Ginkgo, con enlaces también a comentarios diversos sobre este árbol y sus cuidados en el foro de inforjardín.com:
    http://fichas.infojardin.com/arboles/ginkgo-biloba-arbol-sagrado-pagodas.htm

    Mucha suerte con tu Ginkgo, ya nos contarás el año que viene.

    Saluditos.

  20. biblio T educa

    Me ha encantado tu historia. Para mí también es mi arbol favorito, por su magia tan peculiar. Además es precioso, sus hojas, su historia biológica. Lo hace maravilloso el hecho que sea tan resistente en un mundo tan destructivo y rodeados de destrucción por todos lados.
    Además tiene propiedades curativas relacionadas con la vejez y sus enfermedades, aunque hay que tener algunas precauciones en su ingesta. Aquí lo explica detalladamente: www. remediospopulares.com/ginkgobiloba.html
    Gracias!!!

  21. Hermosa historia en toda su extensión. Me gusta mucho este árbol.
    Hace años mi padre descubrió un ejemplar en un jardín público cercano a casa y le sorprendió gratamente dado que no suelen usarlo como ornamental, pese a su belleza e historia. El problema es que no me dijo dónde estaba ubicado exactamente y que en parte ese jardín público ha sido remodelado hace un año y algo, me temo que a los ojos de cualquier no entendido, haya podido ser sustituido por cualquier otro, más «colorista»… 🙁 Me acercaré un día de estos a pasar revista a los árboles y si lo han respetado intentaré subir una foto.
    Un cordial saludo a tod@s

  22. Abel (Twitter: @abeldomi)

    Maja, será un placer acoger aquí nuevas historias sobre el Ginkgo. Me alegraré de saber que lo han conservado en ese jardín, aunque como tú dices es posible que los menos entendidos no hayan sabido darle el valor que se merece.
    Saluditos.

  23. Pues ahora os voy a contar como acabo un Ginko de màs de 80 años.
    Estaba en una calle de Barcelona subiendo a un parque en el barrio donde todo es espectacularmente empinado y el final de muchas calles que dan al Parque son con escaleras desde donde accedes a diversos edificios,pues bien en los grandes rellanos ajardinados estaba este precioso ginko al lado de un escuela,debido a las multiples protestas de los vecinos para acceder a sus casas cargados pidieron reiteradamente que pusieran escaleras mecanicas,despues de años de insistir la mejor solucion fue poner un funicular en dos tramos y justamente tuvieron que ponerlo por el lado donde estaba el precioso Ginko,resultado lo sacaron,la respuesta de Parques y Jardines fue que los trasladan a otros jardines,ante la pregunta de donde ha ido no ha habido respuesta ademas un arbolde esa envergadura llegaba a la altura de un tercer piso,imposible salvarlo,imaginais que pena nos supuso?

  24. Abel (Twitter: @abeldomi)

    Alicia, las redes sociales últimamente son capaces de hacer caer gobiernos y crear revoluciones donde menos se espera ¿recuerdas las revolución árabe de Túnez? pues comenzó en Facebook y corrió como la pólvora en Twitter. En nuestra mano está que el caso que citas no se olvide, simplemente da todos los detalles posibles y le sacamos los colores a los responsables de ese municipio.
    Puede ser, el «Caso del Ginkgo centenario de Barcelona»
    Tengo amigos en Cataluña, también biólogos y ecologistas que se interesarán por el tema. Me comprometo a liarla si quieres.
    Saludos.

  25. ABEL,TENGO UNA PLANTA DE GINKO JUSTAMENTE PORQUE SE SU HISTORIA,TODAVIA NO PUDE HACER UNA REPRODUCCION POR ESQUEJE,ME SIENTO DESFRAUDADA,TU SABES HACERLO??
    TE ESCRIBO DESDE ARGENTINA Y ESTAMOS EN PRIMAVERA!!SALUDOS A TODOS!!

  26. Adela, yo no he necesitado reproducir mi gingko, pero sí lo hice con otros frutales y he comprobado que el método del esqueje su éxito depende mucho del tipo de frutal que se trate; no funciona en todos, algunos enraizan más o menos fácil, y al parecer a tí no te ha resultado con el ginkgo. El que siempre me funciona es el acodo aéreo, y eso lo puedes hacer tú también en tu ginkgo para obtener nuevas plantas con raíces propias. Te explico en qué consiste y cómo lo hago yo:

    Básicamente un acodo aéreo consiste en cubrir con tierra una superficie o trozo de una rama, allí donde haya brotes o yemas, y esperar a que nazcan raíces. Una vez hayan nacido, ya podrás separar esas ramas de la madre en la primavera y plantarlas como si se tratasen de plantas independientes, ya que de hecho lo son, porque tienen sus propias raíces.

    Este método lo puedes hacer con una simple botella de plástico de Cocacola de 2 litros, o también con bolsas de plástico que sean fuertes y duraderas. Después te pego aquí algunos enlaces con fotos de ejemplos.
    Lo primero, es buscar aquellas ramas del ginkgo que sean lo más lisas posibles, y no muy gruesas (a ser posible no mayores del grosor de nuestro dedo pulgar). Después de elegirlas, observa allí donde las ramas tengan yemas o brotes, ya que será ahí donde se desarrollarán raíces cuando haya presencia de tierra a su alrededor. Esas yemas deberán quedar dentro de la botella cubiertas por la tierra. Como medida adicional, muchos (yo también) cortan una pequeña porción de corteza en redondo en la rama, no más ancha de 2 ó 3 centímetros, para que la tierra tenga un contacto más estrecho con los tejidos de la rama y produzca raíces más fácilmente. He de decir, que si aplicas hormonas de enraizamiento en esa parte donde has eliminado la corteza, el proceso de producir raíces se acelera. Las hormonas las puedes comprar en cualquier comercio de agro; las hay líquidas y también en forma de polvos.
    Para cubrir esa superficie, si usas una botella corta la parte inferior para poder añadir la tierra después en su interior. Y si la rama no cabe por la boca de la botella, puedes anchearla un poco para que pueda pasar sin dificultad. Obviamente si el ginkgo ya está florecido te puede costar hacerlo, por eso es mejor que el acodo lo hagas en invierno.
    Si utilizas bolsas de plástico, el sistema es similar, simplemente que tendrás primero que hacer una masa bien consistente con tierra, barro y agua, después cubrir la superficie donde deseas que enraíce, envolver con musgos esa bola de tierra (el musgo es para que conserve la humedad), y finalmente tapar con el plástico (seguramente necesitarás atarlo con alguna cuerda fina).

    Si usas la botella en vez de la bolsa plástica, recuerda regarla al menos cada 15 días, ya que irá perdiendo humedad.

    En la siguiente imagen puedes ver un acodo utilizando una bolsa plástica.

    https://agrogiova.files.wordpress.com/2015/12/acodo.jpg

    En esta otra imagen puedes ver un acodo utilizando botellas plásticas

    A través de la botella o el plástico podrás ir viendo si se desarrollan raíces, ya que irán creciendo y pegándose a las paredes. Tendrás que esperar a que finalice el periodo vegetativo (todo el invierno) y a que llegue la primavera, pues será entonces cuando la savia circulará y comenzará a enraizar dentro de la botella.
    Cuando veas que los acodos tienen suficientes raíces, ya podrás cortarlos de la planta madre por la parte de atrás, pues cada uno de ellos será una nueva planta con sus raíces. Obviamente tendrías que hacerlo cuando llegue la época de plantación.

    Mucha suerte con tus acodos, si te funcionan no dejes de compartir.
    Saludos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *