ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Los primeros humanos eran cazadores y recolectores, vivían de lo que les ofrecía el entorno natural, al principio recogían frutos silvestres y cazaban pequeñas piezas que no implicaban muchos riesgos, ni exigían demasiados esfuerzos individuales, pero a medida que avanzaba el Neolítico fueron creando sociedades y aprendiendo a organizarse para obtener provecho de ese esfuerzo común.
El modo de vida de los seres humanos se transformó radicalmente hace unos 12.000 años, y de aquellas primeras actividades depredadoras y de simple recolección se pasó a otras de carácter más productivo. La experiencia comunitaria les enseñó a observar los hábitos de vida de animales y plantas, y de un modo lento pero progresivo aprendieron a domesticarlos. Muchas civilizaciones se asentaron, al comprender que las energías perdidas en la búsqueda constante del alimento, podía compensarse mediante una vida sedentaria, criando en cautividad determinados animales salvajes, y trasplantando a un medio que podían controlar aquellos frutales y otros vegetales silvestres de los que se servían ordinariamente. Paulatinamente fueron abandonando el nomadismo y la economía de subsistencia, para convertirse en sociedades sedentarias y productoras de sus propios alimentos.
El aprendizaje sobre la biología de las plantas, y especialmente los frutales, hizo atesorar al Homo sapiens un conocimiento sobre su cultivo que supo transmitir a sus descendientes. Aquel primitivo trasplante del primer frutal desde su hábitat silvestre al entorno del hogar, tal vez no resultó un éxito inmediato, pero toda la experiencia humana de la antigüedad está basada en el empirismo, y de él nació todo el saber transmitido que, mucho después, pudo ser incorporado al método científico por los primeros hombres de ciencia.
El Cidro (Citrus medica), uno de los primeros cítricos de la historia que dio lugar a todas las variedades actuales conocidas. Imagen Wikimedia Commons
Los cítricos, objeto de este artículo, son sólo una pequeña parte de las numerosas especies y variedades que los humanos consiguieron domesticar. Los cítricos poseen una historia de 20 millones de años, anclando sus orígenes en el sudeste asiático. Debió transcurrir mucho tiempo hasta que la humanidad aprendió lo necesario para su cultivo e hibridación, a partir de un ancestro común que dio lugar a los cidros, zamboas o pummelos y mandarinos salvajes, y a partir de estos tres taxones se obtuvieron todas las variedades actuales conocidas: naranja dulce y amarga, limón, lima, pomelo, etc.
FUNDAMENTOS DE LA PODA
Naturaleza de las plantas domesticadas Vs las plantas silvestres
La poda en cítricos, y en general en todos los árboles frutales, es un conjunto de operaciones que se realizan sobre la copa, tronco o ramas con el objetivo de obtener unos resultados que están habitualmente relacionados con la producción. Por tanto se practican sobre plantas que se hallan domesticadas, y de las que buscamos obtener un rendimiento.
Al contrario, en la naturaleza silvestre, es decir en la que no interviene la mano humana como en aquella de los recolectores primitivos, los vegetales están condicionados por diversos factores bióticos o biológicos (demográficos, simbióticos, de competencia entre especies…); y abióticos o no biológicos (agua, temperatura, luz, humedad, oxígeno…). Todos esos factores inciden de una manera u otra sobre el desarrollo de las plantas, incluidos los frutales silvestres, pudiendo quedar limitados, anulados o, si son capaces de adaptarse y competir con ventaja por el espacio, nutrientes, etc., podrían llegar a un clímax donde crecer y desarrollarse de forma más estable.
Los frutales silvestres necesitan competir por el alimento y el espacio. Imagen Wikimedia Commons
Los frutales cultivados se hallan fuera de ese ambiente salvaje, en un espacio donde no existe una lucha continua por obtener lo necesario para sobrevivir, pero quedan forzados a crecer bajo parámetros impuestos por los humanos, donde por lo general no existe la competencia con otras especies, pero sí necesidades enfocadas a la producción, la cual no se conseguiría sin un control y dirección efectiva en ese sentido.
Objetivos de la poda
Así pues, los cítricos cultivados, como muchos otros frutales, requieren determinadas podas y otras labores, con el objetivo de que la Naturaleza haga su función de una forma dirigida hacia la utilidad humana, mejorando las condiciones para obtener frutos mejores, más grandes y sanos.
Algunos objetivos de la poda son:
- La modificación y control del tamaño de la planta para facilitar las labores de cultivo.
- Regular la cantidad de frutos y flores y, en consecuencia, favorecer la producción de frutos de calidad.
- Reducir el periodo improductivo tras la plantación, y la vecería en aquellos frutales que son sensibles a ella.
- Mantener el frutal en condiciones óptimas tanto vegetativas como de producción, aumentando la capacidad de nutrición al renovar ramas viejas.
- Favorecer la iluminación interior del frutal, generando más hojas y flores, obteniéndose así frutos de mayor tamaño.
- Conseguir una morfología sólida del frutal, para que las ramas principales soporten bien los embates meteorológicos y el peso de los frutos.
- Eliminar partes dañadas, ramas muertas o deterioradas, así como aquellos tejidos cuyas zonas puedan suponer un foco de infecciones o plagas.
- Facilitar la aplicación de los tratamientos fitosanitarios y su eficacia.
LAS HERRAMIENTAS DE PODA
Las herramientas de poda manual o selectiva más habituales son las tijeras cortas, las tijeras de mango largo, el serrucho y eventualmente el hacha y la navaja. Las motosierras de poda son herramientas especialmente útiles, no sólo en aquellas labores que precisen cortes de cierta envergadura, sino también en trabajos de simple desramaje, pues existen máquinas de diferentes tipos y características para cada necesidad que se presente. La tecnología actual permite acceder a variadas herramientas neumáticas, hidráulicas, eléctricas o accionadas por gasolina.
Debemos evaluar las características de cada modelo, incluida la fuente de energía que utiliza y su autonomía, con objeto de asegurar que servirá a nuestras necesidades de poda; por ejemplo, las que utilizan corriente alterna (la electricidad proveniente de la red eléctrica), precisan de un enchufe donde tomar la energía y pueden verse limitadas si la superficie de trabajo es muy extensa, siendo más adecuadas para el ámbito doméstico y pequeños jardines. En este caso, podría considerarse utilizar las que dotan baterías, que son ligeras y permiten una mayor libertad de movimientos, pero debemos tener en cuenta que éstas, dentro del grupo de herramientas eléctricas, ofrecen potencias muy inferiores a las que utilizan corriente alterna, por lo que podría ser insuficiente para cortar troncos que superen determinado diámetro.
Motosierra de poda. Imagen cortesía de misterherramientas.com
Las motosierras de poda de gasolina son, sin ninguna duda, las herramientas más potentes, que no sólo permiten talar grandes árboles, sino también realizar trabajos de poda intensivos, además de contar con total independencia con respecto a la energía eléctrica, por lo que su autonomía es plena, y su capacidad de trabajo depende sólo de las características del modelo elegido.
La actividad de poda puede resultar incómoda, limitada e incluso imposible de realizar cuando se trata de acceder a ramas o troncos que se hallan elevadas o fuera de nuestro alcance; la podadora de altura gasolina salva esa necesidad al estar dotada de una pértiga, evitando tener que utilizar escaleras. Eso permite realizar un trabajo más seguro y descansado, además de ofrecer toda la potencia de este tipo de máquinas alimentadas con gasolina.
LA ESTRUCTURA DE LOS CÍTRICOS
Los cítricos, y en general la mayoría de frutales, poseen una estructura o morfología básica, y conociéndola podemos orientarnos correctamente en la técnica de la poda.
Del tronco emanan las ramas del frutal, que se van bifurcando durante su crecimiento, las cuales se pueden guiar, podar o eliminar según nos convenga. Estas ramas podemos clasificarlas como sigue:
- Ramas guía o primarias
- Ramas secundarias
- Ramas de producción o fructíferas
- Chupones
Las ramas primarias son dos, tres o máximo cuatro ramas principales o fundamentales que parten del tronco, la parte final de estas ramas son las guías o ramas de prolongación.
Las ramas secundarias son las que nacen directamente de las primarias, y que junto con éstas constituyen el esqueleto del frutal y le ayudan a dar la forma; estas ramas deben estar convenientemente repartidas por todo el árbol a distancias equitativas, con objeto de que pueda entrar la mayor cantidad de luz, pues a partir de ellas surgen las hojas, frutos y flores.
Las ramas de producción o fructíferas son las ramillas de escaso grosor que nacen en las ramas primarias, secundarias, e incluso directamente en el tronco.
Los chupones son ramas verticales muy vigorosas que nacen en el interior del árbol y consumen nutrientes. Suelen provocar un aumento de la densidad foliar, impidiendo la entrada de luz y aire, lo que puede acarrear aparición de plagas. Son ramas que deben eliminarse, salvo que en un momento determinado fuese necesario reemplazar una rama primaria que se ha perdido.
CUÁNDO PODAR – FRECUENCIA E INTENSIDAD
Cuando se poda estamos abriendo heridas que necesitan cicatrizar. Si lo hacemos cuando la savia está en la fase de mayor movimiento podemos causar graves daños al árbol. Habitualmente, los cítricos suelen tener dos paradas vegetativas, donde la savia apenas circula, y que coinciden con el invierno y cuando hace más calor durante el verano. No debemos podar en pleno invierno si hay heladas o bajan mucho las temperaturas, es preferible hacerlo a partir del final del invierno, cuando está cercana la primavera. También podemos hacerlo durante el verano, cuando se produce la segunda parada vegetativa. Siempre es preferible retrasar la poda que adelantarla, ya que los daños derivados de una poda demasiado temprana resultan siempre más graves que si es tardía.
Por su parte, la poda en verde, es decir cuando se eliminan los chupones y brotes que nacen en zonas no deseadas del árbol, se puede realizar durante el verano, hasta poco antes de entrar el otoño. Durante el verano también se practica la poda en aquellas variedades de cítricos de ciclo tardío, y también como forma de regular la producción de variedades que tienen tendencia a la vecería.
La intensidad de la poda dependerá de las necesidades del frutal, de la producción, de su edad, del vigor que presente, entre otros factores. Así, se hará una poda ligera en aquellos árboles vigorosos que sólo necesitan una pequeña limpieza anual de ramas (no más del 10% de la vegetación). La intensidad será normal (eliminación de un máximo del 20%), cuando necesitemos equilibrar y renovar la vegetación, así como obtener también un equilibrio en la producción. La intensidad será fuerte cuando se pretende renovar parte de la copa, así como regular una excesiva floración en aquellas variedades tendentes a la vecería; en todo caso no debería podarse más del 30% de la vegetación. Y finalmente, sólo en algunos casos muy determinados se podría realizar una poda muy fuerte, hasta el 50% de la vegetación, si se pretende cambiar el tipo de variedad, o abrir a la iluminación interior un árbol que tiene una vegetación excesivamente tupida.
LOS TIPOS DE PODA
Existen varios tipos de poda que se realizan a lo largo de la vida del cítrico, y que en general también es aplicable a otros variados frutales. Son la poda de plantación, poda de formación, poda de mantenimiento o fructificación y poda de regeneración.
Poda de plantación
En la poda de plantación, es decir, en un cítrico que acaba de ser plantado en el lugar definitivo, se eliminan habitualmente las ramas más tiernas para compensar el sufrimiento de las raíces durante la adaptación al nuevo lugar, dado que se consumirían unas energías en hacer prosperar las ramas jóvenes que las raíces no podrían sostener. Ese sufrimiento es especialmente intenso en los ejemplares que se plantan a raíz desnuda, siendo mucho menores si las raíces tienen cepellón o se sirve la planta en una maceta o contenedor.
Un plantón de al menos 80 cm. debería cortarse su rama principal a una altura de entre 60 y 70 cm. del suelo, y a partir de ahí ya se comenzaría en años sucesivos a dar al árbol la poda de formación (conservando al menos 3 ó 4 ramas principales). Los brotes tiernos que nazcan a menos de 40 cm. del suelo o por debajo de las ramas principales también deben ser eliminados.
Poda de formación
La poda de formación se lleva a cabo durante los primeros años de vida del cítrico. Su función es crear una estructura de las ramas capaz de soportar los frutos, y evitar que éstos se apoyen en el suelo. Durante este primer periodo se producirá el desarrollo foliar y radicular, y según su tendencia podrán tomarse decisiones acerca de la poda de mantenimiento anual.
Poda de formación. Ilustración: documentos ONU
Una poda de formación adecuada debe perseguir que el árbol desarrolle una estructura fuerte y sana, para que las ramas se vayan distribuyendo y permitiendo que no haya entre ellas competencia por la luz y el espacio. La tendencia de los cítricos es emitir numerosas ramas, muchas de las cuales forman un denso follaje, que impide entrar la luz en el interior de la copa. Como consecuencia de esto el árbol no desarrolla brotes florales en su interior. Para evitarlo, hay que conseguir que la luz penetre en la copa por su vertical, podando las ramas internas que no sean principales (chupones). Una manera de conseguir una mejor iluminación, es podar el interior en forma de V, para que el árbol presente un aspecto similar a la de una copa de Martini.
Si el árbol todavía es joven (entre el 2º y 4º año), hay que ir preparando su estructura eligiendo cuáles serán la 3 o 4 ramas principales, dejando las que hayan mostrado mayor vigor y podando el resto. De esas ramas principales saldrán más tarde las secundarias, y de estas las ramas o ramitas de producción. Hay que asegurarse que las ramas principales estén bien distribuidas y orientadas en todas las direcciones, ya que serán las que desarrollarán y formarán la futura copa del árbol.
Un limonero que se ha formado con tres ramas primarias. Imagen natureduca.com
Poda de mantenimiento o fructificación
La poda de mantenimiento o fructificación pretende conservar la estructura elegida para el árbol, al tiempo que se aprovecha para corregir aquellos defectos que se originan durante el desarrollo vegetativo. Además, con esta poda se regula la producción y se favorece la iluminación, ayudando a renovar los órganos de fructificación que ya estén agotados, repartiendo mejor el espacio de los frutos y en consecuencia su calidad.
Poda de mantenimiento. Imagen: documentos ONU
Esta poda anual, si se han seguido las pautas de la poda de formación durante los primeros años de vida del árbol, se trataría de un simple aclareo de ramas y de eliminación de los chupones que hayan podido asomar. Consistiría en suprimir ramas muertas o muy dañadas, eliminar aquellas que estén mal emplazadas o que hayan desarrollado de forma indeseada, por ejemplo cruzándose en sentido contrario a su crecimiento natural, o atravesando el tronco horizontalmente. También despuntar las ramillas interiores y suprimir los chupones que nacen en el centro de la copa, en la base del tronco o en sus laterales por debajo de los 50 a 60 cm. En ocasiones, un chupón interno podría ser necesario para reemplazar una rama que se ha perdido o esté dañada, y en ese caso se conservará eliminando las demás.
También entran dentro de las labores de mantenimiento, el acortamiento de determinadas ramas para que el árbol conserve una morfología equilibrada; el raleo para despejar follaje y permitir la entrada de luz al interior; y la eliminación de tocones que han quedado a causa de ramas secas, rotas o de una mala poda anterior.
Poda de tocones. Imágenes: documentos ONU
Poda de regeneración
Este tipo de poda es drástica, crea en el frutal un importante desequilibrio entre la parte aérea y la radicular, por lo que se realiza sólo en árboles muy viejos y agotados pero que estén sanos y dispongan de ramas principales suficientemente largas. Esta poda severa permite rejuvenecerlos, aunque es un recurso que se emplea cada vez menos. Si se desea cambiar la variedad en producción, se recurre habitualmente a reinjertos de la nueva variedad aprovechando esta poda de regeneración.
Poda de regeneración. Imagen: documentos ONU
Una poda tan enérgica obliga a reducir el riego y el abonado, para que el flujo de savia a la parte aérea disminuya y el sistema radicular no sufra en exceso.
CONCLUSIONES
La poda en cítricos, aunque se tiende a realizar lo menos posible una vez que el árbol está formado, sigue siendo importante durante toda la vida productiva. Los árboles más jóvenes necesitan podarse para establecer las ramas primarias, así como fortalecer el tronco y orientar la forma que tendrá toda la estructura. En los árboles adultos, aunque menos agresiva, se poda para incrementar la producción y obtener frutos de mejor calidad, así como conservar la morfología del árbol que se le ha ido dando durante los primeros años.
En cualquier caso, se pretende que el cítrico produzca follaje, flores y frutos de forma equilibrada, y para ello se requiere una iluminación adecuada, conservación de ramas principales, eliminación de chupones o ramas estériles, y una atención a la proliferación de plagas por descuido de alguna de estas prácticas. Todo ello, al margen de los habituales cuidados hídricos y nutricionales, que no han sido objeto de este artículo.
Me ha encantado vuestro artículo, es completísimo y me ha sacado de muchas dudas. Incluso me enteré de cosas que ni imaginaba sobre los cítricos. Muchas gracias, de verdad.
Instructivo el tema, tengo un árbol de limón ya más de Cinco años y no da frutos, aunque leí que le falta más sol, porque a su lado hay un arbolito de carambolas y recibe mucho sol y su producción es abundante, estoy pensando ver la mejor manera de cambiar de sitio el limonero. Gracias, Gracias, Gracias, por su artículo.
¿Lo has reproducido por semilla?
Te pasamos el enlace a un artículo sobre el problema de reproducir frutales por semilla: https://natureduca.com/blog/inconvenientes-de-reproducir-arboles-frutales-por-metodos-sexuales-semilla/