En estos tiempos de recuperación histórica ¿se puede recuperar el tiempo? Difícilmente. Se trata de no olvidar y eso, indudablemente, ya lo hace cada uno porque la realidad es que nadie puede valorar ni medir el dolor de los demás aunque los políticos de nuevo cuño no paran de jugar a la democracia ¿demagogia? y con el dolor ajeno con el objetivo, siempre, de traer incautos a su abrevadero, aunque el personal no para de abandonarlos y la brecha entre política y sociedad es cada vez más profunda.
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Pero no es el objetivo analizar aquí esa realidad tan cotidiana, sino recuperar un poco el paso de los españoles por esta pequeña isla del Canal de la Mancha (Alderney). Las islas fueron evacuadas por los británicos y los alemanes las invadieron en julio de 1941, la Wermacht (ejército hitleriano) finalizó su presencia con la liberación por parte de las tropas británicas en mayo de 1945.
En octubre de 1941 Hitler realizó una serie de consideraciones sobre la importancia estratégica de las islas, se publican las directrices para proceder a fortificar y preparar las defensas. El trabajo se realizó bajo el Alto Mando (OKW = Oberkommando der Wermacht) que sería el responsable de acometer las obras para la construcción de defensas y guarniciones mediante hormigón armado: sólo faltaba el personal civil para realizar las obras y estos fueron, básicamente, rusos, españoles, franceses, y de otras nacionalidades.
Comenzaron a llegar a la pequeña isla grandes cantidades de material para la construcción (cemento y acero especialmente) y la OT (Organisation Todt, agencia civil creada por el Partido Nazi en los años treinta) fue la encargada de llevar adelante la tarea. La OT creó cuatro campos de trabajo en Alderney, fueron barracones de madera levantados por «voluntarios franceses» [respeto el eufemismo histórico, pero todo el mundo sabe cómo se reclutaban los «voluntarios» en los tiempos de crisis]: en seis meses (enero-julio 1942) los barracones quedaron listos para su uso.
El Campo de Norderney o número 2, quedó situado entre la granja Saye y el Château à l’Étoc, actualmente se está utilizando el terreno como una zona de acampada estival ¿sabrán los despreocupados bañistas lo que allí se fraguó durante la contienda? En ese campo, que tenía una capacidad máxima de 1500 hombres, estuvieron los españoles, sus compañeros de penurias fueron de origen ruso, polaco, checo, francés, holandés, ruso, judío, etc., por supuesto, también hubo civiles alemanes.
Los primeros trabajadores llegaron a Alderney en julio de 1942, casi de forma inmediata, una vez que se dio por finalizado el campo para alojarlos, fueron unos mil «Ostarbeiter» (europeos orientales, esencialmente rusos, polacos y ucranianos). Poco después aparecieron 300 españoles, la mayoría de ellos estuvieron hasta final de ese año. Pero ¿de dónde eran nuestros paisanos?
Como ya hemos dicho, eran «voluntarios»: los españoles capturados en Francia tenían dos opciones, ir a trabajar a donde les ordenaran o ser entregados a las autoridades que habían ganado la Guerra Civil [la peor de las guerras posibles, aunque ninguna guerra tenga carácter benéfico]. La mayoría de «voluntarios» procedían de las filas republicanas y la intensidad y el reclutamiento varió en función de las necesidades de mano de obra que tenía el régimen hitleriano. En la isla no había quedado ningún británico ya que Londres los evacuó con anterioridad.
En marzo de 1943 el campo número 4 (Sylt Camp) bajo responsabilidad de la Brigada de Construcción I de la SS (SS Braubrigade I) que había sido formada en septiembre del año anterior, se nutrió de prisioneros de guerra del campo de concentración de Sachsenhausen (cercanías de Berlín): hace treinta años que visité un campo de concentración y todavía conservo en mi memoria el característico olor. La mayoría de los prisioneros eran de carácter «político», formalmente, integrantes de las Brigadas Internacionales que habían luchado en España. Los prisioneros fueron transportados desde St. Malo a Alderney entre el 3 y el 5 de marzo de 1943 y estuvieron allí hasta junio de 1944.
Entre febrero del 42 y junio del 44, al menos murieron 389 personas (se calcula que en la época de máxima ocupación hubo 3.000 «voluntarios» trabajando en la isla). Uno de los españoles fue enterrado en el camposanto parroquial en Saint Anne, lamentablemente, no hemos logrado localizar el nombre y prácticamente nunca hemos leído nada sobre la presencia española en esta isla del Canal.
Otra nota que nos conecta con esta isla ocurrió en la madrugada del 7 de junio de 1910, entonces el vapor bilbaíno Félix de Abasolo (2,076 toneladas de registro), quedó varado en Les Boufresses, procedía de Newcastle, transportaba carbón y carga general con destino a Génova. La zona suele ser invadida por una bruma nocturna -a veces durante el día- y la navegación siempre ha estado llena de peligros, imaginemos las circunstancias un siglo antes cuando apenas existían ayudas a la navegación y las cartas eran sumamente imprecisas. Como resultado de la falta de visibilidad, a las 02.30 quedaba atrapado en una zona rocosa próxima a Raz Island, la tripulación no había visto los destellos luminosos del faro de Cap de la Hague y el barco tenía un rumbo equivocado con dirección noroeste: el desastre no se hizo esperar. La guarnición de Fort Albert fue la que salvó a la tripulación y a la esposa del capitán, los evacuaron hasta Raz Island y al día siguiente fueron atendidos en Alderney. En el mapa que acompaño, el barco encalló en la zona marcada con el número 23.
Finalmente, creemos que será interesante dar una breve pincelada sobre los sellos de Alderney, que fue la primera de las islas del canal que tuvo aeropuerto. La primera emisión comenzó a circular en julio de 1983, vistas de la isla, la segunda de flora y fauna llegó en 1994. Desde entonces, una o dos emisiones al año, raramente pasan de ahí, la serie básica se renueva cada dos o tres años. En el año actual entraba la dedicada a corales de la zona.
Alderney tuvo sellos fiscales propios entre 1923 y 1961, muchas veces han sido colocados en las cartas y estas circularon sin ningún tipo de contratiempos por el correo, podría ser que alguno fuera utilizado postalmente y haya sobrevivido. La compañía naval (Commodore Shipping Company) disfrutó del contrato para el transporte del correo confiado al Royal Mail entre Guernsey y Jersey de 1962 al 30 de septiembre de 1969 cuando asumió todo el control postal la Guernsey Post Office. De manera provisional, la Commodore, empleó etiquetas para el transporte de la paquetería que se le confiaba de acuerdo con el contrato firmado con las autoridades civiles de Alderney en 1964.
En diciembre de 1974 entró también en escena la Alderney Parcel Delivery Service que suele editar una serie anual de etiquetas para adherir a la paquetería que transporta. Si le interesa el tema de los correos locales en las islas británicas, hay muy buena bibliografía y CD’s que son una delicia, puede ponerse en contacto con britishlocals@aol.com o con mrandmrswells@email.com.
El presente trabajo fue posible gracias a la colaboración de Steve Wells (Sociedad de Estudios Filatélicos e Historia Postal de las islas del Canal), y el Servicio Filatélico de Guernsey que nos facilitó material gráfico y literario. También hay que citar a Victor Coysh (Maritime Alderney, 1991) para los datos del vapor y a T.X.H. (Alderney Fortress Island) para los de la II Guerra Mundial.
JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@yahoo.es